Hacedor de coplas

Dicen los viejos que en su niñez les contaban los muy viejos que Antonio, facedor de coplas, fue agregando copla a copla a su colección como un albañil agrega ladrillos para hacer un tabique. Antonio, o poeta,  compuso poemas de amor y de odio, a la vida y a la muerte, a acontecimientos nimios que después de generaciones siguen vivos en la memoria de la comunidad que sigue recitando sus coplas. Los temas no son populares porque los poetas los hayan popularizado, sino que muchos poetas son populares porque han versificado temas populares. Uno puede mirar cosas sin verlas y puede verlas sin mirarlas. A Antonio le interesaba lo que está detrás de lo que se ve, y veía las cosas por dentro, y se dejaba mirar por las cosas y, a veces,  lo que veía convertía sus coplas en r3englores de lágrimas.  En sus coplas no se encuentran adjetivos sobados ni expresiones soeces ni vulgares ni siquiera expresiones convencionales. Con una difícil sencillez expresa, sin esnobismos ni palabras raras que las perviertan, ideas nobles, a veces crudas.

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