Lo dijo el Papa Francisco en su respuesta a un periodista durante el viaje de vuelta de Turquía. Como no admite interpretaciones lo damos tal cual: "El Corán es un libro de paz, es un libro profético de paz. Esto no es islam(ismo). Yo entiendo esto y creo - al menos yo creo, sinceramente - que no se puede decir que todos los islámicos son terroristas: no se puede decir esto. Como no se puede decir que todos los cristianos son fundamentalistas, porque nosotros también los tenemos, ¿eh? En todas las religiones existen estos grupos, ¿no?".

Algunos se han lanzado a atacar al Papa por estas palabras, dándole la razón en todos sus extremos. No vamos a darles más publicidad de la que buscan en webs, artículos y lobbies de presión, únicamente recordar a Don Quijote: "Ladran, pues cabalgamos". El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define "Fundamentalismo", en su primera acepción, como "Actitud que defiende los fundamentos de una determinada doctrina en su integridad o pureza más rigurosa".

De ahí que subrayar, como hace el Papa, que en todas las religiones existen grupos fundamentalistas no ofende, sino que define. Ofende, por ejemplo, elaborar sesudas operaciones de acoso y derribo contra quien busca la verdad, le pese a quien le pese, olvidando quiénes son las auténticas víctimas, quiénes los lobos, y quiénes los consentidores con piel de cordero y micrófonos y webs abiertas en canal.

Ocurre que estos "fundamentalistas" suelen, en este y otros casos, olvidar "lo fundamental". Que en el caso que nos ocupa es Jesucristo y su Evangelio. No "mi" grupo, "mi" obispo o "mis" ideas preconciliares o sedevacantistas. Cuando el fundamentalista se olvida de lo fundamental, no tiene reparos en mentir, insultar, agredir, confundir, rasgarse las vestiduras e, incluso, atacar al Papa. Que tampoco Francisco es lo fundamental, sino el Evangelio de Jesús. Aquel al que, por cierto, fueron los fundamentalistas religiosos de su época -los que copaban el templo y los poderes de la religión predominante de la época- quienes conspiraron para asesinar.


PD: Efectivamente, en El Quijote no aparece nunca esa frase... Se me olvidó consignar que era una prueba más para comprobar aquello de "los fundamentalistas, y lo fundamental". O no se me olvidó. Esperaba a ver cuánto tardaba alguno, perfectamente retratado por otra parte... Abrazos fundamentales