Lourdes Francés: "Descansa en paz, Madre mía"




REQUIESCAT IN PACE

Cuando la Muerte era una viajera que se detenía en las casas de los extraños y no visitaba la nuestra, hace casi 2 años, yo escribí unas palabras sobre La figura de la MADRE en la familia, palabras que ahora comparto en honor y agradecimiento a mi madre, fallecida ayer, rodeada de Paz y del Amor de toda su familia.

Si en los últimos tiempos he estado buscando un sentido a mi vida, tras la experiencia de acompañar ayer por la tarde a mi madre en el trance de su muerte, puedo asegurar que el sentido lo he encontrado, pues así como los padres son fundamentales para crear Vida y hacer que esos diminutos seres recién nacidos adquieran todas las habilidades para desenvolverse con autonomía y criterio en la vida, así los hijos con suerte podemos corresponder en alguna medida a su generosidad aconpañándoles a ellos en el seguro tránsito que a todos nos espera al final del camino.

DESCANSA EN PAZ, MADRE MÍA.

Escrito por mí, Lourdes Francés, 22/01/2017

Muy agradecida a todos cuantos nos mandan sus mensajes de ánimo y nos acompañan en estos duros momentos.

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CANTO A MAMÁ

Si la fuerza de mi voluntad fuera ilimitada y ella consiguiera de tu corazón latir sin desmayo.

Si la constancia en perseguir mi felicidad fuera infinita y ella lograra que las canciones y gorjeos volvieran a resonar en tu boca.

Si la tenacidad en conseguir mis objetivos fuera inabarcable y ella permitiera que volvieras a bailar como hacías.

Si la sonrisa de mi rostro fuera imperecedera y ella pudiera evocar las risas alegres de tu juventud.

Si la Luz que se refleja en mis ojos cuando te miro iluminara por un instante los tuyos ahora inexpresivos, entonces yo te entregaría con gusto la vida que me has dado,

MAMÁ.

Escrito por mí, Lourdes Francés, 20/01/2017



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La figura de la MADRE en la familia

Lourdes Francés
3 de mayo de 2015 ·

Qué bien está diseñada la institución de la familia que cuenta con la figura de la MADRE, ser maravilloso que te trae al mundo en un acto de generosidad que se prolonga hasta el mismo momento de la muerte.
La mía es única y excepcional; con decir que todo lo que he intentado en la vida lo he hecho para tenerla contenta, lo digo todo.

Ha conseguido que una niña asmática desde los 3 meses enfrente la vida con espíritu optimista, alegre y mentalidad ganadora. Ha potenciado mis cualidades y me ha exigido que las aflore. Ha recompensado mis bondades e intentado limar mis múltiples defectos, aunque últimamente se ha dado por vencida y noto que me acepta como soy.

Realista, austera, trabajadora y poco dada a veleidades, por un cumplido suyo viajaría al fin del mundo.
A unos meses de cumplir los 90 aún disfruta con una buena charla y leyendo el periódico (siempre empezando por las esquelas). Mira a mi padre sonriendo con arrobo de enamorada y no guarda rencores de pequeñas infamias, quizá porque la memoria reciente le falla.

Acomodada en su sillón desde que hace varios años se fracturara una cadera y al año siguiente la otra, su mayor placer es hablar por teléfono con sus hijos y nietos. Qué gran invento el teléfono, que permite disculparnos por esas visitas omitidas, pero cuando la disculpa es el trabajo, nos perdona con magnanimidad.

Mamá, por todas las noches sin dormir que te robé cuando era niña y me ahogaba acostada en mi cama, aterrada ante la inminencia del ataque asmático; por todas las preocupaciones y disgustos que habré sembrado en tu corazón a lo largo de mi vida; por todos los desencuentros y desamores; por todos los egoísmos de hija atolondrada; por todas las ausencias, impaciencias e inoperancias; por si alguna o muchas veces te he decepcionado, hoy te pido perdón y ruego que sigas en vanguardia, vigilante de todo, para que yo todavía pueda dormir tranquila y segura pensando que tú a mi lado velarás mi sueño: mi madre.

Te quiero mamá.

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