La Iglesia celebra los 400 años de la llegada a la India del primer jesuita lituano León XIV: "Padre Rudamina, un ejemplo extraordinario de paciencia e ingenio"

| Alessandro De Carolis
Nueve mil kilómetros. Esa es la distancia que recorrió el jesuita Andrius Rudamina, de 29 años, desde su tierra natal, Lituania, hasta llegar a Goa, en la India, junto con 11 hermanos portugueses. Es el 22 de agosto de 1625 y es la primera vez que un hijo de San Ignacio de Loyola pisa el inmenso subcontinente indio. Allí permanecerá solo unos meses, lo suficiente para ganarse el aprecio de todos por su atención y solidaridad hacia los pobres y los enfermos.
Un pedazo de la historia de la Iglesia que se celebra con todos los honores, 400 años después de aquel acontecimiento, en la catedral de Old Goa, acompañado por la bendición de León XIV.
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En un telegrama firmado por el cardenal secretario de Estado Pietro, Pietro Parolin, y dirigido al cardenal arzobispo de Goa y Damão, Sebastião do Rosário Ferrão, el Papa recuerda el testimonio del padre Rudamina, «cuya firme fe católica —escribe— sigue siendo visible hoy en día en Lituania» y cuyo «legado de diálogo e integración cultural» sigue siendo «extraordinario».
Si bien el padre del religioso, un noble de un pueblo cercano a Vilna, hubiera querido que Andrius fuera un brillante estadista, la decisión de consagrarse a Dios ha dado a la Iglesia un testigo de quien el Papa León evidencia la «paciencia» e «ingenio» demostrados en la difusión de la palabra de Cristo y, al mismo tiempo, la esperanza de que «tanta generosidad y valentía» anime «a muchos en nuestro tiempo a responder con igual paciencia e ingenio a la tarea de la evangelización».
León XIV concluye invitando a los cristianos de Goa, «especialmente en este año jubilar centrado en la esperanza», a promover «un diálogo tanto ecuménico como interreligioso que pueda servir a toda la sociedad como modelo de armonía fraterna, reconciliación y concordia».