Extraido de "Trazos de evangelio, trozos de vida" (PPC) Orar y discernir en el Espiritu, personal y comunitario.

La novedad pastoral en mi vida... es de continuidad en algunos aspectos en una nueva situación y por otra parte de comienzos en otras tareas: parroquia de san José Obrero en Guadajira y coordinación de la delegación de migraciones en la diócesis.
| José Moreno Losada/ Alvaro Mota
XVII DEL TIEMPO ORDINARIO
Lucas 11,1-13
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos». Él les dijo: «Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación”». Y les dijo: «Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”. Y, desde dentro, el otro le responde: “No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”. Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues así os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?».
Pedir lo que nos conviene

A Salomón se le abrieron las puertas de lo divino para realizar los deseos de su vida y prudentemente pidió la sabiduría necesaria para llevar a cabo la misión que le había sido encomendada. Quería cumplir la voluntad de Dios, hizo una oración de verdad y de luz, sin dejarse llevar por veleidades humanas y mundanas de éxito o poder. El ser humano ha sido creado en la estructura del deseo, ejercer ese poder es vivir. La dirección de nuestra voluntad en el horizonte del sueño y el proyecto verdadero se convierte en la verdadera vocación de la existencia. Purificar y discernir los deseos para actuar en orden a decisiones con fundamento de luz es un reto y una lucha constante; es el ejercicio del vivir y la puerta de lo auténtico, lo que realiza y llena el corazón de cada persona. Eso es pedir el Espíritu al Padre celestial.
Toca decidir y hacerlo con Espíritu
Llevo días en esta pascua pidiendo el Espíritu de Dios para actuar según conviene, cuando ando en el discernimiento para mi futura labor pastoral tras este año de profundización y formación. He de dialogar con mis pastores y buscar aquello que realmente puede ser lo oportuno para servir más y mejor. El deseo de intentar hacer el mayor bien al mayor número, siempre desde la limitación y circunstancias personales, así como desde el proceso vivido hasta ahora, la labor de casi cuarenta años.
El espíritu lo encuentro y lo escucho en personas cercanas de recorrido creyente que me conocen y a los que valoro, por haber compartido con ellos procesos y misión. Comparto con vosotros algunas ideas que me hace llegar un joven militante, ya egresado del movimiento de Juventud Estudiante Católica y que ahora está en un grupo joven de profesionales cristianos, formándose en docencia e investigación en el ámbito de la música en la Complutense, pero muy arraigado a la tierra extremeña y sus pueblos.
Considero sus aportaciones fraternas y las medito con paz ante el Espíritu, sabiendo que cuando esto se lea ya estará decidido el camino.
“Pienso que, de cara a la próxima etapa, es importante que expreses la importancia de que, sea cual sea el lugar donde estés y tu tarea, puedas dar continuidad a las convicciones y opciones que han guiado tu ministerio hasta ahora, y te han hecho ser el cura y la persona que eres. En ese sentido, más importante que el “qué” y el “dónde” es el “cómo” (¡vaya! Es lo que nos habéis enseñado en la JEC…Lo siento mucho; como suele decir Jesús: “dos tazas” jeje😘). En ese sentido me parece que llevas tiempo manifestando inquietud por varios elementos que cada día quieres que sean más centrales:
-Estudio del Evangelio: es algo que siento que cada vez te da más equilibrio y sentido, y que has estado tratando de animar con el grupo de consiliarios de las diócesis, en iluminación con el exterior (acuérdate de las visitas de Lucio), con la conexión nacional (la formación permanente, ejercicios y pertenencia a El Prado) y ahora en Madrid. ¿Cómo encajar esa opción en este nuevo momento? ¿Dónde vivirla? ¿Con quién? No solo en el ámbito de los curas, sino también despertando esa sensibilidad y metodología en otros grupos y espacios que acompañas, y a los que les hace (nos hace) mucha falta (el otro día me manifestabas de esta dimensión en los chavales de la JEC). Es opción de minoridad y de poner el foco en lo esencial: la centralidad del seguimiento de Jesús. Hace unos días Cobo decía que había que empujar a la Iglesia a la animación de comunidades pequeñas y significativas. Llevamos tiempo sintiendo que la dirección es esta.
-La opción por los pobres vivida desde opciones concretas: también es algo que llevas tiempo diciendo, que quieres estar más cerca de los pobres. Hace un tiempo Vicente y mi padre hablaban de que había que promover alguna iniciativa en Badajoz para el acompañamiento de las personas que están viviendo en la calle y que no entran en recursos como el Centro de día. Algo así como una especie de Sant Egidio: visitas nocturnas de acompañamiento, que sean de atención, pero también de proceso y dignificación. Pero no como algo puntual, sino implicando a un grupo para el que esto también podría ser un crecimiento y maduración (y, lo siento mucho, pero yo veo muy parada a la gente joven militante en Badajoz…los veo poco presentes y poco significativos, lo siento, veo que la gente, incluido los adultos, se "mancha" poco las manos). Es un ejemplo, pero esta opción se puede concretar tanto en Badajoz como en un pueblo o vinculándote al proyecto de una parroquia en Madrid. Hacen falta iniciativas que se aborden con ilusión y que toquen la tecla de sensibilidades a las que muchas veces la Iglesia no llega, y tú sí (jóvenes, gente no creyente pero cercana… etc.)
