Sigo la obra de Ejercicios

Asociación de Sacerdotes Casados de España ASCE

Informa ASCE

Sigo la obra de Ejercicios

Sigo con ilusión, los ejercicios espirituales. Esto no significa que el celibato me entusiasme; creo que en la elección me equivoqué. Entretanto se solucione el problema, deseo ser bueno y rendir a tope, aunque abrumado por esta cruz. Confío en Dios. Señor, si es tu voluntad, ábreme las puertas del matrimonio. Y si no, dame tu fuerza, alegría y, sobre todo, paz.

Amplié mi radio de acción en ejercicios espirituales. Algunas casas me resultaban particularmente gratas: Ohárriz, con sor Mª José como superiora, en pleno valle del Baztán. Allí la paz y la alegría serena nos envolvían. Tal vez porque de mi primera tanda salieron tres chicas con vocación religiosa, les encantaba invitarme a dirigir las jornadas de retiro total. En una ocasión asistieron como ejercitantes dos jóvenes de mi pueblo. 

En San Sebastián, junto al domicilio de mi hermana, en las Reparadoras impartí también varias tandas. Disfruté de la presencia de mi sobrina. Salió de allí con verdadera ilusión cristiana. Espero que algo le quede de aquellos días dedicados al espíritu.

Empleo muchas horas para preparar los Ejercicios Espirituales; es como mi segunda vocación dentro del sacerdocio. Rezo, leo, medito sobre ello. Recibo cartas de gente que ha hecho conmigo los ejercicios y me da gran alegría que tengan fruto y que perseveren.

Ahora, una tanda de Ejercicios Espirituales a obreros en Burlada. Es una maravilla ver cómo actúa la gracia santificante a través de la palabra. Las confesiones bien hechas con sinceridad y dolor.

Una mañana de domingo, en las vísperas de Navidad, se presenta Jesús Lezáun en mi casa; me dice:
- Me habían encomendado una tanda de ejercicios a sacerdotes en Bilbao. Me va a ser imposible asistir. ¿Por qué no vas tú?
- Poco tiempo me das para prepararme. En principio me agrada la idea, ¿Qué clase de curas acuden?
- Creo que en gran parte curiales y profesores.
- Imposible. ¿Qué les voy a decir a personas tan sesudas?
- Lánzate, Josemari, has de tener buena acogida. Preséntate con sencillez.
Mi temperamento decidido junto con el deseo de hacer el bien, me animó a acudir a Begoña a la tanda más comprometida de mi vida. Saludo a los compañeros. Veo a uno que me inspiraba confianza especial: Juan Ángel Belda, fiscal general de la diócesis. Hablaba con el vicario general, José Ángel Ubieta. (El primero fue más tarde obispo de León).
- ¿Cuántos habéis venido?
- Algo más de treinta.
- Yo soy cura rural. Tengo experiencia de toda clase de ejercicios, menos de curas.
- No te preocupes. Lo difícil es darlo a seminaristas.
Nosotros te escucharemos con atención.
- Había pensado no rebasar de media hora la exposición de cada tema.
- Estupendo. Así nos dejarás más tiempo para reflexionar.
- ¿Vosotros habéis pensado alguna modalidad?
- Nos encantaría por las noches mantener diálogo abierto sobre cuestiones que podíamos preparar.
Se me quitó el miedo.
Agradables los temas que surgían al atardecer. Recordábamos el seminario de los años cincuenta; el celo apostólico de los equipos de amistad sacerdotal; el afán de espiritualidad. Aquellos hombres vivían con ilusión su sacerdocio.

Fui llamado por las monjas a Lequeitio a dirigir un retiro de diez días. Mi madre me acompañó. Se deslizaban el tiempo con pausa provecho. Yo observaba, escuchaba y hablaba tan sólo el tema de los ejercicios. A mi madre la atendieron muy bien.


José María Lorenzo Amelibia                                         Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com              Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/  Puedes solicitar mi amistad en Facebook pidiendo mi nombre Josemari  Lorenzo Amelibia                                                                                   Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

Volver arriba