Un santo para cada día: 13 de agosto San Radegunda

San Radegunda
San Radegunda

"La encontramos ya en el féretro y la hermosura de su rostro sobrepasaba a la de los lirios y las rosas. Alrededor del catafalco había  unas 200 religiosas de aquel claustro, que llevaban vida perfecta, sostenidas por las palabras de la santa"

Corrían tiempos de guerras  y de violencias de asesinatos y venganzas según la costumbre de unos pueblos rudos que solo entendían el lenguaje de la fuerza y se alimentaban del pan amasado con sangre. Así nos lo recuerda la voz  del poeta : “He visto a las  mujeres  arrastradas a la esclavitud con las manos atadas y el pelo suelto, una andaba descalza sobre la sangre de su marido ; otra pasaba por encima del cadáver de su hermano . Cada cual ha tenido sus motivos de llanto y yo he llorado por todos. He llorado por mis parientes muertos y fuerza es también que llore por los que han quedado vivos. Cuando mis lágrimas dejan de correr, cuando mis suspiros callan, mi pena no enmudece”.

Nos situamos en torno  al año 529  y Clotario rey de los francos en  Neustria acababa de obtener una victoria  sobre el rey de los turingios  llevándose como rehenes a dos hermanos  pertenecientes a la realeza , un niño y una niña llamada Radegunda  que con apenas 8 años había impresionado a Clodomiro por su hermosura. El rey franco se hizo cargo de ella llevándola a una residencia real para que allí recibiera una educación exquisita, incluido el conocimiento de la literatura griega y latina. Allí permaneció Radegunda hasta que la reina Ingonda  murió y fue llamada por el rey para ocupar su puesto.  Cuando la cautiva supo la noticia se horrorizó  y salió huyendo; pero pronto fue encontrada y el matrimonio se celebró según los deseos de Clodomiro. Lo que pasara después en la intimidad de la alcoba no lo sabemos, sí sabemos en cambio que ella no tuvo ningún embarazo. El caso es que pasado un tiempo el pueblo turingio se sublevó y en represalia, el hermano de Radegunda fue ejecutado. Quedaba claro  que a partir de este momento, ella ya no podría convivir con el asesino de su hermano.

Santa Radegunda

Después de seis años de matrimonio que debieron ser un infierno, había llegado el momento de poner fin a este drama. Dando a entender la reina cautiva que necesitaba del  consuelo religioso para poder soportar su dolor por la pérdida de su hermano, emprende viaje a Noyon donde se entrevista con el obispo Medardo y le dice que está decidida a abandonar el mundo y a hacerse religiosa, pero el obispo no acaba de decidirse, sabiendo la que se le viene encima si respalda este plan , entonces la reina le increpa con estas palabras : “ Si tardas en consagrarme y temes más a los hombres que a Dios , has de saber que tú como pastor, has de dar cuenta a Dios de tu oveja”. No hizo falta más para que el prelado entrara en razón.  Clodomiro al enterarse de la noticia fue a su búsqueda, pero ella ya había huido a Poitiers de  incognito

La cautiva de Clotario al sentirse libre, la primero que hizo fue  fundar el monasterio de Nta. Señora en el que entraron numerosas jóvenes para alabar a Dios y dedicarse a una vida de oración y penitencia, trabajar en los quehaceres que les eran propios y dedicar algún tiempo al estudio. Contaría con la estimable colaboración de su amiga del alma Inés y del  poeta italiano Venancio Fortunato quien la comprendió, la consoló  y ayudó todo lo que pudo.

    Llegó al final de sus días con una gran influencia sobre las personalidades de la época. Vestida con pobre sayal moría 13 de agosto  de 587  cuando contaba unos 67 años; quien había sido princesa de  Turingia y reina cautiva de los francos se despedía del mundo en el monasterio de Notre-Dame. Gregorio de Tour nos recuerda estos tristes momentos con estas sentidas  palabras.  “La encontramos ya en el féretro y la hermosura de su rostro sobrepasaba a la de los lirios y las rosas. Alrededor del catafalco había  unas 200 religiosas de aquel claustro, que llevaban vida perfecta, sostenidas por las palabras de la santa. Muchas de ellas tenían sangre real en las venas, o habían pertenecido en el mundo a familias senatoriales.”

Reflexión desde el contexto actual

Al ejemplo de Ester y de Rut  el Dios providente  vuelve a poner  de manifiesto su gran poder, ensalzando a los débiles y  empequeñeciendo a los poderosos. Radegunda  ha pasado a la historia  como la mujer ante la cual tuvo que doblegarse la corona de Clotario y la mitra del obispo Medardo. Ayer como hoy se repite la misma historia que queda reflejada en aquella frase evangélica válida para todos los tiempos, según la cual, “El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes” Lc 1,52 Si de algo tenemos necesidad los cristianos de hoy es de convencernos que por muy difíciles que estén las cosas no podemos perder la confianza en un Dios que todo lo puede.

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