NECESITAMOS OBISPOS DE UNA FE ÍNTEGRA, SANTOS.

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Querido señor obispo de habla hispana:Necesitamos obispos con una fe íntegra y total. No con una especie de duda esperanzada. Y esta fe íntegra solo se obtiene en una intimidad constante con Dios, en una vida de mortificación plena, en humildad profunda ante Dios y ante los hombres. ¡Qué difícil todo esto, Señor! Y qué necesidad de esto tenemos el pueblo fiel. Necesitamos obispos santos, no solamente buenos. El Sínodo reciente habla de obispos humildes y pobres; la humildad sencilla es un paso importante para la santidad, porque necesitamos obispos santos; enamorados de Cristo. Por encima de todo talento de gobierno, necesitamos obispos santos.

En la vida de Santo Tomás Becquet me llama la atención su cambio de antes de ser obispo a después. Antes fue libertino, como su rey. Después tomó clara conciencia de su misión; se dio cuenta de que para llevarla a cabo necesitaba la ayuda de Dios. Se entregó de lleno a la oración y el Señor le concedió la gracia de ser una santo obispo. Así hemos de procurar todos.

A mí me parece que con el tiempo, como cada uno en su profesión, como en nuestros años de cura, se puede ir acostumbrando uno a ser obispo; y el peligro es de "pasar" y no hacer caso a muchas cosas. Ante todo el obispo se ha de preocupar de las cosas espirituales, poner buenos pastores de almas, fomentar la santidad de sus sacerdotes. Ésta es la principal misión de un obispo. Porque la culpa principal de que el pueblo no mejore, sino al revés, estoy convencido de que está en el clero.

Llevaba en mi alma desde hace varios años una gran preocupación por la descristianización de nuestro pueblo. Mi oración y pequeños actos aislados iban orientados en gran parte en el sentido de hacer algo por la santificación de los sacerdotes. A comienzos de 1993 apareció el libro de D. Félix Beltrán, "El sacerdote de hoy y de siempre". Son páginas de un enamorado de Cristo y del Sacerdocio. Es un libro para saborearlo línea a línea con una cierta "glotonería" espiritual. Cautiva desde el principio. D. Félix ha sido llamado por Dios; pero queda su obra. Si todavía no lo tiene y le interesa este libro, puede pedirlo a su hermano: Jacinto Beltrán. c/ F. Jardiel nº 3, 5º B. 50003 Zaragoza. (Lo envía gratis del todo).

El corazón de Dios se ha de conmover y enviará pronto, si se lo pedimos en una gran campaña de oración, grandes santos como en los siglos XVI - XVII.

Un abrazo y unidos en la oración; sobre todo en la de antes de amanecer, que es la más segura.

 José María Lorenzo Amelibia

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