¿Mística frente a religión?

Para algunas personas hay distintos caminos para lograr una relativización parcial de sí mismo o lograr la liberación, pero una relativización total solo la realiza la mística, pues consideran que la religión como creencia en dioses o en el Dios del judeocristianismo ha perdido toda validez, pues tiene un elemento pragmático egoísta (Dios como respuesta a nuestros deseos y servidor de nuestras ilusiones). Frente a esto se propone la mística, que supone un distanciamiento no relativo sino radical de sí mismo, del propio ‘yo quiero’. Así, una vez descartado la existencia de Dios, la mística aliviaría el estado de intranquilidad que tienen los humanos, a diferencia de los animales. Pero, ¿puede la persona lograr esa paz en la muda, ciega y sorda relación con el universo?
Hoy no se pregunta si la religión es verdadera, sino si puede cumplir una función para mejorar nuestras vidas. Así, se la considera positiva si alivia nuestra contingencia, llena la soledad, si responde a la necesidad insuperable de encontrar reposo. Pero, “Dios no ha creado al hombre para la muerte sino para una vida eterna como la suya; la aniquilación del hombre contradice la fe en su raíz. Esta habla de creación y de nueva creación para el mismo sujeto, en novedad de futuro a la vez que en continuidad con el pasado” (O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Cristianismo y mística, Editorial Trotta, Madrid 2015, 257)
Volver arriba