(J. Bastante).-"Cuando alimenté a los pobres me llamaron santo; pero cuando pregunté por qué hay gente pobre me llamaron comunista". La frase es de Dom Hélder Cámara, el añorado obispo brasileño, que se quejaba con amargura de la incomprensión por parte de los "católicos fetén" por ocuparse de los más pobres y de las causas que generaban la pobreza.
No es nada nuevo. Sin ir más lejos, el Papa Francisco acaba de ser tachado de "marxista" por sectores ultracatólicos estadounidenses. Sin llegar al calificativo, las críticas son similares en toda Europa (España incluida) por parte de los amigos de la hoguera y el ultraliberalismo.
Se lo preguntaba Andrea Tornielli en una entrevista publicada ayer en La Stampa:
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