"De qué te sirve ganar el mundo si pierdes la vida" La hamaca vintage de la familia

Dias con la familia, para vivir y gozar juntos... de lo pequeño y lo anecdótico

Le “vintage” con de la Torre

La hama de los hermanos

De Losar de la Vera, muy campamental, a Punta Umbría muy familiar. Allí hemos estado los tres hermanos varones con una cuñada hermanada pasando unos días juntos, no muchos para no cansarnos. Entre nuestras conversaciones y risas no han faltado las anécdotas que las han causado y la lectura interpretativa en la clave de Alonso de la Torre, que la verdad sea dicha lo pone fácil, pues como dice mi hermano Gabriel lo cuenta y relata como es. Aunque, a veces disiento, cómo cuando nos ha reñido porque no se habían vendido los miles de billetes de tren esperados al comenzar la recién inaugurada ruta de los rápidos trenes a Madrid. La noticia de los primeros viajes inaugurados es para echar a correr más que dichos vagones. Pero lo que quería comentar es la familiaridad creada con las lecturas de este escritor de la vida y no del cuento, las familias extremeñas que se acercan al periódico regional buscan siempre ese aire de humanismo sencillo y vivo que da cuenta de un cuaderno de historia, donde encaja lo real con lo creado, donde se cuenta la vida como su fuera un cuento y el cuento como si fuera vida. La lectura de los tres libros de Alonso, Expediente OJOS DE ORGASMO y el peluquero de Franco I y II, están siendo fondo de sentir y curiosidad familiar, gozan con los relatos articulados y engarzados que van dando cuenta de una sociedad y su cultura, o sea, un modo de pensar, de sentir y de actuar. En estos días hemos bajado de los relatos a nuestras vivencias y allí estaba la hamaca “vintage” familiar.

Hamaca

El recuerdo de su compra en el corte inglés como un detalle de búsqueda de calidad pagada con dos mil pesetas, sudadas en trabajos de cierta dureza, la resistencia de la misma y su desgaste paulatino pero real. Pérdida de color y suturas cosidas, en algún momento con trasplante de asiento, con ayuda familiar. Ni que decir tiene que la esposa, esa cuñada hermanada, ha sufrido de todo ante la galería porque la situación de la hamaca ya no correspondía ni a lo que somos ni a lo que tenemos. La ha ido arropando y tapando en favor del honor y fama de la familia, pero ha llegado un momento, en que se ha dado por vencida y acepta la realidad tal cual, el cuento vivo de fondo. La hamaca es “vintage” pura, auténtica, significativa, que nos ha acompañado en el tiempo y resiste todos los empujes de modas y corrientes que sobrepasa en silencio y con fortaleza. Mi hermano lo confiesa con humildad, y creo que con orgullo al mismo tiempo “no sé si es la hamaca la que se ha hecho a mi cuerpo o el cuerpo a la hamaca, pero me ofrece un descanso impagable y es coherente con mi memoria, podría hasta hablar, más de una vez se ha comentado que si la hamaca hablara”.  Ahora mismo escribo esta columna en el pueblo, en la casa paterna y me está aireando un ventilador pequeño Taurus, color butano y blanco, hecho en España, y recuerdo cuando mi madre me encargó ir a comprarlo a la tienda de Manolo “la loba”, era un esfuerzo grande, no sé cuántas pesetas costó, pero era el primer aparato eléctrico para refrescarnos un poquito en verano, hace más de cincuenta años y aquí sigue fiel a su oficio y yo aprendiendo a escribir como en aquel entonces con diez años. Su aire y la vida sigue. Todos somos vintage junto a de la Torre, vivimos del cuento y de la vida. Mucho más en el tercer tercio existencial.

José Moreno Losada

Volver arriba