Alzad los ojos, mirad los campos,prontos ya para la siega (El Corpus de la Samaritana)

Días de sol y mieses. El trabajo de los segadores en tierras manchegas

El texto al que alude esta postal  (con la imagen de arriba y la de abajo) tiene un hondo sentido de Corpus de Mujer. Ella fue a preparar la coseche, y Jesús dice a sus discípulos: Los campos están listos (leukoi, blancos), maduros para la cosecha del Reino.

El texto describe de alegría de Jesús, viendo que madura el fruto de la siembra de la mujer de Samaría, cuando llegan los discípulos varones con el pan comprado y le dicen que coma. Pero él tiene otra comida, la del campo maduro que ha sembrado (está sembrando) esta mujer,la misionera del Corpus de Jesús (Jn 4, 31-45).

Este es el pasaje de  la fiesta, la alegría de Jesús por la cosecha inesperada... Los discípulos varones no lo han conseguido, sólo traen pan comprado.  Pero Jesús se goza por la comida  que le ofrece este mujer, la Samaritana del Corpus

Los campos están Listos para la cosecha (Juan 4:35-38) - Mundo ...

Recordad la escena, Evangelio de Juan, cap. 4:

  1. Jesús se ha quedado a solas con una mujer de Samaría,junto al pozo de la ciudad, mientas que sus discípulos oficiales se han ido a buscar comida. La misión esta parada. Nada avanza, los doce judío-galileos se preocupan de comer.
  2. Pero Jesús tiene otra comida... y se queda con la mujer samaritana, hablando precisamente del vino de la vida y del amor que llega... Es una mujer bregada, ha tenido varios maridos... El que ahora tiene no es marido verdadero.Pero Jesús abre sus ojos y su corazón y ella aprende y, llena de alegría, quiere anunciar a todos la vida que llega, el futuro de salvación que a todos les espera.

    Domingo de la mujer Samaritana | LOGOS ORTODOXO

  3. Esta mujer que había venido a buscar agua del pozo se ha ido corriendo a la ciudad, donde está anunciando, abriendo camino de evangelio..., ella la mujer rechazada, acusada de andar a la caza de maridos que no son suyos, mientras los discípulos varones, oficiales, de Jesús buscan comida... y cuando vuelven dicen a Jesús que coma, que tome la comida de siempre, que todo sigue igual.
  4. Los doce comen lo que traen, la compra de siempre...Pero Jesús no quiere ahora esa comida, quiere otra, la que le está preparando la mujer samaritana... Por eso, cuando los Doce le dicen que coma, él mira a los campos y dice una palabras famosas, que son como si estuvieran preparadas para nosotros, cristianos semi-fracasados, varones comidas compradas y tasadas del 202O: Que hay una mujer distinta, cientos y miles de mujeres, que  le están preparando otra comida. Así les dice Mira... 

    Juan 4-31 (con imágenes) | Ya desperte, De jesus, Mensajes

Desde este fondo quiero comentar el Corpus con ojos de mujer, de nueva iglesia que debe anunciar y proclamar la fiesta de Dios, que es la comunión de vida de los hombres. Los Doce han ido a comprar comida...  El texto es enigmático, pero se aplica bien a una iglesia de varones que  sabe asegurar comida que hacerse comida... Pero la mujer samarita ha sabido, ha dejado el cántaro en el pozo, ha ido a cuerpo a decir a su gente en  Samaría que ha llegado el Mesías del pan verdadero, del amor profundo.

Éste es el milagro de la mujer samaritana: Ha descubierto y sabe que está llegando el nuevo tiempo, el tiempo de la siega... y se lo dice a su gente, y Jesús comenta, iluminado por el gesto y palabra de la samaritana. El campo esta maduro, llega el tiempo de la mies, la cosecha de Dios, la nueva humanidad, para los hombres,por obra de esta mujer samaritana. Desde ese fondo quiero hoy presentar el motivo fundamental de este nuevo domingo de Corpus. 

PASCUA, LA FIESTA DEL CUERPO DE CRISTO

‒ Cuerpo del Cristo son todos los hombres y mujeres, la humanidad entera, pues en ella se ha encarnado el Hijo de Dios. Que todos coman y que beban en amor solidario y concreto (físico) el pan de cada día, el vino de la fiesta de la vida, ésa es la verdad cristiana. Así lo entienden aquellos que en Caritas o en otros organismos ponen su vida al servicio del pan universal de cada día.

