Señor, no soy digno de que entres en mi casa
¡Feliz jueves! Estas poderosas palabras que se dicen antes de recibir la comunión y que fue las que el centurión le dijo a Jesús, nos conmueven cada vez que las escuchamos porque nos colocan en la más profunda humildad y pequeñez ante Dios.
Nos visita Tomás Luis de Victoria (1548-1611), compositor español nacido en Ávila y fallecido en Madrid. Hay quien sugiere que el maestro nació en la localidad de Sanchidrián (Ávila), pero parece ser que se ha descubierto que no es así, aunque sí se sabe que su familia estuvo vinculada con este municipio. En algunas actas aparece la alusión a Thomae Ludovici de Victoria, Abulensis, algo que podría empezar a indicar que el maestro nació en la capital (aunque podría ser la provincia). Sin embargo, el propio compositor es quien nos va a dar la solución al misterio. En efecto, escribiendo al papa Gregorio XIII, el maestro se expresó en un breve como ex Civitate Abulen, lo que parece que definitivamente se refiere al nacimiento en esta ciudad. La cuestión tiene alguna vuelta más porque el abuelo del compositor alude en su testamento al nacimiento de Tomás Luis de Victoria en Ávila, efectivamente, pero también a la localidad de Sanchidrián, con lo que la familia estuvo vinculada con ambos lugares, de ahí la confusión.
Disfrutemos de su motete para la comunión titulado Domine, non sum dignus, a cuatro voces. Es una obra exquisita con texto tomado del evangelio de Mateo. En ella podemos apreciar toda la fuerza que es capaz de imprimir Victoria a la música incluso en obras de pequeño tamaño como esta. El maestro dota a la música de una intensa potencia para indicar ese momento de la liturgia en el que nos mostramos más pequeños porque vamos a recibir el Cuerpo de Cristo. Una verdadera belleza, como es habitual en el abulense.
La partitura de la obra puede descargarse aquí.
La interpretación es del Collegium Vocale de Gante dirigidos por Philippe Herreweghe.