Retiro de Cuaresma 2020

-Reflexiones para no quedarnos indiferentes en la vida cristiana y en la vida consagrada-

        Estamos ya en la cuaresma. Otro año, otra cuaresma, otra invitación para no quedarnos al margen de la gracia. El 26 de febrero, miércoles de ceniza  se inicia esta andadura cristiana que llamamos Cuaresma y que nos conducirá hasta el domingo de Ramos,  5 de abril, y a la Pascua de Resurrección  el día 12 de abril. Un tiempo de cuarenta días que nos recuerdan los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública y los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.

La Cuaresma tiene cinco domingos, más el Domingo de la Pasión o de Ramos, en cuyas lecturas los temas de la conversión, el pecado, la penitencia y el perdón, son dominantes.

No es un tiempo triste, sino más bien meditativo y recogido. Es, por excelencia, el tiempo de conversión y penitencia del año litúrgico. Por eso, no se canta el “Gloria” en la Eucaristía (excepto el Jueves Santo en la misa de la Cena del Señor), ni se canta el “Aleluya” antes del Evangelio.

El color litúrgico asociado a este periodo es el morado que significa discreción, penitencia y dolor

        El camino recorrido hasta ahora es semilla enterrada y ya sólo nos queda la expectación de lo que ha de venir, la Pascua que se atisba.

           Nuestras historias se van entretejiendo y mezclando con la fuerza del mal pero se dejan también moldear por la gracia de Dios e iluminar por el calor del Espíritu. Dejemos que Dios siga haciendo en nosotros su obra.

           La cuaresma nos convoca a renovar la esperanza. Estamos en camino hacia la Pascua, nuestra Pascua. Será necesario, tal vez, atravesar el desierto largo y extenso de la sed y del cansancio, pero con la seguridad de la tierra prometida que mana leche y miel.

           La vida cristiana nace en la Pascua y es oferta de Pascua permanente. La primavera y la vida se abren paso a borbotones aunque los dedos fríos del invierno se empeñen aún en arañar los brotes que ya se dibujan. Estamos envueltos por la vida y tocados por la Pascua.

            Ojalá este tiempo cuaresmal pueda ser en todos nosotros un tiempo de escucha, de reflexión, de calma y de conversión. Es tiempo de convocarnos todos al encuentro, al sueño común que compartimos, a dejarnos envolver por la misericordia que nos habita. Es normal que vayamos encontrando problemas y obstáculos, pero hay siempre cauces establecidos para buscar soluciones oportunas si lo hacemos desde el respeto y la tolerancia.

Hay una serie de desafíos que ya nos afectan y ante los que no podemos pasar de largo como el levita y el sacerdote de la parábola del buen samaritano. La vida consagrada, como toda la vida cristiana, tiene que mirar de frente, a los ojos, a la sociedad con la quiere caminar. Entre esos muchos desafíos yo quiero resaltar tres:

    Que es una tarea siempre pendiente en nosotros la primacía de Dios. Cuando fallan los proyectos humanos, las personas, las ideologías… nos queda el Señor; siempre el Señor.

    Que hemos de trabajar con esmero y sin desánimos la calidad humana de nuestras comunidades para que pueda surgir la calidad religiosa. Sin calidad humana ¿qué podemos esperar de Dios en nosotros?

    Que hay que seguir insistiendo y navegando mar a dentro en nuestro propósito carismático caminando muy cerca de los laicos y de los jóvenes para que llegue más y mejor nuestra apuesta carismática y evangelizadora.

