“El Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien al misterio pascual” (GS 22) Ascensión del Señor (16.05.2021): entrada en la plenitud del Amor

La Ascensión de Jesús al cielo es la ascensión al Amor pleno

Comentario:  “Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo” (Mc 16,15-20)

Leemos los seis versículos finalesdel apéndice de Marcos (16, 9-20), apéndice ausente en los códices más autorizados. Expresa la fe de la Iglesia del s. II sobre la apariciones, la misión universal y la ascensión al cielo. Narran la aparición “a los Once cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado” (Mc 16, 14). En la mesa recordaban el amor y la bondad de Jesús. Lógicamente imaginaban a Jesús dolido por su negativa a aceptar su vida resucitada en el amor de Dios, tal como les había dicho muchas veces. También en la mesa, revivían el deseo ardiente de Jesús de continuar su obra: “id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación” (v. 15).

El que crea y sea bautizado se salvará”. Creer en el Reino y trabajar por él es voluntad palmaria de Jesús. Esa fue la causa de su vida y de su muerte. A esa causa se adhirieron los discípulos. El bautismo expresaba la fe y compromiso con dicha causa. Actuando el reino de Dios, encontraban salvación, realización de sus personas, alegría, paz, amor... Este camino acrecía la esperanza en la utopía del Amor y terminaba en la “ascensión” al Amor pleno, a donde Jesús había llegado tras la muerte. Sus seguidores llegarían guiados por el mismo Espíritu: “si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús también dará vida a vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros” (Rm 8,11).

“El que no crea será condenado”. Si Dios es Amor, “creemos que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien al misterio pascual” (GS 22). Quien rechaza el Amor desrealiza su vida, la arruina, la condena. No tenemos necesidad que pensar en venganza de ultratumba, fruto de nuestra imaginación. Los profetas apuntaron en esta dirección: Dios “no actúa con el ardor de su cólera, él es Dios y no hombre, santo en medio de nosotros, y no se deja llevar por la ira” (Os 11,9). El Padre de Jesús no odia, ni se venga. Ofrece su amor gratuito eterno. No aceptar el amor es inhumano, es pecado en sentido religioso. “La paga del pecado es la muerte, mientras que el don de Dios esla vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Rm 6,23). ¿Alguien conscientemente no aceptará  el Amor real? Creo que no.  

El Señor Jesús fue llevado al cielo”. Es un modo de presentar la resurrección. Como estos otros: “recibido en la gloria” (1Tim 3,16e), “sentado a la derecha de la Majestad en las alturas” (Hebr 1,3; Salmo 110,1). Jesús se convierte en el “primogénitode los muertos” (Ap 1,5). “Primogénito”: no en el tiempo, sino como causa original de nuestra realización plena. Jesús resucitado es prototipo fundante y “autor de la vida” (He 3, 15). La palabra griega “arjegón” es usada en el Nuevo Testamento para esclarecer este papel de Jesús. Compuesta de dos raíces (“arjé”: principio y “ago”: dirigir) suele traducirse: autor, iniciador, inaugurador, jefe, guía que lleva al origen y final de la propia naturaleza. “Dios lo ha exaltadocon su diestra, haciéndolojefe (“arjegón”) y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados” (He 5,31).  “Convenía que aquel,para quien y por quien existe todo, llevara muchos hijos a la gloria perfeccionando mediante el sufrimiento al jefe (“arjegón”) que iba a guiarlos a la salvación” (Hebr 2,10). “Corramos con constancia... renunciando a todo lo que nos estorba y al pecado que nos asedia,fijos los ojos en el que inició (“arjegón”) y completa nuestra fe, Jesús, quien, en lugar del gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios” (Hebr 12, 1-2)] .

Oración: Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo” (Mc 16,15-20)

Jesús glorificado:

celebramos hoy tu “perfección”, tu ascenso al Amor;

tu vida resucitada abre nuestra fe:

en el “Dios de vivos” (Mt 22,32; Mc 12,27; Lc 20,38);

en Ti, “primogénito de los muertos” (Ap 1,5);

en Ti, “guíay salvador” (He 5,31);  

en Ti, que llevas hijos a la gloria guiándolos a la salvación” (Hebr 2,10); 

enTi, “que iniciaste y completas nuestra fe” (Hebr 12, 1-2).

Hoy, Jesús resucitado, afianzamos la esperanza:

nada podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Ti” (Rm 8,38-39);

ya vivamos ya muramos, somos del Señor.

Para esto murió y resucitó Cristo:

para ser Señor de vivos y muertos” (Rm 14,8c-9);

si los muertos no resucitan, tampoco Tú, Cristo, has resucitado” (1Cor 15,16).

