“Les das la autoridad” misma que Tú tenías, “el Espíritu del Señor, que estaba sobre ti, porque te había ungido y enviado a evangelizar a los pobres...” (Lc 4,18) Domingo 15º TO (11.07.2021): La autoridad eclesial es el Amor, fruto del Espíritu

La misión pretende crear “iglesia” (“casa-hogar”), avivada por el Espíritu Santo

Comentario: “Llamó a los Doce y les fue enviando...” (Mc 6,7-13)

Este episodio viene enmarcado en el primer periodo de la vida pública de Jesús. Es la revelación de Jesús como Mesías (1, 14-8,30). Llama a los primeros discípulos (1,16-20) y elige a los Doce “para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, y que tuvieran autoridad para expulsar a los demonios" (3, 13-19). Hoy leemos el envío de los Doce a “predicar la conversión, echar demonios y curar enfermos” (6,7-13). Terminará haciendo el mismo envío a todos: “La Iglesia peregrinante es misionera por su naturaleza, puesto que se origina de la misión del Hijo y de la misión del Espíritu Santo según el Proyecto de Dios Padre” (Vat. II, Ad Gentes 2). El Espíritu Santo “instila en los corazones de los fieles el mismo ánimo de misión con el que había sido actuado el mismo Cristo” (Ib. 4).

Los envía “de dos en dos”. Costumbre de la iglesia primitiva, basada en la exigencia de dos testigos para que algo sea creíble y testimoniable en un juicio legal. Jesús envía desde su comunidad, ya en marcha. Apunta a lo que el Vaticano destaca como intención básica del Amor divino, manifestado claramente en la vida de Jesús: “Agradó a Dios santificar y salvar a los hombres, no individualmente, sin conexión mutua alguna, sino constituirlos en pueblo, que le conociera a Él en la verdad y le sirviera santamente” (LG 9).  

Dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos”. Autoridad etimológicamente alude a lo que ayudar a crecer. “Dar autoridad” es dar facultad o poder para el desarrollo de las personas o cosas. Aquí, el objeto de la potestad es combatir hasta suprimir las fuerzas del mal: todo lo que daña “los bienes de la dignidad humana, la unión fraterna y la libertad, es decir, todos los frutos buenos de la naturaleza y de nuestro esfuerzo” (GS 39). Esta autoridad es el Amor, fruto primero del Espíritu divino. Amor que produce confianza en el bien y fortaleza ante los “espíritus inmundos” que ensucian y destrozan la vida.

Que llevaran para el camino un bastón y nada más, ni pan, ni alforja ni dinero..., que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto”. “Como Cristo efectuó la redención en pobreza y persecución, así la Iglesia es llamada a seguir este mismo camino para comunicar a los hombres los frutos de la salvación” (LG 8). La “túnica de repuesto” era señal de lujo en aquella época. El Evangelio nos dice que no confiemos en el dinero, sino en la sencillez, en evitar el sufrimiento y en la vida digna de todos. Sin duda, hoy Jesús no alabaría tanta vestimenta inútil, puro ornamento, distintivos de poder, brocados de seda entretejida con oro o plata, etc., de lo que participa también la Iglesia. 

Quedaos en la casa...”. En los evangelios hay dos vocablos que se traducen por «casa»: “oikos” y "oikía".El primero alude primordialmente al recinto o lugar. El segundo a la familia, la relación humana, el “hogar”. Marcos usa los dos términos para subrayar uno u otro sentido (“oikía”: 1,29; 2,15; 3,25; 6,4; 6,10; 7,24; 9,33; 10,10; 10,29; “oikos”: 2,1.11; 3,20; 5,19.38; 7,17.30; 8,3.26; 9,28;). Aquí (6,10: “eís oikían”) insiste en vincularse con lazos fraternales, formar nueva familia, iglesias domésticas.

Sacudíos el polvo..., en testimonio contra ellos (idéntica expresión en Mc 1,44 y 13,9). Gesto judío al abandonar tierra de paganos. Quien rechaza el Amor, propuesta de Jesús, conviene hacerle consciente de lo que hace: que sepa que hubo un “testigo del Amor” en su vida. No es fácil realizar “con autoridad” cristiana, con Espíritu, un gesto similar.

Salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían... y curaban a muchos...”. “Invitan al cambio de mentalidad”, “expulsan muchos demonios”, “curan”. Denuncian la inhumanidad, ayudan a desatarse de espíritus malignos (adicciones nocivas), rehabilitan a enfermos y marginados...

Oración: Llamó a los Doce y les fue enviando...” (Mc 6,7-13)

Como si presente me hallase”, contemplamos el envío de los Doce:

te imaginamos, Jesús misionero del Padre, reunido con 

Simón Pedro, Santiago de Zebedeo y Juan,

Felipe y Andrés, Bartolomé y Mateo, Tomás y Santiago de Alfeo,

Tadeo y Simón el fanático, y Judas Iscariote.

