El V centenario de la publicación de las tesis de
Martín Lutero, en 2017, "será un momento importante de celebración común", señaló el Papa esta semana con motivo de un encuentro con la Iglesia luterana alemana. Ya afirmábamos hace un par de años, con motivo de la publicación de
"Cisma" (Ediciones B), que Benedicto XVI estaba dando pasos con vistas a una "rehabilitación" del fraile agustino alemán. Probablemente 2017 sea el año.
Debemos mucho a Martín Lutero, pese a la separación de la Cristiandad, de la que vamos a cumplir medio milenio. De hecho, la Iglesia católica de hoy, el propio Concilio Vaticano II, no se entenderían sin la ruptura que trajo consigo la Reforma. Tampoco, el diálogo ecuménico y el reconocimiento del otro como un hermano. "
Cada división de la Iglesia es una ofensa a Dios", afirmó este domingo el Papa.
Dos personajes con biografías paralelas y con semejantes fuentes de aprendizaje.
Un alemán, Lutero, "rompió el mundo". Otro alemán, Ratzinger, puede poner las bases para reconciliar, al menos a los seguidores de Jesús. Que somos muchos, y con un mensaje común. Aprovechémoslo para vivir esa comunión en el día a día.
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