"La JOC me ha hecho sensible a ver especialmente la realidad de los de abajo, los pobres" Julián Díaz Lucio: "Me considero hijo de la JOC, porque en ella y a través de ella he descubierto mejor al Jesús del evangelio"

"En Comillas me uní a los que querían vivir el compromiso con los más desfavorecidos. Allí ya formamos un grupo de Revisión de Vida los amigos que teníamos las mismas ilusiones"
"Al llegar a París, tomé contacto con la JOC de emigración española y sus dirigentes, e inicié la JOC con los españoles de la parroquia donde vivía en la llamada banlieu, cercanías de París"
"Mi experiencia de trabajo en la JOC en la emigración fue el bautismo real en el método de la JOC, tanto a nivel de base, como de dirección"
"Mi experiencia de trabajo en la JOC en la emigración fue el bautismo real en el método de la JOC, tanto a nivel de base, como de dirección"
| Julián Díaz Lucio
Ya en el seminario en Cáceres tenía inquietud por lo que se cocía en los seminarios de España, y asistí a reuniones nacionales de los grupos de “Jesús Obrero” que iban surgiendo en distintos seminarios. Asistí a encuentros nacionales en Loyola y Madrid, donde conocí a Fernando Urbina y hablar de la Revisión de Vida.
Después en Comillas me uní a los que querían vivir el compromiso con los más desfavorecidos. Allí ya formamos un grupo de Revisión de Vida los amigos que teníamos las mismas ilusiones.
Al venir a Cáceres tomé contacto con los grupos de la ciudad. Y asistí a un cursillo de iniciación para consiliarios, que dio Ramón Torrella, consiliario nacional de entonces. Me animó a participar el P. Edmundo, sacerdote de la Preciosa Sangre, que era el consiliario.
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Al llegar a París, tomé contacto con la JOC de emigración española y sus dirigentes, e inicié la JOC con los españoles de la parroquia donde vivía en la llamada banlieu, cercanías de París. Como yo vivía durante la semana en el mismo París, acompañé durante la semana a varios grupos chicas y chicos en la JOC. En el tercer año de mi estancia me zambullí tanto, que a instancias de los consiliarios franceses, me quisieron nombrar Consiliario Nacional para toda la JOC de emigración para toda Francia.
Así se lo pidió Monseñor Ancel, responsable de la pastoral obrera en Francia, a nuestro obispo. Pero Don Manuel, instigado por los dirigentes del seminario de entonces, no me lo permitió. Y yo, obediente, me vine. Mi experiencia de trabajo en la JOC en la emigración fue el bautismo real en el método de la JOC, tanto a nivel de base, como de dirección. Fue enormemente enriquecedor el trato con los dirigentes españoles como con los consiliarios franceses.
Ya de vuelta a Cáceres, me nombran coadjutor del Espíritu Santo. Tomo contacto con lo que quedaba de la antigua JOC, e inicio en la barriada Llopis, llegando a tener ocho o diez equipos en toda la ciudad. En la reunión de consiliarios regionales, que tuvimos en Talavera de la Reina en la que participaba Felipe Fernández, de Plasencia, me eligen consiliario regional. Así trabajé durante tres años recorriendo las ciudades de Plasencia, Trujillo, Navalmoral de la Mata, Badajoz, Mérida, Villanueva de la Serena.
Me ayudó en esta tarea una dirigente nacional que se vino a vivir durante un año a la ciudad trabajando como empleada de hogar. Igualmente me ayudó a la tarea el dejarme un 4L de la diócesis para viajar por la región. Fue un trabajo intenso con los responsables y consiliarios en todas las localidades donde había JOC. Realizábamos reuniones de planificación de acciones, revisiones de las mismas, y cursillo de formación, a veces con la ayuda de los dirigentes nacionales y consiliarios. A la vez yo formaba parte del equipo nacional de consiliarios en el que profundizábamos en los temas de fondo con la ayuda de teólogos, sociólogos… como Fernando Urbina, Alberdi, Rovira Belloso… Sobre mi trabajo en la JOC hice después mi tesina de licenciatura en el Instituto de Pastoral en Madrid.

Por tanto, me considero hijo de la JOC, porque en ella y a través de ella, he descubierto mejor al Jesús del evangelio, a la Iglesia de la que formo parte, y el interés por la realidad social en la que estoy presente y mi inquietud por todos los problemas actuales.
LO QUE ME HA APORTADO LA JOC
-Fundamentalmente, el valor de la persona humana, sobre todas las estructuras u organizaciones civiles y de la misma Iglesia. “Un joven trabajador vale más que todo el oro del mundo", decía Cardijn. Somos educadores y evangelizadores de personas concretas para ayudarlas a crecer humana y cristianamente, a ser seguidoras de Jesús de Nazaret.
Y especialmente la JOC me ha hecho sensible a ver especialmente la realidad de los de abajo, los pobres, los obreros y llevar un estilo de vida sencilla.
-Por eso veo hay que partir siempre de la realidad concreta de la vida de las personas, con todos los condicionantes que tienen. Creo que no hay crecimiento en la fe si a la vez no hay crecimiento humano. Estoy convencido que en el fondo del fondo de lo humano está Dios.
-Por eso creo que la gran herencia de la JOC es su metodología, sellada ya en la pastoral eclesial universal.

-La importancia, de pequeños grupos de talla humana, en los que los participantes compartan la vida y la fe; que opten libremente por participar en esos grupos como medio para ayudarse mutuamente a caminar en la vida humana y de fe. El teólogo vasco Martínez Gordo plantea como solución al panorama de las parroquias en caída libre, el formar comunidades vivas.
-Junto a esta necesidad de comunidades vivas, yo veo necesario el acompañamiento, al menos al principio, por el sacerdote si lo hay o por un laico competente. Su tarea es ayudar a ir a lo profundo de la realidad, lo profundo de las personas, de las situaciones y de las acciones llevadas a cabo.
-Por eso, creo que hay que ayudar a las personas no solo a realizar acciones o acontecimientos, sino a la vez acompañarlas a profundizar en lo que se hace. Somos educadores y evangelizadores de personas.
-Igualmente veo necesario la formación, no teórica, sino a partir de la realidad y de las inquietudes y necesidades de los participantes. Esta formación ayudará a tener claro el objetivo a largo plazo que se quiere ir logrando. La utopía para eso sirve, para caminar. (Eduardo Galeano)

-De ahí nace mi inquietud por actualizarme constantemente a nivel teológico y pastoral. Pero con cuestiones que respondan a la realidad actual.
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