Mi paloma es única

Unica est columba mea, Peñalosa

¡Feliz sábado! Es claro que no voy a exponer aquí nada sobre ornitología y un título así solo puede llevarnos al Cantar de los Cantares bíblico. Efectivamente, a ese libro de la Biblia se dirigió nuestro compositor de hoy, español, de esos insignes, que crearon escuela, que trabajó en un centro importante y fue maestro de maestros.

Talavera de la Reina

Es Francisco de Peñalosa (c. 1470-1528), compositor español nacido en la localidad toledana de Talavera de la Reina. Se dice que fue el compositor más culto de su época, siendo muy apreciado por el rey Fernando el Católico. Su padre se llamaba Pedro Díaz de Segovia y poco más se sabe de su infancia y juventud. Sí sabemos que fue ordenador sacerdote pero no dónde terminó ejerciendo. El 1506 fue nombrado canónigo de la catedral de Sevilla (por petición real) de la que terminaría siendo maestro de capilla y tesorero. Allí, pudo ser perfectamente maestro del joven Cristóbal de Morales. A su muerte fue enterrado en la nave de la catedral, algo poco común. Un cronista casi contemporáneo dijo de él: «Muy poco há que murió aquel famoso varón don Francisco de Peñalosa, Maestro de capilla del cathólico Rey don Fernando, el qual en la Música en arte y boz escedió á Apolo su inventor».

Escuchemos su motete Unica est columba mea. Está compuesto para tres voces y, como dije en la introducción, su texto está tomado del Cantar de los Cantares, libro bíblico habitual para tomar textos dedicados a la Virgen. Aquí Peñalosa compone una obra muy expresiva, en un estilo florido, algo que se nota especialmente en expresiones como animae sanctae e immaculatam y, por tanto, se las apaña para a la vez destacar en contenido dogmático de la composición. La composición termina con una pequeña referencia a la Trinidad gracias a ese triple aleluya final. Un bello bombón.

La interpretación es de New York Polyphony.

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