"El Evangelio nos invita a encarnarnos en el mundo" Paloma Becerra, presidenta de la HOAC: "Pastoral de migraciones, pastoral social, de la Salud, penitenciaria… Tenemos trabajar en conjunto"

Paloma Becerra, presidenta de la HOAC
Paloma Becerra, presidenta de la HOAC

Esta maestra y militante de la diócesis de Madrid ha asumido la presidencia de la HOAC desde este curso en el que continúa la campaña por el cuidado del trabajo y el proceso sinodal, en una sociedad cada vez más desigual y polarizada

"La campaña debemos entenderla como el hilo conductor comunitario que nos coloca desde una perspectiva concreta en la que, durante un bienio, centraremos la mirada. Es el eje de nuestro compromiso comunitario, nuestro quehacer apostólico"

"Como cristianos tenemos la tarea y responsabilidad de denunciar lo que es injusto y trabajar por la justicia social, es importante trabajar junto con otras pastorales que ayudan a plantear la centralidad del trabajo humano en la tarea evangelizadora"

(Noticias Obreras).- Esta maestra y militante de la diócesis de Madrid ha asumido la presidencia de la HOAC desde este curso en el que continúa la campaña por el cuidado del trabajo y el proceso sinodal, en una sociedad cada vez más desigual y polarizada.

-¿Qué espera aportar o renovar en esta nueva etapa de la HOAC?

-Mi tarea como presidenta de la HOAC me la planteo fundamentalmente como un servicio a la Iglesia y al mundo obrero desde el movimiento, como no podría ser de otra manera. Intento aportar mi capacidad de trabajo, mi serenidad en el día a día y mi confianza en el trabajo en equipo de la comisión permanente y en comunión con el resto de la HOAC. Desde la cercanía a los militantes y a las diócesis que me da mi responsabilidad y con la Comisión Permanente que nos cuidemos y cuidemos nuestra comunidad y nuestra misión.

Creemos. Crecemos. Contigo

-La HOAC ha decidido prolongar la campaña “Cuidar el trabajo, cuidar la vida”. ¿Qué prioridades, mensajes y acciones deberían concentrar ahora los esfuerzos del movimiento?

-La campaña debemos entenderla como el hilo conductor comunitario que nos coloca desde una perspectiva concreta en la que, durante un bienio, centraremos la mirada. Es el eje de nuestro compromiso comunitario, nuestro quehacer apostólico. Requiere que vayamos generando comunión con el mundo obrero allí donde nos movemos, donde vivimos, en nuestros ambientes, con las personas con las que trabajamos, convivimos, nos relacionamos…, tejiendo vínculos, creando espacios de encuentro y reflexión, iniciando o desarrollando procesos sociales y de fraternidad, que contribuyan al cambio de mentalidad tan necesario en nuestro mundo. Y allí donde estamos, anunciando que el trabajo decente es el elemento fundamental para la realización de la dignidad humana, poniendo a la persona en el centro de la economía y denunciando todas las situaciones que lo impiden: precariedad, desempleo, explotación, pobreza…

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Se trata de que toda la HOAC profundicemos más en su contenido y fijemos qué aspectos vamos a desarrollar. Hemos de difundirla en nuestros ambientes donde los y las militantes conviven, trabajan, se relacionan…

-Como movimiento de trabajadores cristianos, la HOAC defiende la regularización extraordinaria de migrantes y la reducción de jornada por su impacto en la dignificación del trabajo y en las condiciones laborales de colectivos especialmente vulnerables. ¿Qué principios y orientaciones habría que tener en cuenta desde la óptica cristiana?

-Como cristianos tenemos claro que en estas cuestiones que indicas en la pregunta, nosotros tenemos la tarea y responsabilidad de denunciar lo que es injusto y trabajar por la justicia social. Porque la persona siempre es lo primero. Somos hijos e hijas de Dios y por tanto dotados de dignidad. No hay personas de primera, segunda o tercera categoría según donde hayan nacido, o por su nivel de riqueza o pobreza. No podemos considerar a los migrantes como sujetos legales o ilegales o como mano de obra. Son personas obligadas a dejar su vida en su país por muy diversos motivos. Nadie elige salir de su casa, dejar su familia… y exponerse, arriesgar incluso su vida si no es por obligación, por pobreza, por miedo… Como cristianos exigimos una regularización que les permita vivir y trabajar dignamente, echar raíces buscando un futuro para ellos y sus familias.

