Es bueno todos los meses dedicar una mañana o una tarde de retiro La confesión de Pedro y la transfiguración y Nombres con los que Jesucristo se designa a sí mismo

Retiro de diciembre del 2022

Ofrezco este retiro del mes de diciembre 2022 . Se puede realizar en particular durante una mañana o una tarde. También puede servir a sacerdotes para ofrecerlo a algún grupo de personas. Puede ser muy fructuoso para el alma.

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 La confesión de San Pedro

Preámbulo. Ante todo hemos de ponernos en la presencia de Dios de una manera consciente y detenida; esta puede ser una manera eficaz:

 1.- Con calma decir: Señor, Tú estás aquí. Yo lo creo. Tú me ves... Me contemplas... Penetras mi alma hasta el fondo... Me escuchas... Me amas... Yo soy alguien para Ti. Importo ante tus ojos. 2.- Lo creo, Señor, porque Tú lo dijiste; y ni quieres, ni puedes engañarnos. 3.- Si Tú estás aquí, y lo creo, debo Comportarme como lo hago delante de alguien que es muy importante para mí.4.- Voy a practicar un acto de oración, de búsqueda de Ti, de tu voluntad. Sea para tu mayor gloria.

Este retiro está elaborado íntegro del libro de Benedicto XVI “Jesús de Nazaret” una joya tanto desde el punto de vista científico como espiritual. De él hemos entresacado estas  ideas para meditar.  Es bueno que cuantos tenemos conocimientos teológicos lo asimilemos con paciencia,  lo hagamos criterio y tema de reflexión y oración. (En letra más pequeña se indica las páginas del libro de donde hemos tomado las ideas).

Exposición:

Tema del retiro: La confesión de Pedro y la transfiguración y Nombres con los que Jesucristo se designa a sí mismo.

I

La confesión de Pedro y la transfiguración 

p 337

 1.- La confesión de Pedro. (Mc. 8, 27-30. Mat. 16, 13-20. Lc. 9, 18-21).  En los tres evangelios Pedro contesta en nombre de los Doce, y Jesucristo anuncia de inmediato su pasión y resurrección. También en los tres evangelios sigue el relato de la transfiguración. Solo en Mateo aparece el poder de las llaves; también en Lucas en el contexto de la Última Cena y en Juan después de la resurrección en el transcurso de una aparición. ---- Marcos  dice que Jesucristo había planteado su pregunta por el camino. En Lucas esta confesión de Pedro va unida a un momento de oración. Dos preguntas hace Jesús: “¿quién dice la gente que soy yo? ¿Y vosotros quién decías que soy?” Y los tres sinópticos dicen: “Juan Bautista, Elías o uno de los profetas” Mateo añade también “Jeremías”.  Todos catalogan a Jesucristo entre los profetas. Hoy es habitual considerar a Jesucristo como uno de los fundadores de una  religión, a quienes se les ha concedido vivir una experiencia profunda de Dios. Pero la experiencia de Jesús aparece como un contacto real con lo divino; por eso uno puede amar a Jesús y convertirlo en guía y referente de su vida. --- La alabanza de Jesús a Pedro es porque supone una revelación de parte de Dios. Y en Pablo (Gal. 1, 11-17), vemos cierto paralelismo con esto: destaca la autonomía de su cargo apostólico, que no se deriva de la autoridad de otros, sino que le ha sido otorgado por el Señor mismo. El Resucitado ha llamado a Pablo y le confiere la misma autoridad y el mismo encargo.

2.- p. 348.  La confesión de Pedro podemos considerarla como ontológica y sustantiva: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”. Y considerando  Fil. 2, 6... Advertimos que se despojó a sí mismo y tomó la condición de siervo, rebajándose hasta la muerte y una muerte de cruz. Y  viendo la realidad total de nuestro Maestro hemos de saber aceptar nuestras contrariedades y dificultades.