Venid a mi... sacadme de aquí. Mirad las dos imágenes de abajo, la paradoja de Jesús eucaristía.   Cristo vino al pozo de la Samaritana... Vino para quedarse entre dos velas diciendo ¡Venid!

santosyarte.com_

Pero vino al mismo tiempo par que le saquemos, porque quiere caminar con la Samaritana por los campos que maduran ya para la siega. Que le saquemos, que salgamos con él, por los caminos de la nueva Samaría del mundo, como la mujer del pozo

  Cristo quiere ser  de todos, hacerse cuerpo para todos, empezando por la la Iglesia, comunión de aquellos que celebran expresamente su fiesta y comparten su pan y su vino eucarístico, recordando la Palabra: ¡el Verbo se hizo carne! Jn 1, 14. Hacerse carne compartida, superando un misticismo desencarnado o un miedoso egoísmo que evada o separa a unos de los otros: Ésa es la fiesta del Cuerpo Eucarístico del Cristo: ser en amor, dando gracias por vidacompartida.

‒ Ésa fue la fiesta de los primeros cristianos, en el comienzo de su historia, cuando le descubrieron y celebraron como Cuerpo Compartido, Dios mismo hecho Cuerpo, comunión real… Ésa fue la fiesta de la Estirpe de Jesús: Hermanos suyos, hijos de Dios, se supieron aquellos hombres, mujeres y niños que comían y bebían cada semana el pan y el vino solidario de todos, recordando la suerte del Crucificado que vive y les hace vivir, en un mundo adverso, mientras va cayendo día a día, año tras año la Estirpe del Cesar de Roma.

‒ Ésta fue la gran Fiesta de Dios de la Edad Media (siglo XIII), cuando estaba muriendo un tipo de Iglesia tradicional porque los símbolos antiguos perdían su sentido y la eucaristía dejaba de ser fuente y principio de comunión real entre los hombres (estaba naciendo un descarnado materialismo social, hecho de puro dinero). Así en diversos lugares de la cristiandad, desde Bolsena en Italia hasta O Cebreiro Galicia surgieron movimientos “eucarísticos” santuarios y fiestas a favor del Cuerpo Real de Cristo, que es el Cuerpo Común de los creyentes. En ese contexto, el Papa Urbano IV instauró la fiesta del Corpus (1264). En las imágenes, dos visas del poblado medieval del Santuario del Cebreiro, el más importante templo Eucarístico de Hispania, donde los peregrinos paran un momento antes de seguir hacia el sol poniente (en busca de la Fiesta del Pan Compartido).

Desfile de pendones, JIMENEZ DE JAMUZ (León)

‒ Ahora (2020), pasados 750 de la instauración de la fiesta, acabado un ciclo cristiano y social, estamos llamados a reinventar la fiesta, por fidelidad a Cristo, por identidad de su Iglesia, por exigencia de esta nueva era de puro materialismo sin fin en que está culminando aquello que nació en el siglo XIII.

O somos capaces de actualizar la Fiesta de Dios, que es el Cuerpo Mesiánico, o corre el riesgo de perderse no sólo la Iglesia, sino la humanidad. Buen día a todos.

(1) Por falta de fe real, histórica, corporal. Son muchos los que, siguiendo el ejemplo del clérigo medieval del Cebreiro  (imagen)  no “creen” de verdad en el Cuerpo de Cristo, mientas avanza la nieve fría de la total indiferencia ante el hombre que muere. Recrear la fe en el Cristo-Cuerpo, eso es lo primero. Los clérigos parece que se han ido (nos hemos ido) a buscar el pan.

Interior de Sta María la Real, O CEBREIRO (Lugo)

(2) Por falta de estructuras de Iglesia. Miles y miles de comunidades quedan sin eucaristía, sin poder celebrar la vida de Jesús, porque no hay ministros “que presidan” la fiesta de la vida, mortalmente hipotecada por una visión restrictiva(quizá jerarquicista) de los ministerios. Hemos puesto el carro delante de los bueyes, un tipo de ministros clericales por encima del Cuerpo de Cristo. La Eucaristía del Cuerpo de Cristo es lo que de verdad importa; todo lo demás ha de ponerse a su servicio. Aquí ha de meter mano el Papa Francisco, con un gesto más importante y duradero que el de su predecesor Urbano.