-Tu potencial de comunicación, de llegar a realidades extra eclesiales y el diálogo con la cultura. Esa capacidad de hacer lectura creyente en el propio camino, en la vorágine de la actualidad, en los medios… Quizá algunos te critiquen el exceso, pero es evidente que son muchos más los que reciben un impacto positivo de eso ¿Dónde vivir esa opción? ¿Hacia dónde dirigirla? Lo mismo: me parece que es más importante el cómo que el dónde.
-La parroquia: Hace unos días, en la fiesta de San Juan de Ávila, la gente del grupo de Amigos de Guadalupe felicitaba a los 3 curas. Eran muchos los mensajes, pero creo que quedó patente que la comunidad te ve como una parte importante y te identifica como pastor (sí, quizá más libre, más díscolo a veces…) pero es evidente que lo que aportas tú es propio. Plantéatelo muy en serio, y no caigas en el rápido victimismo de verte “fuera” … hay mucha gente que valora tu aporte, tu ser y hacer, y hasta tu capacidad para promover iniciativas de las que, una vez que toman forma, te retiras silenciosamente para que caminen solas (Centro de escucha…)
A mí me cuesta verte quizá como párroco por lo que eso supondría de anclaje a una parroquia y a todo su engranaje de actividades y organización cuando creo que tú sientes que las luchas ahora mismo en las que quieres mancharte van por otro sitio. Vinculado a la parroquia sí, pero creo que también con un margen para poder vivir plenamente las otras opciones. Y, en eso, afortunadamente, caben múltiples posibilidades, siempre que no pierdas ese encaje con lo diocesano/nacional y unas opciones de acompañamiento (Estudio del Evangelio, Acción Católica, Por Ellos…) que necesariamente para ti superan los corsés de lo diocesano o parroquial. Te digo lo de Madrid y lo del pueblo como dos destinos extremos pensando, por supuesto, en Badajoz también. Quizá podrías ordenar y concretar un poco mejor esas opciones que Jesús y yo hemos puesto de manera más externa, y desde ahí ver posibles caminos y encajes. Pero la etapa que tienes por delante es, desde luego, ilusionante. Y tienes que dirigirla hacia un modelo que te permita servir, vivir plenamente aquello en lo que crees y ser feliz :)”
Agradezco al Espíritu Santo, estamos ahora en pentecostés, todas las iluminaciones que me están llegando a mi corazón y a mi reflexión personal que me ayudan a ver las cosas desde perspectivas y dimensiones muy plurales y ricas. Yo que soy tendente a situarme más en lo emocional, afectivo, dudando y viéndome desde los límites y defectos, siento la brisa y el empuje del Espíritu en esta dedicación de los hermanos a acompañarme y su fuerza para empujarme a lo mejor en total libertad. Confirmo que el Padre celestial da el Espíritu santo a los que se lo piden, porque a mí me lo está dando en muchas personas que me rodean en la iglesia y en el mundo. Envíanos siempre Señor tu Espíritu.
Orando al Buen Pastor, con su Espíritu
“Lex orandi, lex credendi”. Comparto como reflexión del texto evangélico sobre la oración este sentir orante y ministerial que nació tras los ejercicios espirituales que realicé en agosto donde fuimos acompañados por el sacerdote Antonio Bravo. Él nos fue ayudando a desbrozar el estudio del Evangelio por pistas y caminos donde se nos abría a la contemplación de la esperanza y la alegría en la contemplación de lo divino en las claves del buen pastor, tanto desde el Padre, como en el Hijo y en el Espíritu.
“TuEspíritu me capacita para seguirte Jesús y me muestra que he de amarte con tú has amado al Padre, en la disponibilidad de la propia vida para pastorear la grey, tu pueblo. Como Pedro, en el diálogo de amor apostólico, me invitas a apacentar y pastorear tus ovejas sin condiciones personales previas, dejándome hacer a favor del rebaño y dando la vida. Y me invitas tú que eres el verdadero y único Pastor.
Hoy de nuevo me propones tu ministerio de entrega por la comunidad, para conducir el pueblo hacia la vida sin ocaso, haciendo de él, en el camino, sacramento de salvación para el mundo. Quieres que tu reino sea de todos y para todos y quieres contar conmigo.
Yo sé que tú, Cristo resucitado, eres el único pastor bueno de la humanidad, mi único referente de vida en el ministerio y me invitas a colaborar contigo, quieres que haga el camino de los siervos de Dios, de los que son capaces de sufrir para amar, para hacer el bien por los otros, sin olvidar nunca que tú eres el cordero degollado que has adquirido un reino de sacerdotes, de siervos de Dios, entre los que quieres contarme. Tú victoria es la de los que han lavado sus mantos blancos en tu sangre amorosa en medio de la tribulación de la historia con las palmas del testimonio de la verdad.