     Estamos viviendo tiempos apasionantes y momentos únicos en nuestro caminar personal y comunitario, eclesial y social. Tenemos la posibilidad de alumbrar una vida religiosa más humana y más evangélica. Somos los protagonistas indiscutibles de este momento histórico que vivimos. Sin dejarnos condicionar por los números, por la escasez de vocaciones o la edad media de nuestras comunidades, porque ahí no radica lo central de nuestra consagración. Sólo una fidelidad probada y una renovada ilusión podrá conducirnos a la expresividad de la Pascua. Parece haber consenso en que “una figura histórica de la vida consagrada está agotada y que el espíritu está suscitando otra desde la precariedad” (Encuentro de VC. Madrid 2005)

      Me preocupa en los últimos tiempos ese paso necesario que hemos de dar, en actitud permanente de éxodo, desde una vida consagrada cansada y marchita, instalada y atrapada en pequeñeces, a una vida consagrada fresca e interpelante, humana y evangélica, que no nos haga perder energías valiosas en batallas inútiles perdidas de antemano.

      No sé cómo hemos de dar ese paso cualitativo que la Iglesia nos demanda. No sé si todos estamos dispuestos a darlo. Pero si no lo damos nos quedaremos desencajados y fuera de la dinámica de los tiempos en que nos ha tocado vivir. El Congreso de Roma nos pidió que seamos audaces y que “hace falta una transformación estructural de nuestras vidas y de nuestras obras”. Sería un error pretender echar remiendos nuevos o seguir apuntalando lo que está afectado por la caducidad. La vida consagrada del presente está ya inmersa en un proceso de renovación, recreación o refundación que parece imparable. ¿Y nosotros? ¿Seguiremos empeñados en lo mismo, más dispuestos a retocar que a reformar?

  Que la cuaresma nos ayude a saber situarnos con lucidez ante la realidad. Que nos abramos a la escucha de la voluntad de Dios y a la escucha de su Palabra, que en estos días de cuaresma es firme e interpelante. Que estemos dispuestos, como Nicodemo, a nacer del agua y del Espíritu. Por nosotros y por todos.

La iglesia celebra la cuaresma desde el siglo IV:

  • Moisés permaneció 40 días en el Sinaí
  • El pueblo de Israel peregrinó 40 años.
  • El profeta Elías caminó por el desierto 40 días
  • Jesús ayunó 40 días antes de su vida pública.

NO ES:

Un  tiempo, un eslogan, un recuerdo

Un acontecimiento de muerte.

Una actitud negativa

Un acontecimiento histórico

Sí ES:

Actualización

Transformación de la vida

Paso triunfal de Cristo y del cristiano

Paso cualitativo

Un proceso en tres tiempos:

  • 1) Morir al pecado y al mundo, revestirse de nueva criatura
  • 2) Celebrar con Cristo el triunfo, el paso.
  • 3) Vivir en esta vida nueva perpetuando el acontecimiento y haciéndolo vivo, comunitario y

La cuaresma no pretende instruirnos sino iniciarnos. Quiere tocar la mente, el corazón y las manos.

Desde una mentalidad pagana a una mentalidad evangélica.

Desde una vida materializada a la vida el Espíritu.

Desde el egoísmo humano a la generosidad vital.

MEDIOS:

1.- LA PALABRA:

Pero tu voz, ¿cómo será tu voz?

¡Tu voz, Señor!

¡Una sola palabra!

¡Un murmullo!

¡Una sílaba!

¡Un ligero chitar!

¡Un eco al menos

al que yo quede uncida

por ti arrastrada

suavemente movida!

Para poder vivir yo necesito tu llamada   (Sagrario Torres)

2.- LA COMUNIDAD

Toma, hermano, sin medida

lo que quieras para ti,

que cuando salga de aquí

para ganar la otra vida

sólo tendré lo que di.

  (Pemán)

3.- LA EUCARISTÍA:

Callado estás, Señor, como una herida

Silencioso como una madrugada

No dices nada en el sagrario, nada,

Que ya lo has dicho todo con tu vida.

Vive, Señor, tu voz enmudecida

Sordomuda de amor, encarcelada

Y cuanto más humilde y más callada

Más nos alienta para ser oída.

