Medio millón de fieles ante la Virgen del Milagro

La procesión estuvo encabezada por el arzobispo de Salta, Mario Cargnello, el gobernador Juan Manuel Urtubey y el intendente de la capital provincial, Miguel Isa. Cargnello instó a los jóvenes a "no arrepentirse a dar la vida por su familia" y defendió a los niños "que trabajan y sufren exclusión y no todos acceden a sus derechos".
Varias fuentes de la gobernación provincial destacaron que a la festividad acudió "cerca de medio millón de personas, 250.000 sólo de la ciudad de Salta". Entre los fieles estuvo el juez federal Norberto Oyarbide, quien lleva la causa que investiga irregularidades con medicamentos, uno de los ilícitos que sacude al gobierno del matrimonio de Cristina y Néstor Kirchner.
En un clima fuertemente emotivo, desde la Catedral Basílica partió la multitudinaria procesión encabezada por la Cruz e imágenes del Señor y la Virgen del Milagro y la Virgen de las Lágrimas, sobre coronas de cinco mil claveles, mientras desde lo alto de la iglesia al regreso arrojaron ofrendas de pétalos rojos, blancos y rosados.
"La integración de un pasado incaico con el cristianismo muy arraigado en la provincia confluyen a través de las comunidades que llegan a esta plaza, como lo han hecho históricamente", dijo Federico Posadas, ministro de Turismo y Cultura salteño, según la agencia oficial Télam.
Santa Victoria Oeste, Iruya, San Carlos, La Viña, La Poma, San Antonio de los Cobres, Metán y Cafayate y otros pueblos salteños -algunos a más de 500 kilómetros- y fieles de provincias vecinas fueron estos días testimonio de una promesa colectiva hecha hace más de tres siglos.
La historia cuenta que desde 1692 los salteños renuevan su devoción a los patronos de la ciudad, luego del fuerte sismo que hace 317 años destruyó la vieja ciudad de Esteco, la primera capital de Salta, y el hecho se grabó a fuego en la memoria del pueblo.
La cita es en la Plaza 9 de Julio, donde está ubicada la Catedral Basílica, una imponente iglesia de estilo colonial que cada año abre las puertas para recibir a todos los que llegan a cumplir ese pacto.
En la madrugada de este martes, la Catedral recibió de los fieles los últimos claveles que representan las ofrendas, los agradecimientos y las súplicas de los peregrinos, que fueron llevados a los altares en homenaje a los patronos de la ciudad.
Dos familias tradicionales salteñas se encargaron de reunir parte de las flores para las tres imágenes y la cruz, que a las cuatro de la tarde comenzaron a salir una a una del templo sobre sus coronas, que encabezaron la procesión. "Las puertas de la iglesia se abren para recibirnos a nosotros que hoy demostramos nuestra fe", dijo emocionada una salteña de la localidad de San Carlos, que recorrió 130 kilómetros desde el sur de la provincia.
Alrededor de la plaza, sacerdotes bendecían a los fieles que en pequeños grupos que se acercaban con sus medallas y estampitas de la Virgen mientras otros peregrinos esperaron pacientemente su turno para confesarse.
"Estamos aquí para expresar nuestro amor y fe al Señor y a la Virgen del Milagro", dijo al llegar al monumento a Güemes el arzobispo Cargnello, a cargo de la renovación del pacto de fe que cada año realiza el pueblo peregrino en la provincia.
Los días lunes y martes, la provincia tuvo feriado por esta festividad y los sindicatos, escuelas y centros comunitarios se prepararon para atender los fieles, a los que brindan sus sedes para alojamiento.