XIV Encuentro de la Comisión mixta internacional



La Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa vuelve a la cita periódica de sesiones plenarias. Esta vez, del 15 al 22 de septiembre de 2016 en Italia, y concretamente en la archidiócesis de Chieti-Vasto. Acogida por la mencionada Iglesia local, cuyo titular, Bruno Forte, pertenece a los componentes católicos del alto Organismo, y por la Conferencia Episcopal Italiana, se da la circunstancia de que sus trabajos co-presididos lo serán por el cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, según viene siendo normal, y –primera vez que sucede- por el nuevo co-presidente de la parte ortodoxa, el arzobispo de Telmessos, Job (Getcha), del Patriarcado Ecuménico. Participarán también, igual que ha sucedido en otras ocasiones, dos representantes de cada una de las catorce Iglesias ortodoxas autocéfalas, así como otros representantes católicos.

Esta Comisión es el organismo oficial del diálogo teológico entre católicos y ortodoxos, fundado en 1979 tras el Concilio Vaticano II, durante la visita que san Juan Pablo II rindió al entonces patriarca de Constantinopla, su santidad Dimitrios I. Reúne en conjunto a las catorce iglesias ortodoxas autocéfalas, cada una representada por dos teólogos que suelen ser obispos, amén de diversos representantes católicos.

El arzobispo Job de Telmessos, ya digo, lleva solo meses en este cargo, que ocupó durante años el famoso metropolita Ioannis Zizioulas, una de las cabezas teológicas mejor amuebladas del momento en la Ortodoxia. Monseñor Job, de todos modos, jugó un papel de relieve en el Concilio panortodoxo de Creta puesto que fue su portavoz oficial. A ello es preciso añadir, además, que el patriarca Bartolomé I lo incluyó en la delegación del Patriarcado Ecuménico enviada a Roma para tomar parte en las fiestas patronales de San Pedro y San Pablo, circunstancia que le permitió entrevistarse con el mismo papa Francisco, a quien es más que probable que suministrase información de primera mano sobre la cumbre cretense.

El comunicado de prensa de la Santa Sede precisa que la sesión plenaria de la Comisión tendrá como objeto el examen de un borrador de documento, titulado “Towards a common understanding of Synodality and Primacy in service to the Unity of the Church”, («Hacia una comprensión común de la sinodalidad y primacía al servicio de la unidad de la Iglesia»). La redacción de este documento comenzó durante la precedente sesión plenaria de la Comisión, que tuvo lugar en Amán, Jordania, en 2014, y fue completada por el Comité de coordinación de la Comisión durante la reunión tenida en Roma en 2015.


Según el comunicado oficial de la Santa Sede, a los miembros de la Comisión les espera en Chieti el cometido de evaluar «si dicho borrador refleja de forma adecuada el consenso actualmente existente sobre la delicada cuestión de la relación teológica y eclesiológica entre primado y sinodalidad en la vida de la Iglesia y si será necesario continuar investigando el tema».

Está previsto, por otra parte, que la sesión plenaria brinde a los participantes la oportunidad de compartir momentos de oración con las comunidades cristianas locales. El sábado 17 de septiembre, por ejemplo, asistirán a la Misa en la Catedral de San Justino en Chieti. El domingo, 18 de septiembre, a la celebración de la Divina Liturgia programada en el santuario del Volto Santo en Manoppello (Chieti). Por último, está acordado igualmente que los componentes de la Comisión giren visita a la ciudad de Vasto y a la Abadía de San Giovanni in Venere en Fossacesia.



Cabe imaginar que el principal anfitrión diocesano, dado que la Cumbre tiene la cita dentro de su archidiócesis, sea uno de los miembros de la parte católica, el ya citado monseñor Bruno Forte, teólogo napolitano y discípulo de Ratzinger, que es quien le confirió la consagración episcopal cuando este era cardenal obispo de Ostia. A esta condición une, además, el ser consultor del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos; fue relator principal del Congreso de la Iglesia Italiana en Loreto (1986), y presidente del Comité de redacción del documento Memoria e reconciliazione: la Chiesa e le colpe del passato (2000). La teología es, según sus escritos, «recuerdo inquietante y peligroso de Aquel que, siendo trascendente a la historia, entró en ella para revolucionarla y para salvarla».

El metropolita Hilarión de Volokolamsk, en fin, que encabeza la delegación de la Iglesia ortodoxa rusa en el Encuentro, adelantándose a la apertura, se llegó ayer, 15 de septiembre, hasta el Palacio Apostólico del Vaticano, donde fue recibido por el papa Francisco, a quien hizo entrega en nombre del patriarca ruso Kirill de un valioso relicario de San Serafín de Sarov, que el Papa valoró mucho y que recoge con gran despliegue informático el portal de dicha Iglesia en Internet. No sería descabellado suponer que su eminencia Hilarión aproveche estos días para intercambiar impresiones con distinguidas personalidades ortodoxas y católicas sobre el Concilio panortodoxo de Creta, al que no asistió. La temática de la Comisión se lo facilita.
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