Que es tu silencio el que me está diciendo

Que estás tan encerrado para amarme

Para que yo te ame y Tú me abras.

Porque si con fe te estoy oyendo

Y todo me lo dices sin hablarme

Para qué necesito tus palabras.

4.- RECONCILIACIÓN

¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras? ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío, que a mi puerta, cubierto de rocío, pasas las noches del invierno oscuras?

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras, pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío, si de mi ingratitud el hielo frío secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía: «Alma, asómate ahora a la ventana, verás con cuánto amor llamar porfía»!

¡Y cuántas, hermosura soberana, «Mañana le abriremos», respondía, para lo mismo responder mañana!

5.- ORACIÓN

Recuerdo que una mano me llevaba

y que, en la mano, un corazón latía,

una savia caliente, que subía

por mis dedos y me confortaba.

Recuerdo que mi madre la apretaba

como abrazando mi alma, que decía:

“Mira, aquí está Dios, Dios”, y que tenía

temblor su voz cuando lo mencionaba.

Y yo buscaba al Dios desconocido

En los altares, sobre la vidriera

En que jugaba el sol a ser fuego y cristal.

Y ella añadía: “No le busques fuera,

Cierra los ojos, oye su latido:

Tú eres, hijo, la mejor catedral”.

             (Martín Descalzo)

6.- GESTOS EXTERNOS:

  • No sólo privarse de alimento sino de rencor
  • No sólo dar limosna sino el corazón
  • No sólo sacrificarse en actos aislados sino tomar una opción personal.

7.- DESIERTO

Yo sé que estás conmigo, porque todas las cosas se me han vuelto claridad: porque tengo la sed y el agua juntas en el jardín de mi sereno afán. Yo sé que estás conmigo, porque he visto En las cosas tu sombra, que es la paz; Y se me han aclarado las razones de los hechos humildes, y el andar por el camino blanco, se me ha hecho un ejercicio de felicidad. No he sido arrebatado sobre nubes ni he sentido tu voz, ni me he salido del prado verde donde suelo andar... ¡otra vez, como ayer, te he conocido por la manera de partir el pan!

8.- CARIDAD

*Ayunar para dar, no parta tener más.

*Campañas especiales. Ser solidarios.

“El ayuno que yo quiero es éste: liberar a los oprimidos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo... Misericordia quiero y no sacrificios”

“El hombre de hoy debe ayunar, es decir, de abstenerse de muchos medios de consumo, de estímulos, de satisfacción de los sentidos: ayunar significa abstenerse de algo. El hombre es él mismo cuando logra decirse a sí mismo: ¡no! No es la renuncia por la renuncia, sino para el mejor y más adecuado desarrollo de sí mismo, para vivir mejor los valores superiores, para el dominio de sí mismo”

                  (Juan hablo II)

9.- SILENCIO:

Menos ruido, espectáculos, hiperactivismo...

Para escoger la mejor parte.

Dichoso el que ve, no viendo;

y el que sabe no saber

y el que está muerto viviendo;

y el que es rey, obedeciendo,

y siendo, llegó a no ser...

El que supo tanto aquí,

que en el corazón de Dios

se entró, huyendo de sí,

y permaneciendo allí,

uno hizo amor de Dios.

    (Antonio de Rojas)

10.-LECTURA, CONTEMPLACIÓN, ADORACIÓN

Si para recobrar lo recobrado

debí perder primero lo perdido,

si para conseguir lo conseguido

tuve que soportar lo soportado.

Si para estar ahora enamorado

Fue menester haber estado herido,

Tengo por bien sufrido lo sufrido,

Tengo por bien llorado lo llorado.

Porque después de todo he comprobado

que no se goza bien de lo gozado

sino después de haberlo padecido.

Porque después de todo he comprendido

que lo que árbol tiene de florido

vive de lo que tiene sepultado.