"Queremos estar al lado de los que sufren unas u otras situaciones de injusticia, trabajando para cambiar las estructuras, pero también acompañando a las personas en las situaciones que viven"

Y porque el trabajo es clave para que una persona desarrolle todo su potencial. La mejora de las condiciones laborales redunda en una mayor dignificación del trabajo. Reducir la jornada laboral permite una mayor conciliación de la vida laboral y familiar, un mayor tiempo de descanso y de tiempo para la militancia y la participación, la mejora de la calidad de tiempo de trabajo que también es parte de la vida de las personas. Y desde aquí queremos estar al lado de los que sufren unas u otras situaciones de injusticia, trabajando para cambiar las estructuras, pero también acompañando a las personas en las situaciones que viven.

-La HOAC, con toda su militancia, ha realizado una profunda reflexión sobre la presencia y el papel de las mujeres en la Iglesia y en la sociedad. ¿En qué momento se encuentra ese proceso y qué valoración haces de él?

-Hemos hecho una reflexión partiendo de la vida de las y los militantes del movimiento y desde ahí acordamos unas líneas de acción para los próximos años. Ha sido un momento privilegiado de mirar nuestra realidad, la de la Iglesia y del mundo en que vivimos, en el que vemos que ésta es una cuestión compleja, con muchas facetas. Y desde ahí surge la acción de gracias por la vida compartida, la escucha y todos lo que hemos descubierto y los interrogantes que nos quedan y los aspectos que aún son un reto. Nos hemos propuesto unas líneas de acción haciendo memoria agradecida, desde el sentir con Cristo, sentir con la Iglesia y sentir con el mundo obrero. Este proceso nos está permitiendo dialogar, escucharnos, compartir y discernir comunitariamente.

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Ahora estamos concretando los pasos a dar en este bienio, entendiendo que queremos estar atentos a esta cuestión, que es transversal en todo lo que hacemos, en el plano personal y comunitario, concretando acciones que afectan a nuestra oración, nuestros proyectos personales y nuestros compromisos. Nos sabemos en camino, reconociendo los pasos que vamos dando, y sabiendo que estando atentas a la escucha del Espíritu creceremos en fidelidad y fraternidad, recreando la comunidad de iguales que creó Jesús.

Personalmente creo que es importante tener esta mirada a la comunidad de hermanas y hermanos que es la HOAC, resituando nuestra mirada, acogiendo la realidad que vivimos las mujeres en la Iglesia y en la sociedad. Nos sentimos comunidad de iguales, familia humana, la familia de Jesús, en la que no queremos reproducir ninguno de los esquemas patriarcales de la sociedad, sabiendo que aún quedan en nosotros, sin quererlo, pequeños micromachismos que tenemos que eliminar.

-¿Qué importancia tiene hoy la pastoral del trabajo transversal en la Iglesia española, tanto en la Conferencia Episcopal como en las diócesis?

-La pastoral del trabajo, la pastoral obrera es muy importante en la pastoral de la Iglesia. Hemos de hacer que la Iglesia, que toda la Iglesia, nos sintamos responsables de que las personas trabajadoras estén por encima de una economía que no las sitúa en primer lugar y que hagamos que el trabajo decente y el consiguiente reparto de riqueza tengan un lugar central en nuestra tarea. Toda la comunidad eclesial es responsable de la evangelización del mundo obrero, tanto en el testimonio cristiano, en el servicio evangélico a los trabajadores y también a la voluntad transformadora de esas condiciones sociales que tan directamente afectan al mundo obrero. Y por tanto es necesario animar a que la Iglesia ejercite la denuncia y el anuncio en el mundo del trabajo, priorizando el trabajo con las personas que sufren estas situaciones y promoviendo el cambio de mentalidad creando redes de comunión.

"Como cristianos tenemos la tarea y responsabilidad de denunciar lo que es injusto y trabajar por la justicia social"

Pensamos que tanto en el nivel de la Conferencia Episcopal como en cada una de las diócesis es muy importante que se refuercen los equipos de Pastoral del Trabajo y se dinamicen estos equipos en las parroquias y se fortalezcan los movimientos apostólicos obreros que desarrollan su pastoral en el mundo obrero, porque es allí donde están hoy tantas mujeres y hombres que sufren situaciones de explotación, precariedad…, que ven truncado su proyecto de vida, aun teniendo un trabajo que, evidentemente, no les permite vivir con dignidad.

Es muy importante trabajar junto con otras pastorales que ayudan a plantear la centralidad del trabajo humano en la tarea evangelizadora: Pastoral de migraciones, pastoral social, de la Salud, penitenciaria… como ya se ha empezado a hacer en algunas diócesis.

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