3.- p.351. Otro acontecimiento importante para la fe de los discípulos es la pesca milagrosa. (Lc. 5,5...).   Al final, Pedro cae a los pies de Jesús y le dice: “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador”. (5,8). Una situación similar es cuando Jesucristo camina sobre las aguas del lago. (Mat. 14, 22-33). También vemos en Pedro el sobrecogimiento y la adoración; y  reconocen todos: “Realmente eres el Hijo de Dios”. ---- En todas estas intervenciones de Pedro podemos ver ya un indicio de la fe pos-pascual. Las palabras Cristo, Ungido, Hijo de Dios, Señor, adquirieron su significación completa en el momento en que Tomás tocó las heridas del Resucitado y exclamó: “Señor mío y Dios mío”. (Jn. 20, 28). Siempre estaremos intentando comprender estas palabras, pero son tan sublimes que nunca lograremos entenderlas.

 4.- p.356. La transfiguración. La confesión de Pedro y la transfiguración están unidas por una referencia temporal; unidas ambas con la fiesta de las Tiendas. Y en ellas se celebra al Creador; la acción salvadora de Dios en la Historia y la esperanza que sale al encuentro del Señor. Se ratifica aquí la alianza de Dios con Israel, clave esencial para interpretar la transfiguración. Y en este hecho advertimos una relación con Éxodo 24. --- El relato de la transfiguración nos dice que Jesucristo tomó consigo a Pedro, Santiago y a Juan (Mac. 9, 2...) y subieron al Monte de los Olivos. Vemos el monte como lugar de subida no solo exterior, también interior. De allí contemplamos la inmensidad de la creación. (Recordemos con el monte el sacrificio de Isaac, el arca de Noé, Moisés,  la muerte de Jesucristo.) “Y se transfiguró ante ellos... Su rostro resplandecía... “(Mac. 9,2...)   Y  es que Jesucristo es la luz del mundo, la luz de Dios. Y recordamos a Moisés cuando bajó del monte con las tablas de la ley, después de haber hablado con el Señor.  (Ex. 34, 29). Jesucristo resplandece desde el interior. No solo recibe la luz, Él mismo es la luz. Por el bautismo nos revestimos de luz con Jesucristo;  y La luz y la blancura nos conducen a nuestro destino final: Y  recordamos las vestiduras blancas de los elegidos del Apocalipsis 7,14. Aparecen Moisés y Elías hablando con Jesús. Es el hijo del hombre que sufre y el siervo de Dios que abre la puerta de la libertad. Y mientras hablan con el transfigurado aparece que esa pasión trae la salvación.

5.- p. 364. Después de la transfiguración baja Jesús del monte y hablar de su resurrección. “Elías vendrá primero... el Hijo del hombre padecerá mucho... os digo que Elías ya ha venido...! ( Mac. 9, 9-13). Identifica al Elías que esperan con Juan el Bautista... en la actividad del Bautista ha tenido lugar la venida de Elías. El Bautista había venido para preparar la llegada del Mesías. Y siempre tenemos dejar que el Señor nos introduzca de nuevo en su conversación con Moisés y con Elías. El temor de Dios se apodera de ellos; y por el miedo estaban asustados nos dice Marcos (9,6). “Maestro, qué bien se está aquí... hagamos tres tiendas...” (Mc. 9,5). ¿Tendrá que ver con la fiesta de las Tiendas, y con la que montó Moisés fuera del campamento? (Ex. 33,7...). Las tiendas tenían también un significado escatológico... una relación con la voluntad salvífica de Dios. También nos hablan los santos Padres de la relación de las tiendas con la Encarnación.--- Jesús es la tienda sagrada sobre la que está la nube de la presencia de  Dios y desde ahora cubre ya con su sombra también a los demás. Y se oye la voz del Padre “Tú eres mi Hijo amado, mi preferido” (Mc. 1,11). “Escuchadlo”. Jesús es el Verbo de Dios, la Palabra. Es necesario profundizar en la transfiguración. En el monte los tres ven resplandecer la gloria de Dios. En el móntelos cubre con su sombra la nube sagrada de Dios, el poder de Dios, la sabiduría de Dios.

