Yo Soy

Nos remontamos a la manifestación de la Zarza que arde sin consumirse y en la que Yahveh revela su nombre a Moisés: “-Qué le diré, quién me envía”. “-Diles, Yo Soy, me envía…”
En el Evangelio de Juan, Jesús muchas veces utiliza este “Yo Soy”, “Yo Soy el Buen Pastor”, “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida…” Y también dice, “Yo Soy la luz”. Efectivamente. Él que era la Luz, preguntó a un ciego qué podía hacer por él. Y le devolvió la vista. Los que le veían de decía: “-¿Pero no eres tú el que pedía caridad en la puerta del Templo?”. El respondía: “Yo soy”.
Cuando Jesús pasa por nuestra vida, y nos devuelve la vista, cuando somos capaces de abrir los ojos a la realidad para mirar y ver, su Luz nos ilumina, y con su luz podemos irradiar. Si le pedimos, Él nos hace descubrir nuestra misma naturaleza,… “somos imagen y semejanza de Dios”. Cada uno podemos decir con el ciego, cuando nos pidan razón de nuestro ser, de nuestra fe: “Yo soy”.
El que tenga oídos para oír, ¡que oiga! ... ¡y el que tenga ojos para ver, ¡Que VEA!. Seguro que su mirada se purificará y podrá descubrir las semillas del Verbo que están diseminadas en cada hombre y mujere, en cada hermano.