(3) En este contexto quiero ofrecer un breve esquema de la Eucaristía, que es Cuerpo mesiánico del Cristo, al servicio de la estirpe mesiánica de los hijos de Dios. Por eso tenemos que volver a Jesús, para que nos explique la eucaristía, como se la explicó a la mujer de Samaría.  

La vida y tarea de Jesús

Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos ...

Jesús no ha sido un profeta de ayunos, sino que ha sabido beber y ha bebido, compartiendo con los marginados de su pueblo, el pan y los peces, como han destacado los evangelios en los diversos relatos de las “multiplicaciones” (cf Mc 6,30-44; (, 1-10 par). En ese fondo se sitúa mejor su manera de asumir la muerte. Sintiéndose amenazado, Jesús quiso beber con sus amigos el vino de la fiesta final, compartiendo con ellos el pan de la vida. Así lo recuerda la liturgia cristiana, recreando lo que pudo ser (lo que fue en su verdad más honda) la última cena. Éstos son los datos básicos.

(a) Los defensores del sistema religioso y político le condenaron como socialmente peligroso. Los sanedritas pueden acusarle de blasfemo, diciendo que ha querido colocarse en el lugar más alto, como Dios para su pueblo (cf. Mc 14, 64); en realidad le han rechazado por a-social o antisocial: no encaja dentro del orden de su “templo” (cf. Mc 12, 10-11). Los romanos le condenan a muerte porque quiere hacerse Rey de los judíos (Mc 15, 12), ocupando así un lugar que estaba ya ocupado por el César, rey de Roma y portador de un “orden sagrado” sobre el mundo.

(b) Jesús ha muerto como representante mesiánico de Dios, amigo de los pobres y de todos los hombres. Profundizando en esa experiencia, los cristianos han comprendido que la última razón de su condena no ha sido la dureza de aquellos sus jueces y verdugos, sino el modo de actuar del mismo Jesús. Su forma de vida, su proyecto de reino, le ha convertido en un hombre peligroso. Por portarse como se ha portado, por defender lo que ha defendido, ha tenido que estar dispuesto a morir.

(c) Ciertamente, le han matado. Pero ha sido él quien ha dado la vida, la ha puesto en manos de Dios Padre. Pues bien, precisamente allí donde los poderes de este mundo le condenan como hombre peligroso, quitándole la vida, se eleva Jesús en la mesa de la despedida y ofrece a los suyos el pan y vino de su reino. Este recuerdo está en el fondo del relato litúrgico de la fundación de la eucaristía, que sirve para interpretar el sentido de la muerte de Jesús y de su presencia en la comida de la comunidad: «Y estando ellos comiendo, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió, se lo dio y dijo: Tomad, esto es mi cuerpo. Tomó luego un cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y bebieron todo de él. Y les dijo: Ésta es la sangre de mi alianza que se derrama por muchos» (Mc 14, 24).

Corpus Christi 2020 - Fecha y Origen

La estirpe de Jesús

Así aparece Jesús como iniciador de estirpe, fundador de la nueva familia de aquellos que comparten su cuerpo y su forma de vida (sangre). Un tipo de judaísmo rabínico era era en aquel tiempo un grupo de solidaridad de sangre (descendencia, vida) y de cuerpo (vinculado en torno al pan y la casa). Pues bien, el mismo Jesús fundamenta en su entrega la nueva familia de los hijos de Dios, vinculados en carne y sangre. Desde aquí queremos evocar los dos signos.

(a) Esto es mi cuerpo (sôma), simbolizado y concretado en el pan que se parte (entrega y comparte) a fin de que todos se vinculen en una misma vida y comunión, rotas las barreras que dividen a varones y mujeres, puros e impuros, enfermos y sanos, judíos y gentiles. Éste es el sacramento mesiánico, el descubrimiento y despliegue de la vida, que Jesús ofrece, no por nacimiento biológico, sino por solidaridad personal, entrega mutua y palabra compartida. Jesús funda así la estirpe de los hombres y mujeres que creen en el Dios de la vida compartida, en el Cuerpo real de la comunión humana.