II

Nombres con los que Jesucristo se designa a sí mismo.          p. 371

1.- “El Hijo del hombre”. Se consideraba a Jesucristo un profeta. Pedro en su confesión el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Cristalizaron más:Cristo, el Señor, el Hijo de Dios, Mesías. En Jesucristo su cometido y su ser son inseparables. Jesucristo se designa a sí mismo como Hijo del hombre, como Mesías, Hijo de Dios. Sobre la cruz queda plasmado “Jesús nazareno rey de los judíos”. Y siempre hemos interpretado esta frase así: Reinó desde el madero Dios” (Regnavit a ligno Deus).

2.- p. 373. “El Hijo del hombre”. Jesucristo lo emplea con mayor frecuencia cuando habla de sí mismo. Aparece en San Marcos 14 veces en su boca. “Veréis al Hijo de hombre sentado a la derecha del Todopoderoso...” (Mc. 14, 62). Es “el que ha de venir”, el que sufrió la pasión, el que resucitó... que tiene poder para perdonar los pecados. La Cristología del Nuevo Testamento se basa más en el título de Mesías.  --- La expresión “Hijo del hombre” fue haciéndose poco a poco; al principio era sorprendente, pero responde a la predicación de Jesucristo. Tanto en hebreo como en arameo significa simplemente “hombre”; “Así que el Hijo del hombre es también señor del sábado”. (Mc. 2, 27...) Y en consecuencia se aprecia qué tipo de libertad le corresponde al hombre en general; una libertad que nada tiene que ver con la simple arbitrariedad. “El Hijo del hombre” que llega desde arriba, es opuesto a las fieras que salen fondo del mar. Y está relacionado con la esperanza mesiánica. La imagen del Hijo del hombre representa el futuro reino de la salvación. Las palabras de Jesucristo se refieren a su llegada futura, cuando venga a juzgar y reunir a los justos. Un resumen muy peculiar lo encontramos en la parábola del juicio final (Mat. 25, 31-46), en la que el Hijo del hombre, en el momento del juicio se identifica con los hambrientos, desnudos, enfermos... Él es el prisionero, el que muere desnudo... el Hijo del hombre es uno solo: Jesucristo. En Lucas 12, 18... Leemos: “Y os digo que, si uno se pone de mi parte ente los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios...” Y se añade cómo el Hijo del hombre tiene que sufrir mucho y ser repudiado... y Él es el Señor del sábado (Mat. 2, 28).  Y en el relato del paralítico cuando le dice “Hijo, tus pecados te son perdonados (Mat, 2,5). Si Jesús atribuye este poder al Hijo del hombre es porque tiene la misma dignidad que Dios y por ello actúa así. “Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder para perdonar los pecados... levántate y toma tu camilla y vete a tu casa.” ((Mc. 2, 10...) “Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos”. (Mat. 10, 45). Y “se quedaron asombrados de su enseñanza” (Mc. 1,22).  Jesús se ve a sí mismo como el que está sentado a la derecha de Dios (Salmo 110); con la alusión al salmo 118 a la piedra que desecharon los arquitectos; con la identidad entre el Hijo del hombre y el Hijo predilecto. (Mat. 12, 1-12). Juan lo define como el Verbo, la Palabra; y asume un cuerpo, viene de Dios como hombre y atrae a sí toda existencia humana, lleva al interior de la palabra de Dios y la transforma en “oído” para escuchar a Dios, y por tanto en “obediencia” y en “reconciliación” entre Dios y los hombres. (2 Cor. 5, 18,20). Viene de Dios y fundamenta así el verdadero ser del hombre. Él es el hombre definitivo, el “celestial” y a la vez, el nuevo “reino”, y el espíritu “dador de vida”. (1 Cor. 15, 45-49).  Igual que el primer hombre Adán son los hombres terrenos, “igual que el celestial son los celestiales”. (1 Cor. 15,48).  

