Silencio y oración

Ante el misterio de una tragedia como la que hemos vivido en las últimas horas, lo primero que cabe es pedir a Dios dé fortaleza y consuelo a quiénes han perdido a los que amaban, y salud y la experiencia de mucho amor a su alrededor, a los que han sobrevivido a la tragedia.
Hay muchos por qué sin respuesta, aun quedan demasiadas incógnitas, pero ante el misterio del dolor y el sufrimiento, tal vez lo único válido sea, callar y orar, como una muestra de respeto hacia quien sufre, y tal vez, con impotencia levanta sus manos contra el cielo, o contra la vida, o simplemente contra el destino, porque necesitan que algo o alguien les den un consuelo y una ayuda para seguir viviendo.
Pido a Dios se manifieste en estas horas de dolor, y a pesar de todo, o precisamente en medio de tanto dolor, los que sufren puedan experimentar su presencia, a través de la solidaridad, la ayuda y la fe.
Paul Claudel decía que “Dios no vino a suprimir el sufrimiento. No vino ni siquiera a dar una explicación. Vino a llenarlo de su presencia.”
En comunión y afecto, desde el silencio y la oración con las familias, los amigos, y cuantos lloran esta inexplicable tragedia que a todos nos sacudió con fuerza.
Y que quienes han dejado inesperada y violentamente este mundo, gocen ya de la vida y de la paz que Dios da siempre generosamente a todos sus hijos.
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