“Los bienes de la dignidad humana, la unión fraterna y la libertad,

es decir: todos estos frutos buenos de la naturaleza y del esfuerzo nuestro,

propagados por la tierra en el Espíritu del Señor y según su mandato,

de nuevo los encontraremos, limpios de toda inmundicia, iluminados y transformados,

cuando Cristo devuelva al Padre el reino eterno y universal...

Aquí el reino ya está presente misteriosamente;

cuando el Señor venga se consumará” (GS 39).

Jesús resucitado:

dignidad humana, unión fraterna, libertad... son valores auténticos,

pertenecientes al reino de Dios;

pasará la figura de este mundo deformada por el egoísmo;

la creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios...;

será liberada de la esclavitud de la corrupción;

entrará en la gloriosa libertad de los hijos de Dios” (Rm 8,19-21);

son, por tanto, esfuerzos bendecidos por ti:

lograr dignidad humana, unión fraterna, libertad;

hacer progresar el bienestar humano;

conocer mejor la naturaleza y cuidarla;

ordenar y realizar el trabajo humanamente;

ofrecer a todos la mesa de la fraternidad.

A todos, Jesús glorificado, nos pides:

“propagar estos valores en el Espíritu del Señor”:

“que guía el curso de los tiempos y renueva la faz de la tierra,

que está presente en la evolución social,

cuyo fermento evangélico activó y activa en el corazón humano

una irrefrenable exigencia de dignidad” (GS 26).

Cristo ascendido a la gloria del Padre:

danos a sentir tu esperanza que mueve al trabajo por la vida verdadera:

al desarrollo de nuestros “talentos”, revestidos de tu amor;

al crecimiento de tu amor fiel y entregado día a día;

al recuerdo de tu vida comprometida con los más débiles;

a liberar del hambre, la enfermedad, la incultura, la esclavitud;

a echar demonios y hablar lenguas que todos entiendan;

a hermanarnos con la humanidad y la naturaleza.

Jesús “ascendido a lo más alto del cielo” (prefacio hoy):

queremos seguir tus huellas de ascenso en el amor;

queremos “fijar los ojos en ti, que iniciaste y completas nuestra fe”;

queremos que tu Espíritu conduzca nuestra vida

“por caminos de pobreza y persecución...,

proclamando la humildad y la abnegación;

evangelizando a los pobres y levantando a los oprimidos,

buscando y salvando lo que está perdido,

abrazando a todos los afligidos por la debilidad humana,

reconociendo en ellos tu imagen pobre y sufriente” (LG 8).

Preces de los fieles (Ascensión del Señor 16.05.2021)

La Ascensión de Jesús al cielo es la ascensión al Amor pleno. Es la resurrección que a todos nos espera, y que ya en esta vida vamos construyendo. Jesús es el guía de este camino y quien lo completará en nuestra muerte. Pidamos seguir su camino, diciendo: Queremos `ascender´ en bondad, Señor”.

Por la Iglesia:

- que sea ejemplo de bondad, de transparencia, de confianza;

- que no esté “plantada mirando al cielo”, a la vida con los ojos de Jesús.

Roguemos al Señor: “Queremos `ascender´ en bondad, Señor”.

Por las intenciones del Papa (Mayo 2021)

- que “los responsables del mundo financiero colaboren con los gobiernos”;

- que “la regulación de las finanzas protejan a los ciudadanos de su peligro”.

Roguemos al Señor: “Queremos `ascender´ en bondad, Señor”.

Por quienes cuidan del bien común (los políticos):

- que busquen el bien de todos, con honradez, sin corrupción;

- que digan la verdad y miren por los más débiles.

Roguemos al Señor: “Queremos `ascender´ en bondad, Señor”.

Por las víctimas de la enfermedad y la violencia:

- que sean acompañadas hasta su recuperación;

- que sientan el Espíritu divino que habita en su corazón.

Roguemos al Señor: “Queremos `ascender´ en bondad, Señor”.

Por nuestra parroquia:

- que seamos capaces de crecer en valores;

- que seamos una comunidad sana, sin malos rollos.

Roguemos al Señor: “Queremos `ascender´ en bondad, Señor”.

Por esta celebración:

- que sintamos a Jesús que sigue alimentando nuestra vida;

- que la comunión sea con el mundo entero, en amor y esperanza.

Roguemos al Señor: “Queremos `ascender´ en bondad, Señor”.

Tu Ascensión al cielo “es ya nuestra victoria”. Queremos seguir tus huellas de ascenso en el amor. Queremos “fijar los ojos en ti, que iniciaste y completas nuestra fe”. Queremos que tu Espíritu conduzca nuestra vida por los siglos de los siglos.

Amén.

Leganés, 16 de mayo de 2021

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