3.- El Hijo.- p. 388. El título de Hijo de Dios. Esta expresión ya se deriva de los egipcios, como un origen divino y misterioso. Dios mismo encarga a Moisés decirle al Faraón: “Así dice el Señor: Israel es mi  primogénito y te ordeno que dejes salir a mi hijo... para que me sirva”. (Ex. 4, 22...). Voy a proclamar El decreto del Señor, él me ha dicho: “Tú eres mi Hijo, yo  te he engendrado hoy...” (Salmo 2,7). El ser engendrado consiste en la elección en el “hoy”.  “La promesa que Dios hizo a nuestros padres nos la ha cumplido a los hijos resucitando a Jesucristo”.

4.- p.392. El Hijo de Dios que proviene originalmente del ámbito político, llega a ser un término del todo teológico: “Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy”. Y nuestra convicción cristiana es que Cristo es el verdadero Hijo de Dios. Son numerosas las veces que aparece esta idea en el Evangelio de Juan. Y leemos en Mateo 11 y en Lucas 10:Todo me lo ha entregado mi Padre; y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”. Pero ¿a quién se lo quiere revelar Dios? Vemos en Mateo 11, 25-27: “Se lo has revelado a la gente sencilla”. La voluntad del Hijo es la voluntad del Padre. Conocer realmente a Dios exige como condición previa la comunión con Dios, más aún, la unión ontológica con Dios.

5.- p. 395. El Hijo quiere implicar en el su conocimiento de Hijo a todos los que el Padre quiere que participen de Él: “Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado” (Jn. 6,44). Los escribas no lo conocen; se enredan en la maraña de sus detalles y legalismos. Y en el sermón de la montaña decía Jesús: “Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios” (Mat. 5,8). Y en Juan vemos al Hijo en total igualdad con el Padre: “Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío” (17,10).  El “dar” del Padre se consuma en el amor del Hijo “hasta el extremo”. (Jn. 13, 1). El misterio del amor trinitario que se perfila en la palabra Hijo es uno con el misterio de amor en la historia que se cumple en la Pascua de Jesucristo. La palabra “Hijo” nos permite asomarnos al interior de Jesús, más aún al interior de Dios mismo.

6.- “Yo soy”.- p. 399. En ocasiones dice Jesucristo simplemente “Yo soy”, “que yo soy”. Yo soy la luz del mundo, la vid verdadera, el buen pastor. En la fiesta de las Tiendas se preguntaban si no sería Él realmente el profeta esperado (Jn 7, 40-52). Entonces Jesús les dijo: “Vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde voy... no me conocéis a mí ni a mi Padre” (Jn. 8, 14-19...). Y dos textos también esenciales del Éxodo 3,14, cuando Moisés pregunta a Dios cómo se llama y le responde Dios “Soy el que soy”, y significa también que Él está siempre presente para los hombres. El Deutero Isaías ha retomado y desarrollado el mensaje de la zarza ardiente, “Vosotros sois mis testigos, oráculo del Señor y mis siervos a los que escogí para que supierais y me creyerais para que comprendierais quién soy yo.  Antes de mí no fue formado ningún dios ni habrá alguno después de mí. Yo soy  Yahvé, fuera de mi no hay salvador”. (Is. 43,10...) Israel había reconocido que su Dios era Dios por excelencia. “Yo soy”. Cuando Jesucristo dice “Yo soy” no se pone junto al “Yo” del Padre. Y dice “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”. (Jn. 14,9). Hay un enraizamiento en el diálogo Entre Padre e Hijo. Su “Yo soy” se sitúa totalmente en la relación entre Padre e Hijo. Cuando preguntan a Jesús ¿quién eres Tú? Jesús se remite en primer lugar a Aquel que lo ha enviado, y en su nombre habla. En Pentecostés (He. 2,37) se ve quién es Jesús. Tres mil se bautizaron. Y se hará plenamente realidad al final de la historia “Todo ojo lo verá, también los que lo atravesaron”. (Apoc. 1,7). A la objeción que le pusieron los judíos de que no había visto a Abraham, dijo: “Os aseguro que antes de que naciera Abraham, “Yo soy””. Cuanto en la tempestad caminaba sobre las aguas, les dice con paz: “Ánimo, soy yo, no tengáis miedo” (Mc. 6, 50). Se trataba en un temor “teofánico”. El “Yo soy” de entonces tiene otro sonido, propio de una teofanía