(b) Es la sangre de mi alianza... Esta sangre que vincula con Jesús (desde Jesús) a todos los hombres no es la fuerza biológica de generación (como la que buscan en ese tiempo los judíos), no es una sacralización de los aspectos nacionales o raciales de la vida. Esta es la “sangre real” aquella que se expande y crea vida por medio de la entrega de la propia vida. Así aparece Jesús, como padre de nueva humanidad, creador de una estirpe universal de hermanos, vinculados desde el Padre.

El cuerpo y la sangre de Jesús vinculan en alianza (comunión de solidaridad humana) a todos los que quieran asumir su proyecto, vivir su evangelio. Normalmente, los hombres transmiten su nombre y recuerdo a través de la generación física. Pues bien, Jesús transmite vida, crea familia, suscita la comunión de los hijos de Dios, entregando su propia vida, su cuerpo, su carne, como verdadero padre/madre, hermano/compañero de la nueva humanidad.

Así viene a presentarse como el hombre pleno, el ser humano, que engendra y sostiene la vida entregándose a sí mismo como principio de humanidad. Situadas así, en el principio y centro de la manifestación de Dios, las dos palabras clave (pan-cuerpo, sangre-alianza) evocan el principio generador y unificador de la realidad humana. No son las partes materiales de un cadáver, como a veces se ha pensado (el cuerpo lo sólido y la sangre lo líquido), sino la totalidad de la vida interpretada como fuente de existencia para todos los humanos.

Para muchos judíos, el cuerpo o familia se fundaba en la solidaridad biológica (semen, sangre engendradora) y en la vinculación sacrificial de la sangre animal, vertida en nombre y para unión del pueblo. Pues bien, en contra de eso, la unidad y fuerza del pueblo de Jesús (judío radical) está en la experiencia del pan compartido y de la alianza de la sangre, ofrecida (derramada) por todos. 

La Alberca

La eucaristía de la Didajé

La Didajé o doctrina de los apóstoles, que constituye e primer testimonio de la Eucaristía fuera del Nuevo Testamento, a finales del siglo I d. C. Las oraciones que ofrece este libro parecen bendiciones de mesa, proclamadas en las reuniones fraternas de la comunidad, en las comidas que son, al mismo tiempo, comidas normales y “eucaristías”.

No había todavía distinción entre comidas comunitarias (como las de otros grupos parecidos de aquel tiempo) y liturgias eucarísticas propiamente dichas, en el sentido posterior de la palabra, en la línea de lo que Pablo llamaba Cena del Señor (cf. 1 Cor 11, 17-34). Lo que más tarde será misa o celebración sacramental estricta no se había extendido todavía. En el fondo, toda comida compartida entre cristianos era Eucaristía. Así lo supone el texto

He aquí lo referente a la acción de gracias:

Debéis decir la eucaristía así: Te bendecimos Padre nuestro, por la vida y el conocimiento que nos has hecho conocer mediante Jesús, tu servidor. A Ti la gloria por los siglos de los siglos. (Amén)

Sobre la fracción (del pan):

Te bendecimos Padre nuestro, por la vida y el conocimiento que nos has hecho conocer mediante Jesús, tu servidor. A Ti la gloria por los siglos de los siglos. (Amén). Como este par partido, esparcido antes por las lomas, ha sido recogido y se ha hecho uno, así tu Iglesia sea reunida en tu reino desde los confines de la tierra. A Ti la gloria y el poder por los siglos. (Amén).

Que nadie coma ni beba de vuestra eucaristía si no está bautizado en el nombre del Señor. A este propósito el Señor ha dicho: No deis lo santo a los perros.