DESARROLLO HISTÓRICO

En los primeros años de la Iglesia, la duración de la Cuaresma variaba. Finalmente alrededor del siglo IV se fijó su duración en 40 días. Es decir, que ésta comenzaba seis semanas antes del domingo de Pascua. Por tanto, un domingo llamado, precisamente, domingo de cuadragésima.

En los siglos VI-VII cobró gran importancia el ayuno como práctica cuaresmal, presentándose un inconveniente: desde los orígenes nunca se ayunó en domingo por ser día de fiesta, la celebración del Día del Señor. ¿Cómo hacer entonces para respetar el domingo y, a la vez, tener cuarenta días efectivos de ayuno durante la cuaresma? Para resolver este asunto, en el siglo VII, se agregaron cuatro días más a la cuaresma, antes del primer domingo, estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto. (Si uno cuenta los días que van del Miércoles de Ceniza al Sábado Santo y le resta los seis domingos, le dará exactamente cuarenta). Así la Iglesia empezó la costumbre de iniciar la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza, costumbre muy arraigada y querida por el pueblo cristiano. Así, la Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina el Domingo de Ramos, día que se inicia la Semana Santa.

El Catecismo de la Iglesia Católica retoma esta idea y la expresa de la siguiente manera: “La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto” (n. 540).

¿POR QUÉ LA CUARESMA EN LA IGLESIA CATÓLICA? "La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto" (n. 540).

¿CUÁL ES, POR TANTO, EL ESPÍRITU DE LA CUARESMA? Debe ser como un retiro colectivo de cuarenta días, durante los cuales la Iglesia, proponiendo a sus fieles el ejemplo de Cristo en su retiro al desierto, se prepara para la celebración de las solemnidades pascuales, con la purificación del corazón, una práctica perfecta de la vida cristiana y una actitud penitencial.

¿QUÉ ES LA PENITENCIA? La penitencia, traducción latina de la palabra griega metanoia que en la Biblia significa la conversión (literalmente el cambio de espíritu) del pecador, designa todo un conjunto de actos interiores y exteriores dirigidos a la reparación del pecado cometido, y el estado de cosas que resulta de ello para el pecador. Literalmente cambio de vida, se dice del acto del pecador que vuelve a Dios después de haber estado alejado de Él, o del incrédulo que alcanza la fe. 

¿QUÉ MANIFESTACIONES TIENE LA PENITENCIA? "La penitencia interior del cristiano puede tener expresiones muy variadas. La Escritura y los Padres insisten sobre todo en tres formas: el AYUNO, la oración, la limosna, que expresan la conversión con relación a sí mismo, con relación a Dios y con relación a los demás. Junto a la purificación radical operada por el Bautismo o por el martirio, citan, como medio de obtener el perdón de los pecados, los esfuerzos realizados para reconciliarse con el prójimo, las lágrimas de penitencia, la preocupación por la salvación del prójimo, la intercesión de los santos y la práctica de la caridad "que cubre multitud de pecados" (1 Pedro, 4,8.)." (Catecismo Iglesia Católica, n.1434).

¿ESTAMOS OBLIGADOS A HACER PENITENCIA? "Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por la ley divina a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales en los que se dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia." (Código de Derecho Canónico, cánon 1249).

¿CUÁLES SON LOS DÍAS Y TIEMPOS PENITENCIALES? "En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma." (Código de Derecho Canónico, cánon 1250).

¿QUÉ DEBE HACERSE TODOS LOS VIERNES DEL AÑO? En recuerdo del día en que murió Jesucristo en la Santa Cruz, "todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo." (Código de Derecho Canónico, cánon 1251).

¿CUÁNDO ES CUARESMA? La Cuaresma comienza el Miércoles de ceniza y concluye inmediatamente antes de la Misa Vespertina in Coena Domini. (jueves santo). Todo este período forma una unidad, pudiéndose distinguir los siguientes elementos: 1)El Miércoles de ceniza, 2)Los domingos, agrupados en el binomio, I-II; III, IV y V; y el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, 3)La Misa Crismal y 4)Las ferias.

