Daniel, protagonista a su pesar

Religión Digital lanzó este domingo una exclusiva que nunca quisiéramos haber dado: no es plato de gusto informar de casos de abusos sexuales a menores, tal vez uno de los delitos más repugnantes que existan en este mal llamado Primer Mundo. Y sin embargo, una información necesaria. Con todas las cautelas y los límites que impone la presunción de inocencia y el secreto de la investigación, que aún no ha concluido y que nos hace conjugar la información con la lógica reserva.


El Papa Francisco forzó a una investigación sobre abusos sexuales en una diócesis española -Granada, por más señas-, después de recibir una impactante y arrolladora carta -cinco folios- de Daniel, una víctima de una presunta trama de abusadores, de la que formarían parte una docena de personas (diez sacerdotes y dos laicos).


Más allá de la labor del periodista, la noticia tiene varios personajes principales. En primer lugar, Daniel (nombre ficticio de una de las víctimas), protagonista a su pesar, y cuyo coraje a la hora de denunciar, y de hacerlo sin pedir nada más que justicia para sí, y frenar la posibilidad de otras hipotéticas víctimas; en segundo término, el Papa Francisco, quien con su llamada y sus decisiones está marcando un antes y un después en la actitud de la Iglesia ante los casos de abusos. Y, desgraciadamente, en tercer lugar, los abusadores, encubridores y ocultadores de este drama, que esperamos la Justicia pueda clarificar en los próximos días.
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