Los envías “de dos en dos, testigos válidos de tu nueva familia:

les das autoridad sobre los espíritus inmundos”;

la misma autoridad que Tú tenías, “el Espíritu del Señor,

que estaba sobre ti, porque te había ungido

y enviado a evangelizar a los pobres...” (Lc 4,18).

Les envías ligeros de equipaje:

les encargas que llevaran para el camino un bastón y nada más,

ni pan, ni alforja ni dinero suelto en la faja;

que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto”.

Bastón, sandalias y una túnica son todo su equipaje;

confiados en la bondad y solidaridad de la gente.

Quedaos en la casa donde entréis...”:

la “casa” que permite la entrada es una familia abierta;

el Espíritu de fraternidad ha abierto sus puertas;

vivir la fraternidad con un “extraño” es ya familia nueva;

“quedaos” en la nueva familia hasta fundar otra y otra...

Si un lugar no os recibe ni os escucha:

sacudíos el polvo de los pies en testimonio contra ellos”; 

manifestad de algún modo vuestra extrañeza;

serán conscientes de su cerrazón al Amor y a la Vida.

Descubrimos, Señor Jesús, lo esencial de la misión:

tu Espíritu de amor a todos es nuestra autoridad;

confiamos en la bondad y la solidaridad del corazón humano;

la finalidad de la misión es crear una “casa-hogar”;

no hay “iglesia” donde no hay aceptación ni escucha.

Marcos nos narra escuetamente el ejercicio de la misión:

Salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios,

ungían con aceite... y curaban a muchos enfermos”.

“Predicar la conversión” es “cambiar la mentalidad”

de “vivir para sí” a “vivir para los demás”;

obedeciendo así al Espíritu creador que

hace salir el sol y bajar la lluvia para justos e injustos” (Mt 5,45);

así “somos hijos del Altísimo que es bueno

con los malvados y desagradecidos” (Lc 6,35).

Con tu Espíritu queremos echar demonios y curar enfermos”:

“echar toda fuerza contraria a la vida:

violencia, envidias, egoísmos diversos, abusos, adicciones nocivas...;

curar enfermos”, aliviando y suprimiendo el sufrimiento,

rehabilitando personas hundidas en cualquier miseria...

Cristo del envío, cuenta con nosotros:

que tu Espíritu encienda en nosotros tu amor y alegría,

tu paz, tolerancia, bondad, dulzura, dominio de sí... (Gál 5,22-23).

Preces de los Fieles (D. 15º TO 11.07.2021)

Jesús nos envía y entrega “la autoridad” que Él tenía: “el Espíritu del Señor,que estaba sobre él, porque le había ungido y enviado a evangelizar a los pobres...” (Lc 4,18). Eso fue en el Bautismo y la Confirmación. Pidamos ser misioneros de su mismo Espíritu diciendo: “queremos ser dóciles a tu Espíritu de amor”.

Por la Iglesia universal:

- que respete la igualdad de hombres y mujeres, según el Evangelio;

- que acepte la pluralidad evangélica dentro del amor y ayuda mutua.

Roguemos al Señor: “queremos ser dóciles a tu Espíritu de amor”.

Por las intenciones del Papa (julio 2021):

- que “la amistad social” penetre en todos los pueblo;

- que “seamos arquitectos de diálogo y de amistad valientes y apasionados,

en situaciones sociales, económicas y políticas conflictivas”.

Roguemos al Señor: “queremos ser dóciles a tu Espíritu de amor”.

Por las vacaciones veraniegas:

- que todos los trabajadores tengan tiempo de descanso;

- que este tiempo sea beneficioso familiarmente.

Roguemos al Señor: “queremos ser dóciles a tu Espíritu de amor”.

Por el tráfico en carreteras y ciudades:

- que seamos responsables, no arriesgando la vida de nadie;

- que ayudemos a solucionar cualquier problema que surja.

Roguemos al Señor: “queremos ser dóciles a tu Espíritu de amor”.

Por los enfermos:

- que los cuidemos con mucho amor y paciencia;

- que se dejen conducir por el Espíritu de vida que Dios nos da siempre.

Roguemos al Señor: “queremos ser dóciles a tu Espíritu de amor”.

Por esta celebración:

- que nos descubra posibilidades reales de hacer el bien;

- que nos consuele y anime a propagar el amor de Cristo a todos.

Roguemos al Señor: “queremos ser dóciles a tu Espíritu de amor”.

Cristo del envío, queremos dejarnos conducir por tu Espíritu de amor y alegría, de paz y tolerancia, de bondad, dulzura, dominio de sí... (Gál 5,22-23). Te lo pedimos a ti, Cristo Jesús, que vives por los siglos de los siglos.

Amén.

Jaén, 11 de julio de 2021

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