¿A QUÉ NOS INVITA LA IGLESIA EN LA CUARESMA? La Iglesia persiste en invitarnos a hacer de este tiempo como un retiro espiritual en el que el esfuerzo de meditación y de oración debe estar sostenido por un esfuerzo de mortificación personal cuya medida, a partir de este mínimo, es dejada a la libertad generosidad de cada uno.

¿QUÉ DEBE SEGUIRSE DE VIVIR LA CUARESMA? Si se vive bien la Cuaresma, deberá lograrse una auténtica y profunda CONVERSIÓN personal, preparándonos, de este modo, para la fiesta más grande del año: el Domingo de la Resurrección del Señor.

¿QUÉ ES LA CONVERSIÓN? Convertirse es reconciliarse con Dios, apartarse del mal, para establecer la amistad con el Creador. Supone e incluye dejar el arrepentimiento y la Confesión de todos y cada uno de nuestros pecados. Una vez en gracia (sin conciencia de pecado mortal), hemos de proponernos cambiar desde dentro (en actitudes) todo aquello que no agrada a Dios.

¿POR QUÉ SE DICE QUE LA CUARESMA ES UN "TIEMPO FUERTE" Y UN "TIEMPO PENITENCIAL? "Los tiempos y los días de penitencia a lo largo del año litúrgico (el tiempo de CUARESMA, cada viernes en memoria de la muerte del Señor) son momentos fuertes de la práctica penitencial de la Iglesia. Estos tiempos son particularmente apropiados para los ejercicios espirituales, las liturgias penitenciales, las peregrinaciones como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna, la comunicación cristiana de bienes (obras caritativas y misioneras)." (Catecismo Iglesia Católica, n. 1438)

¿CÓMO CONCRETAR MI DESEO DE CONVERSIÓN? De diversas maneras, pero siempre realizando obras de conversión, como son, por ejemplo: 1.Acudir al Sacramento de la Reconciliación (Sacramento de la Penitencia o Confesión) y hacer una buena confesión: clara, concisa, concreta y completa. 2.Superar las divisiones, perdonando y crecer en espíritu fraterno. 3.Practicando las Obras de Misericordia.

¿CUÁLES SON LAS OBRAS DE MISERICORDIA? Las Obras de Misericordia espirituales son: Enseñar al que no sabe. Dar buen consejo al que lo necesita. Corregir al que yerra. Perdonar las injurias. Consolar al triste. Sufrir con paciencia las adversidades y flaquezas del prójimo. Rogar a Dios por los vivos y los muertos Las Obras de Misericordia corporales son: Visitar al enfermo. Dar de comer al hambriento. Dar de beber al sediento. Socorrer al cautivo. Vestir al desnudo. Dar posada al peregrino. Enterrar a los muertos.

¿QUÉ OBLIGACIONES TIENE UN CATÓLICO EN CUARESMA? Hay que cumplir con el precepto del AYUNO y la ABSTINENCIA, así como con el de la CONFESIÓN y COMUNIÓN anual.

¿EN QUÉ CONSISTE EL AYUNO? El AYUNO consiste en hacer una sola comida al día, aunque se puede comer algo menos de lo acostumbrado por la mañana y la noche. No se debe comer nada entre los alimentos principales, salvo caso de enfermedad.

¿A QUIÉN OBLIGA EL AYUNO? Obliga vivir la ley del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que tengan cumplido cincuenta y nueve años. (cfr. CIC, c. 1252).

QUÉ ES LA ABSTINENCIA? Se llama abstinencia a privarse de comer carne (roja o blanca y sus derivados).

¿A QUIÉN OBLIGA LA ABSTINENCIA? La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años.(cfr. CIC, c. 1252).