Deseo permanecer en tu seguimiento, renovarme en mi camino tras de ti como discípulo querido, elegido y enviado. Quiero andar por las sendas en las que tu propicias pastores a la Iglesia según tu corazón. Quiero ser como ese perrillo fiel y fino que conoce la mirada del pastor, su lenguaje, sus pisadas y que se acomoda a sus deseos de cuidado sobre las ovejas. Toda una dignidad ser un buen perrillo del buen pastor, del único.
En mi fidelidad aspiro a responder con prontitud y radicalidad cuando tú me llames, seguir aprendiendo a entrar y salir por la puerta verdadera, por tú misma vida y tu amor sincero. Enséñame a salir mejor de mí mismo, siendo consciente siempre de tu llamada y elección, gratuita y permanente, para ser enviado a la comunidad que sólo a ti te pertenece porque la has cobrado con el precio de tu sangre.
En mi oración sueño con ser siervo de Dios como tú y no arrogarme nunca la autoridad que te concede a Ti el haber dado tu vida en radicalidad por toda la humanidad, para salvarnos de nuestros pecados. Que no olvide nunca Señor que la mayor dignidad en tu evangelio de salvación la da la servidumbre, la entrega de la vida, la revolución sencilla del lebrillo que se pone a los pies de los cansados de la historia, para que puedan sentarse en la mesa del Padre con todos los hermanos.
En mi camino ministerial, ya con mucho tramo recorrido, deseo que mi quehacer sólo busque los frutos que permanecen por siempre, los que tú siembras y haces crecer en el Espíritu y quieres que acompañemos y recojamos. Que siempre confíe en ti y nunca me canse de pedirte el verdadero Espíritu, el que tú das a los tuyos para que amen siempre y permanezcan en ti.
Buscaré en este tramo de la vida ministerial caminar y pasar contigo por la puerta estrecha que lleva a la Vida, la que pasa por la verdad de los últimos y los pobres, en los que tú nos derramas lo más grande y gratuito de tu evangelio de salvación. Que llegue en mi vivir a saber recibir tu buena noticia en tus preferidos y saber alegrarme en la gracia de la vida de los pobres y sencillos de la historia.
Ojalá mi discipulado pase por el tinte fiel del “hágase” de tu Palabra en mí y ahí fundamente todo mi ser y hacer, que con tu palabra construyamos y conformemos la comunidad y mi propia vida personal dentro de ella. Hazme hombre de tu Palabra, que ella me posea y me configure en tu llamada y tu gracia como buen pan para tu pueblo. Que el trabajo con tu evangelio me descubra tu paternidad y maternidad en la gestación de Cristo en la comunidad por la acción del Espíritu.
Aléjame de la tentación de llevar mi propia palabra, de imponer o dominar; que yo sea verdaderamente siervo del Verbo encarnado. Que contigo sirva a la liberación y tu palabra llegue a ser auxilio universal de toda la humanidad. Que nunca olvide que sólo tú eres la Palabra, que la siembras en los corazones y sólo me pides mi colaboración para saber acompañar, recibir y acoger los frutos de todo lo que tú has fecundado y has hecho germinar con tu Espíritu en medio de la humanidad, en todos sus rincones y lugares anónimos de la historia.
Necesito, así te lo pido, que llegue apasionarme, hasta el sufrimiento y el llanto, en el amor y la gestación de la comunidad, en el deseo profundo de que tú vivas en el interior de cada hermano y puedan sentir la fuerza vivificadora de tu sangre y de tu pan partido que nos reúne en el verdadero altar de lo más humano y lo diario, donde tú te haces presente resucitado.
Que en las comunidades y el ejercicio de mi ministerio el evangelio sea el fundamento y sus frutos abundantes alegren el corazón del mundo, en especial a los que sufren y se pierden, a los cansados y agobiados de la vida. Que tu reino de vida, verdad y alegría les llegue a borbotones.
Libérame Jesús de la parcialidad de tu mensaje y de tu persona, la que oculta e hiere tu verdad y excluye a los hermanos. Que sea apóstol de tu verdad sin rupturas y de toda la comunidad sin rechazo alguno, en el deseo de servicio a toda la humanidad. Que nunca por agradar o por seguridad traicione tu verdad, en búsqueda de mí mismo para asegurarme yo. Que sepa adentrarme en el camino de la fe y su verdad, que no caiga en la religiosidad sin fondo ni luz, instalada en la mundanidad.
Jesús, buen y único pastor del Padre, quiero ser tu testigo. Que tu Espíritu me adentre en tu testimonio verdadero para que yo pueda ser signo de tu amor para mis hermanos a pesar de mi debilidad y mis pecados, desde tu perdón y tu gracia. Necesito seguir escuchando y sintiendo tu llamada amorosa: “Sígueme”. La necesito y la quiero.
Notas hilvanadas:
Qué vendrá, qué vendrá, yo escribo mi camino. Sin pensar, sin pensar, sin pensar dónde acabará”
(ZAZ- Qué vendrá)