#sentipensares CUANDO EL AMOR TE ALCANZA SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

CUANDO EL AMOR TE ALCANZA SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
CUANDO EL AMOR TE ALCANZA SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

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Hace casi seis décadas, acompañada por mi familia y amistades, en la solemnidad como la que se festeja hoy, recibí por primera vez, el Cuerpo y la Sangre de Jesús.

Papá a quién tanto le gustaba la fotografía pidió que nos tomaran una, y por ello tengo ahora tan fiel recuerdo de ese día. En ese entonces era una niña con ocho años, y mis padrinos fueron mis abuelos maternos, guías vitales en mi vida y de quien recibí amor continuo. De mi abuelo por dieciséis años, de mi abuela por un poco más de cuatro décadas.

Mamá tuvo por muchísimos años, la imagen del Sagrado Corazón de Jesús en la cabecera de su cama. Crecí con esa imagen y hasta pocos años antes de su regreso a la casa de la Madre/Padre celestial estuvo en ese lugar.

En mi niñez, era común que tuviera a mi alcance revistas de la vida de los santos, pero hay un par de libros que mamá me regaló y que al ´paso de los años han conquistado por derecho propio, el tinte amarillento de los libros antiguos. Uno de ellos,  la vida de Santa Margarita María Alacoque, apóstol del Sagrado Corazón de Jesús, en su primera impresión en 1965.

Su contenido desde siempre me ha producido una grata sensación. En ese entonces porque era una lectura nueva, siendo la oportunidad de conocer a una mujer notable. Con el paso de los años, su relectura, porque me ha llevado a reflexionar acerca del testimonio valiente y decidido de esta mujer que enfrentándose a la problemática de su tiempo, y particularmente a un patriarcado recalcitrante, tanto en su vida civil como en el lapso que vivió como religiosa.

Se esforzó por vivir de acuerdo a lo que el Señor Jesús le fue primero dando como guía y fortaleza a través de su madre santísima, la virgen María, apenas siendo una niña; para después, cuando se creyera que estaba en el lugar idóneo para convertirse en apóstol, en contraste, fue el lugar donde tuvo que luchar y afanarse por llevar a cabo la misión que Jesús le fue develando.

Enfrentó el patriarcado no solo ejercido por varones, sino también por algunas religiosas de su congregación. No obstante, fiel a su seguimiento a Jesús, creativa, decidida y valiente lo puso antes que todo,  incluso padeció por ello.

Así que en este día, significativo en mi vida, puedo decir que dos mujeres con una extensa diferencia de tiempos, me han conducido a reconocer y a experimentar profundamente  el amor del Sagrado Corazón de Jesús.

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