Reaparece el Cardenal Norberto Rivera; Carlos Aguiar Retes encabeza Gran misión en Tlalnepantla

Guillermo Gazanini Espinoza / La Ascensión del Señor marca el fin del camino pascual iniciado con la resurrección de Cristo y es el día donde se recuerda el mandato para evangelizar. Hoy en la Arquidiócesis y Provincia Eclesiástica de México se dio de una manera especial esta noticia en dos vías cuando en Basílica de Guadalupe, en la tradicional misa dominical presidida por el Arzobispo Primado, reapareció en una eucaristía pública el cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo emérito de México. Desde el pasado 6 de febrero, fecha en la que entregó el báculo pastoral a Carlos Aguiar Retes no se había visto al prelado. La otra fue en la Arquidiócesis de Tlalnepantla durante la Gran misión católica encabezada por este último.
Durante la homilía, Norberto Rivera destacó el sentido de esta solemnidad y las profundas implicaciones teológicas y cristológicas; en las cuestiones prácticas, el prelado emérito abundó en esa naturaleza misionera y de nuestra responsabilidad de anunciar la Buena Noticia en virtud del bautismo concedido: “Este es un día de esperanza y de glorificación por aquello que esperamos, resucitó Cristo, primero Él y después los que son de Él… Subió a los cielos y después subiremos los que somos de Él, pero la glorificación de Cristo no es el final de una historia; al contrario, es el principio de algo nuevo, una gran novedad. Hemos oído cómo Jesús envía a los suyos a que prediquen el Evangelio, que anuncien lo que Él anunció de parte de Su Padre. Todos nosotros, desde que fuimos bautizados, tenemos este compromiso, cada quien con los dones que el Señor le ha dado, con las posibilidades reales que el Señor le concede, tiene que predicar, tiene que anunciar, tiene que llevar el nombre de Jesús a los demás; por supuesto que nadie puede hacer esto por sus propias fuerzas. Por eso Jesús nos promete su Espíritu, nos promete la fuerza del Espíritu de su Padre… la fuerza no es nuestra, es el Espíritu de Dios el que reparte sus dones y aquí en la Iglesia hay diversidad de carismas, de dones que no debemos sepultar, no debemos enterrar, sino hacer cada quien lo que nos corresponde para que Cristo sea conocido en los distintos ambientes… Tenemos que hacer presente al resucitado, a Cristo que se entregó por nosotros… Hoy es un día de gloria, de esperanza, pero también de compromiso, de hacer presente a Cristo glorificado, si lo hacemos presente, también nosotros seremos glorificados”.

Mientras la Eucaristía transcurría en el Tepeyac, en la Arquidiócesis de Tlalnepantla, el Administrador Apostólico y Arzobispo Primado de México, Cardenal Carlos Aguiar Retes, encabezaba la Gran Misión Católica 2018 de Tlalnepantla, en virtud de esta nota característica del día de la Ascensión para ir por el mundo y predicar el Evangelio. Como se recordará, previamente a su traslado a la Arquidiócesis Primada, el prelado había comprometido su palabra para acompañar a los fieles en esta cuarta edición de la gran Misión que se vienen dando desde el 2015 donde cientos de misioneros van casa por casa para dar un anuncio del kerigma e invitar a los alejados a una integración a su comunidad parroquial.
En la homilía de la misa de envío, Carlos Aguiar abundó en el sentido de misionero afirmando: “Unos salimos a tocar puertas y otros se quedan aquí orando; unos conducen el retiro kerigmático y otros participan y lo escuchan; otros preparan la comida y la logística de los retiros de nuestras parroquias; otros conducen las pequeñas comunidades y se reúnen, como lo hicieron en abril pasado más de 3 mil coordinadores a fin de prepararnos para este día de la Gran Misión. Estos ejercicios de comunión y acción misionera es lo que nos pide Jesús en el Evangelio de hoy: “Vayan, evangelicen” (Mt. 6,15), hagan conocer quién es Jesús, que está con nosotros y, a través del Espíritu, vamos experimentando su presencia cercana, y sobre todo el amor y la misericordia del Padre”.
De acuerdo con un comunicado de la Arquidiócesis de Tlalnepantla, y con el hashtag #YoTocoPuertas, después de la misa de 10 de la mañana, Carlos Aguiar inició la Gran Misión 2018 con un grupo de misioneros, “entre los que se encontraban seminaristas de la Arquidiócesis de México, para visitar algunos hogares del centro de Tlalnepantla donde vieron las necesidades, sobretodo espirituales de los católicos y no católicos que abrieron sus puertas; durante el visiteo se encontraron con personas enfermas, con adultos mayores y con niños discapacitados que se encontraban en los hogares visitados”.
Los misionero regresaron a los templos alrededor de las 14 hrs y el Cardenal Carlos Aguiar no ocultó su alegría por haber salido a tocar y conocer a los fieles particularmente a los alejados. De acuerdo con información de la Arquidiócesis de Tlalnepantla, la Gran Misión Católica tuvo como lema “Ser Iglesia, es ser Misionero” y desde 2015, cerca de 40 mil misioneros salen año con año, llegando en 2018 a más de 800 mil hogares, logrando que cerca de 15 mil personas vivieran el retiro kerigmático del agua al Espíritu, las cuales han formado 1500 comunidades que se reúnen semanalmente para orar con la Palabra de Dios.