7.- p.407. En Juan hay siete expresiones con la imagen del “Yo soy”: Yo soy... el pan de vida, la luz del mundo, la puerta; el buen pastor; la resurrección y la vida; el camino, verdad y la vida; la vid verdadera. Él mismo se presenta como el manantial (Jn. 4,14; 6,35; 7,38.). - “Venga a nosotros tu Reino” y el Reino de Dios es la vida en plenitud. Detrás de todas las imágenes se encuentra Jesús que nos da la vida, porque nos da a Dios.-- Las tres expresiones: “El Hijo del hombre”, “Hijo” y Yo soy” están profundamente enraizadas en la palabra de Dios. El primer concilio de Nicea (a. 325) utilizó el término “consustancial” con el Padre. Y la Iglesia dice siempre con Pedro: “Tú eres Cristo, el Hijo de Dios vivo”. (Mat. 16-16) 

En Vitoria, 10 de marzo del año 2022.

Examen práctico.

1.- Jesucristo mantenía siempre una vivencia profunda de Dios. ¿Procuro contemplar a Jesús en este aspecto? Pensar ahora cómo puedo acercarme más a Él.

2.- Pensar también cómo imitar a Jesucristo que tomó la condición de siervo y se rebajó hasta la muerte y una muerte de cruz.

3.- Detener mi pensamiento en el “Señor mío y Dios mío” de Tomás. Intentar ponerme del todo en aquella situación, analizar mi fe, descansar confiado  en Jesucristo.

4.- Pensar en la transfiguración de Jesucristo, en la voz del Padre que dice al final: “Escuchadle”. Reflexionar y examinar mi vida a ver cómo me he puesto a la escucha de Jesucristo y su palabra.

5.- No es fácil profundizar en loa nombres de Cristo, el Hijo, el Señor, el Hijo de Dios, Mesías, Hijo del hombre, Yo soy…Conviene calar más a fondo en ello, pedir la iluminación a Dios.

Nota final a estos retiros del libro “Jesús de Nazaret” de Benedicto XVI.

En este libro el papa Benedicto  “sale al paso de ideas recientes que reducen la figura del Jesús histórico a un mero moralista rebelde o liberal, a un profeta escatológico o un revolucionario político. Sin rechazar frontalmente estas visiones, Ratzinger hace hincapié en que el factor de inteligibilidad clave es la unión de Jesús con el Padre. Esta vivencia de intimidad con Dios le otorga autoridad para presentarse como un nuevo Moisés que renueva la Ley judía (Torá) para darle pleno cumplimiento en la predicación de las bienaventuranzas (la pobreza, la mansedumbre, la pureza de corazón...) y el amor a los enemigos. Su experiencia de Hijo lo lleva a la obediencia de un amor entregado hasta la muerte. Jesús era el Rey esperado por Israel, pero un rey que rechaza la tentación demoníaca del poder y se presenta en la humildad de su origen, su cercanía a los pecadores y su servicio a todos. Existe una plena correspondencia entre el Jesús histórico que anunció e hizo presente el Reinado de Dios y el Cristo de la fe de las primeras comunidades de creyentes. Los evangelios, por lo tanto, sin ser reportajes exactos de lo acontecido, nos revelan la verdadera Persona de Jesús y su significación auténtica como Hijo de Dios. Apartando esta expresión de sus antecedentes mitológicos y políticos, la condición de Hijo permite asomarnos al interior de Jesús que nos da a conocer a Dios como Abba (Padre, en arameo). En ello radica la originalidad de Jesús y su novedad”. (De Wikipedia).

Retiro espiritual del mes   

José  María Lorenzo Amelibia Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/

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