Cuando las aglomeraciones convocadas con motivo de los éxitos deportivos de un equipo cometen actos vandálicos inmediatamente sale alguien a decir: “Los vándalos no son aficionados sino gamberros que han aprovechado la ocasión”. Ocurre lo mismo con manifestaciones convocadas por políticos o sindicatos. ¿Por qué ahora los políticos y muchos columnistas condenan en bloque las manifestaciones del movimiento 15-M? El 15-M,por lo que dicen sus portavoces, condena la violencia. De la mala educación de muchos niños y jóvenes que se comportan como auténticos vándalos son responsables las familias, la escuela, la sociedad en general y, muy especialmente, los políticos que hacen las leyes que rigen la enseñanza y ordenan como se han de comportar los maestros, los profesores y los padres con los niños y los estudiantes.