Música que es luz
¡Feliz lunes! Aprovecha esta semana que empieza para disfrutarla a tu manera. ¡No te dejes llevar por convencionalismos! Yo te propongo que lo consigas con una música que, como digo en el título, es pura luz. La cuestión es que para mí me parece luz toda la obra de este maestro, maestrísimo, de hoy. A mí (y perdona que hable de mí mismo) su música siempre me sabe a poco, siempre el cuerpo me pide más, para alegrarme, para recargar mis pilas, para acompañarme...
La sonrisa la tenemos asegurada con este Rondó para piano y orquesta en Re Mayor, K. 382. Fue escrito a modo de reemplazamiento del último movimiento de su concierto K. 175. Era una obra que a él mismo le encantaba y quiso revisarla cuando se dedicó por su cuenta a dar clases y conciertos. Lo dos primeros sufrieron pequeños retoques pero en tercero lo reescribió completamente. Fue probablemente compuesto en 1782 y desde su publicación se ha convertido en una de las obras favoritas de Mozart. Él mismo le dijo a su padre que le había salido "una gema". En realidad no se trata de un rondó propiamente dicho sino un conjunto de variaciones y en él Mozart hace pequeñas variaciones de tempo. Efectivamente, una verdadera joya.
La partitura de la pieza puedes descargarla aquí.
La interpretación es de Alfred Brendel (piano) y la Academy of St. Martin-in-the-Fields dirigidos por Neville Marriner.