"Ésta iglesia no es la mía" El papa y los indignados

(Javier Madrazo).-Mientras Madrid se viste de gala, sin reparar en gastos y en boatos, para recibir en sus calles la visita del Papa, la policía expulsa por la fuerza a las personas concentradas en la Puerta del Sol. Es obvio que el movimiento 15-M no despierta en el sistema las mismas simpatías que Benedicto XVI y así se explica que los primeros vean como desmantelan el punto de información abierto en la céntrica plaza madrileña y, en cambio, su santidad (qué gran ironía) sea agasajado por el poder político y económico, que sabe que tiene en su figura un aliado mediático, que vende el discurso de la derecha con entusiasmo y convicción.

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