¿PUEDE CAMBIARSE LA PRÁCTICA DEL AYUNO Y LA ABSTINENCIA? "La Conferencia Episcopal de cada País puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad." (Código de Derecho Canónico, cánon 1253).

¿QUÉ ES LO QUE IMPORTA DE FONDO DEL AYUNO Y LA ABSTINENCIA? Debe cuidarse el no vivir el ayuno o la abstinencia como unos mínimos, sino como una manera concreta con la que nuestra Santa Madre Iglesia nos ayuda a crecer en el verdadero espíritu de penitencia.

¿QUÉ ASPECTOS PASTORALES QUE CONVIENE RESALTAR? 1)La catequesis del Misterio Pascual y de los sacramentos; 2)La exposición y celebración abundante de la Palabra de Dios, como lo aconseja vivamente el cánon. 767, & 3, 3). 3)La participación, de ser posible diaria, en la liturgia cuaresmal, en las celebraciones penitenciales y, sobre todo, en la recepción del sacramento de la penitencia: "son momentos fuertes en la práctica penitencial de la Iglesia" (CEC, n. 1438), haciendo notar que "junto a las consecuencias sociales del pecado, detesta el mismo pecado en cuanto es ofensa a Dios"; y, 4)El fomento de los ejercicios espirituales, las peregrinaciones, como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna y las obras caritativas y misioneras

CUARESMA, TIEMPO DE CONTRASTES Y DE POESÍA

  La cuaresma ha sido siempre un tiempo especial de cuestionamientos y deseos de avanzar en esta lucha sin cuartel contra la monotonía en la que caemos en las cosas de Dios.

-Un tiempo gris o un tiempo primaveral.

 No nací para ser

 en la fiesta pagana

una flor de placer

que se olvida mañana.

Aún persiste el aroma

Que encendió mi capullo;

Ven, jardinero, toma

Lo que es tuyo.

Quiero ser el agrado

De tu sola mirada,

Como huerto cerrado

Como fuente sellada.

¡Tú no has vuelto jamás!

Yo te llamo, te espero…

¡Yo sé que volverás,

Jardinero!

-Tiempo de tristeza o tiempo de esperanza.

 -Tiempo de soledad o tiempo de comunidad.

  -Tiempo de penitencia o tiempo de alegría.

  -Tiempo de ceniza o tiempo de ascuas.

  -Tiempo de desierto o tiempo de oasis.

  -Tiempo de Dios o tiempo del hombre.

  -Tiempo de golpes de pecho o tiempo de perdón.

  -Tiempo de muerte o tiempo de vida.

-Tiempo de espinas o tiempo de rosas.

Bendito seas Señor

      por tu infinita bondad

      Porque pones con amor

      Sobre espinas de dolor

      Rosas de conformidad.

      Será el dolor que viniere

En buena hora recibido

Venga, pues, que Dios lo quiere…

¿Qué me importa verme herido

Si es mi Dios el que me hiere?

 Por eso, Dios y Señor,

Porque por amor me hieres

Porque con inmenso amor

Pruebas con mayor dolor

A las almas que más quieres

Porque sufrir es curar

Las llagas del corazón

Porque sé que me has de dar

Consuelo y resignación

A medida del pesar

Por tu bondad y tu amor

Porque lo mandas y quieres

Porque es tuyo mi dolor…

¡bendita sea, Señor,

La mano con que me hieres!

   Sólo desde el contraste se puede apreciar la profunda belleza de la creación y sólo desde el contraste podemos adentrarnos en el interrogante de la cuaresma.

   El poeta argentino Francisco Luis Bernárdez, tiene unos inspirados versos de un soneto, que dicen:

“Porque después de todo he comprobado

que no se goza bien lo gozado

sino después de haberlo padecido.

Porque después de todo he aprendido

que lo que el árbol tiene de florido

vive de lo que tiene sepultado"

  ¡FELIZ TIEMPO DE CUARESMA, PUEBLO DE DIOS!

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