7.12. Fiesta de San Ambrosio, obispo de Milán (340-397)

San Ambrosio, Doctor de la Iglesia y mentor de San Agustín - YouTube

Político, teólogo y obispo de Milán. Nació en Tréveris (hoy Trier, Alemania), hijo de un funcionario romano. Estudió en Roma donde se preparó para la vida política y el año 370 fue nombrado prefecto/gobernador de Liguria y Emilia, en el norte de Roma, con residencia en Milán, siendo un catecúmeno cristiano.

En aquel momento, la diócesis de Milán se hallaba dividida entre partidarios del concilio de Nicea y simpatizantes del arrianismo. Tras la muerte del obispo Auxencio surgieron grandes disputas en la comunidad cristiana y cuando Ambrosio quiso apaciguarlas, como prefecto, con autoridad política, los diversos grupos se unieron para aclamarle como obispo (el año 374).

A pesar de su oposición y de las dificultades que implicaba nombrar como obispo a un simple catecúmeno, Ambrosio recibió al mismo tiempo el bautismo y la ordenación episcopal. Era un hombre culto, pero no sabía teología. Por eso tuvo que dedicarse al estudio, con la ayuda de un presbítero llamado Simplicio.

¿Quién fue San Ambrosio de Milán? 1

Estudió no sólo la Biblia, sino alguna de las obras más significativas de los teólogos anteriores (especialmente de → Orígenes). Fue hombre de gran autoridad y escribió en diversas ocasiones contra las deficiencias morales de su tiempo, especialmente contra el deseo de riqueza, como lo muestra su Homilía sobre Tobías y su escrito Sobre laHistoria de Nabot. Resulta bien conocido por el hecho de haber dado a los pobres todas las riquezas que él había acumulado antes de su consagración episcopal.

«Por su misma naturaleza, la vida cristiana está orientada hacia Dios y hacia los otros. El núcleo del amor cristiano y la exigencia de la justicia se expresa allí donde ponemos el amor de Dios y las necesidades de los otros en el primer lugar de nuestra mente Así lo dice Ambrosio: Ninguna virtud produce beneficios más abundantes… que la justicia, que está más relacionada con los otros que con uno mismo. La justicia nos obliga a poner en un segundo plano nuestras ventajas y a dar prioridad al bien común.

Por lo tanto, si uno desea agradar a todos, tiene que esforzarse por actuar siempre de tal manera que no busque lo que es mejor para sí mismo, sino lo que es mejor para muchos, como Pablo se esforzó por hacer. Porque esto es lo que significa “conformarse a la imagen de Cristo…”. Porque Cristo, Nuestro Señor estaba en la forma de Dos y se vació a sí mismo, para tomar para sí la forma humana, a la que quiso enriquecer con el poder de sus obras» (El Paraíso original, PL 14, 298).

Ambrosio fue un “político” romano al servicio de la Iglesia. Por su experiencia política, pudo oponerse a las intromisiones del emperador y de las autoridades del imperio. En esa línea, él vino a presentarse como delegado de Dios y de la Iglesia, por encima del mismo poder del Estado, como lo muestra su incidente con el emperador Teodosio, a quien negó la comunión mientras no se arrepintiera por haber decretado una masacre en Tesalónica.

En esa línea, contribuyó de un modo poderoso a la “cristianización oficial” del imperio, empleando para ello no sólo el poder religioso de la fe, sino incluso el poder (o, mejor dicho) el influjo y autoridad civil que le daba su condición de obispo, dirigente de una religión que se hacía mayoritaria.  En esa línea, muchos historiadores, como el Prov. R. Trevijano, de la Universidad Pontificia de Salamanca) piensa que su manera de situarse ante el Emperador no  respondía del todo al Evanngelio

«Hay que reconocer que, después de haber reclamado la libertad religiosa, los cristianos pierden a su vez el sentido de la tolerancia cuando el poder se alía con ellos. Es el tiempo en que cristianos fanáticos destruyen templos paganos e incendian también sinagogas.

La basílica de San Ambrosio de Milán, oro para los santos

La sinagoga de Callinicum, en Mesopotamia, fue incendiada por una turba de cristianos. Como reparación de esta fechoría, Teodosio había ordenado que se reconstruyese con el dinero de la caja eclesiástica. Puede que la medida no fuese del todo justa al cargar sobre toda la comunidad la responsabilidad de malhechores no identificados. Con su insistencia, Ambrosio logra que el emperador revoque su disposición y siente un precedente desafortunado. Recordando toda una serie de desafueros posteriores, el historiador eclesiástico no puede menos de lamentar esta victoria de Ambrosio» (cf. R. Trevijano, Curso de Patrología, de la Conferencia Episcopal Española, BAC, Madrid 2005).

A Ambrosio se le recuerda de un modo especial por su influjo en la conversión de→ San Agustín, pero, sobre todo, por algunos de sus escritos, en especial por sus tratados morales sobre temas del Antiguo Testamento: Caín y Abel, Los Patriarcas, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, José, Profeta, Elías, Tobías, Job, David. Escribió tambiénun Comentario del Evangelio según San Lucas. Fue un gran "romano", un gran cristiano, en línea de fidelidad moral, de austeridad, de "racionalidad cristiana". Su ejemplo y organización eclesial perdura en la Diócesis de Milán (cf. imagen, con su Basílica), hasta el día de hoy, tanto en su visión de la teología como en la liturgia y administración cristiana.

Su obra más significativa ha sido su tratado sobre el Hexameron, es decir, sobre los seis días de la creación. Esta obra, que se apoya sobre unas homilías de → San Basilio, expone de forma poderosa el sentido de la creación, en clave alegórica (en la línea de Filón y Orígenes), pero también histórica e incluso científica. Quiso vincular así no sólo el Derecho Romano, sino también el conocimiento científico del mundo con la revelación judeo-cristianaGran parte de la reflexión teológica medieval sobre Gen 1 deriva de este libro. Ediciones de la obra de Ambrosio en PL 14-17; CSEL 32, 62, 64, 73. 

(Texto. Pikaza, Diccionario de Pensadores cristianos)

[1] Obras:

PL 14-17; CSEL 32, 62, 64, 73. Algunas han sido publicadas en Fuentes Patrísticas Bilingües, Ciudad Nueva, Madrid: Sobre las vírgenes y sobre las viudas (1999), Discursos consolatorios (2011), La virginidad (2007). Otras en la Biblioteca de Patrística, Ciudad Nueva, Madrid: El misterio de la Encarnación del Señor (2005), El espíritu Santo (1998), La penitencia (1993), Explicación del Símbolo (2005), Sobre la fe (2009); Sobre Abraham (2011); Hexamerón. Los seis días de la creación (2011); El paraíso. Caín y Abel. Noé (2011); Los Deberes (2015); Elías y el ayuno. Nabot. Tobías (2015).

Ambrosio ha sido recordado de un modo especial por su influjo en la conversión de San Agustín, pero también por sus escritos morales sobre el Antiguo Testamento:Caín y Abel, Los Patriarcas, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, José, Profeta, Elías, Tobías, Job, David. Escribió tambiénun Comentario del Evangelio según San Lucas, pero su obra más significativa es el tratado sobre el Hexamerón, los seis días de la creación. Donde apoyándose sobre unas homilías de San Basilio, expone de forma poderosa el sentido de la creación, en clave alegórica (en la línea de Filón y Orígenes), pero también histórica e incluso científica. Gran parte de la reflexión teológica medieval sobre Gen 1 deriva de este libro.  Cf. H. von Campenhausen, Ambrosius von Mailand als Kirchenpolitiker de Gruyter, Berlín 1929.  

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