Después de saciaros, diréis así la eucaristía:

Te bendecimos Padre santo, por tu santo nombre, que has hecho habitar en nuestros corazones; y por el conocimiento, la fe y la inmortalidad que nos has hecho conocer, a través de Jesús, tu siervo. A Ti la gloria por los siglos. (Amén). Tú, Seño Todopoderoso, has hecho todas las cosas a la gloria de tu nombre, y has dado comida y bebida a los hijos de los hombres para su disfrute y para que te bendigan. Pero a nosotros nos has dado el don de una comida y bebida espirituales y de la vida eterna por mediación de Jesús, tu servidor. Por todo te bendecimos; porque eres poderoso. A Ti la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia, para liberarla de todo mal y perfeccionarla en tu amor. Reúnela, santificada, desde los cuatro vientos, en tu reino, que Tú le has preparado. A Ti el poder y la gloria por los siglos. Amén. Hosanna a la casa de David. El que es santo, lléguese. El que no, arrepiéntase. Marana tha. Amén (Texto en D. Ruiz Bueno, Padres Apostólicos, BAC, Madrid 1974)

Dejamos así el texto (con sus dificultades: como la referencia a los “perros”, que aparece en otros textos del Nuevo Testamento: Mt 7, 6; Flp 3, 2; Ap 22, 25). Que los lectores sepan gozarlo y entenderlo (interpretarlo) a la luz de los capítulos precedentes de este libro. No queremos trazarles un camino, imponerles una repuesta. Que ellos mismos la descubran y puedan así recorrer mejor el camino eucarístico que hemos querido ofrecerle a lo largo del libro, del que aún queda la conclusión o capítulo final. 

SIETE DIMENSIONES DEL CUERPO DE CRISTO. LA EUCARISTÍA DE LA SAMARITANA.

  1. El Cuerpo de Cristo es la Eucaristía, el Pan de Jesús, compartido en memoria y como signo (presencia) de su muerte. El primer signo es el pan que se come y comparte, como Jesús. La eucaristía es la fiesta del "cuerpo", de la presencia concreta, inmediata, de hombres y mujeres... La mujer de Samaría ha encontrado a Jesús que le ha dicho quien era..., y por eso va y lo dice su ciudad. Quien es Jesús, quién es ella.
  2. El Cuerpo de Cristo es la Iglesia, el cuerpo mesiánico (místico, realísimo) de Jesús, la comunidad de los que acogen su palabra y siguen su camino... La comunidad de aquellos que escuchan a la Samaritana y vienen y comparten el camino de Jesús, de un modo generoso, más allá de la pura comida que han ido a comprar los Doce.
  3. Ésta es la fiesta en espíritu  y verdad, ni en Jerusalén, ni el monte de Samaría (Jm 4, 21-22), sino allí donde los hombres y mueres se reúnan en Espíritu y verdad. ,sta es la fiesta del Cuerpo Histórico y Humano de Jesús, cuerpo gozoso y sufriente, amado por muchos y muchas, rechazado, crucificado, muerto y resucitado. Esta es la fiesta que pueden proclamar y transmitir con su propia vida las mujeres como la samaritana.
  4. Ésta es la fiesta del Gran Cuerpo de Cristo, que es la Humanidad Entera, como sabían los Padres de la Iglesia, que hablaron de la humanidad (de la Especie o Esencia humana) como Cuerpo Total en el que el Hijo de Dios se ha encarnado... Es en la actualidad la fiesta del gran cuerpo humano, nueva humanidad que podemos construir con la Samaritana, empezando por pozo de Siquem
  5. Es la fiesta del cuerpo Sufriente y Realísimo de Cristo, que son en especial todos los sufren con él en el mundo, los enfermos y hambrientos, los rechazados y encarcelas, los pobres… Pero es también la fiesta de los hombres y mujeres  de la vida, de todas las vidas, que buscan agua en el pozo...,para recibir y compartir el pan y vino de la vida, también con el agua del pozo. Es la fiesta de la Samaritana, amorosa, buscadora, misionera...
  6. 6.Cuerpo de Cristo sigue siendo el Pan, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres, todo pan que alimenta y se comparte, en fraternidad, al servicio de los que tienen hambre. En ese pan está el trabajo hecho vida, está la tierra, madre de la vida, en contra de toda conversión del mundo en Mamona 7. Cuerpo de Cristo es, en fin, de un modo singular, el mundo entero, creado por Dios para que en él ser encarne y habite su Hijo. El Espíritu no está fuera del cuerpo, sino que es la misma hondura del Cuerpo múltiple de Cristo, que es su humanidad caminante.

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