La búsqueda de sentido (y Vivencias y cconvivencias 11)

La vieja verdad absoluta resulta hoy dogmática y sobrehumana, mientras que la nueva posverdad relativista resulta infrahumana y ridícula. La auténtica verdad es medial y relacional, una verdad encarnada, una verdad humana. En filosofía la denominamos verdad-sentido o simplemente sentido, y es una verdad ya no puramente objetiva ni meramente subjetiva, sino intersubjetiva o interhumana, dialógica y convivencial. La vieja verdad supremacista y la nueva pseudoverdad populista deben dejar paso a la búsqueda del sentido democrático, que es el sentido consentido por el hombre, es decir, por todos los implicados en una explicación común de dicho sentido.

La auténtica verdad es así verdad vivencial y experiencial, así pues sentido vivido y convivido. La búsqueda de sentido es la búsqueda propiamente humana de horizonte y dirección, en medio de nuestra desorientación, confusión y zozobra. Pues el sentido que buscamos está amenazado por el sinsentido y rodeado de mentira y error, engaño y absurdo. El sentido es el alimento del alma humana, la cual sufre en nuestros días de un nihilismo desasosegante. Encontrar un poco de sentido es respirar humanamente en medio del caos y el abandono, la soledad y la muerte. Respirar un poco de sentido es realizarse humanamente en medio de la depresión anímica y la podredumbre económica.

Hay autores que, como Simone Weil, critican la pesantez de este mundo hasta desear su aniquilación mortal. Pero aquí entra la compasión por el otro y la misericordia por la miseria propia y ajena, asumiendo siquiera críticamente el mal del universo humano y transhumano. En las obras del escritor Graham Green se presenta un mundo deteriorado por el propio hombre, vacío o vaciado de sentido, desesperado; pero se trata de asumirlo con la morosidad de un amor encarnado a pesar de todo, lo cual implica mancharse en este sucio mundo y arremangarse. Incluso su personaje más turbio, el suicida H.Scobie, logra trasfigurar su vida sórdida in extremis, al abrirse al vacío mortal con una exclamación de sentido implícito: “O God, I love: Oh Dios, yo amo”.

El amor comparece entonces como la puerta a una trascendencia de sentido por encima del sinsentido. Pero es una trascendencia amenazada por nuestra inmanencia, un sentido amenazado de contrasentido, un amor amenazado por el desamor. El amor no es que se enfrente a la mismísima muerte, como suele decirse, sino que afronta la muerte como un rito de paso o pasaje trascendental, colándose implicadamente a través de su agujero negro. La aportación del amor es la deportación del miedo a no ser, ya que reporta un plus de sentido en medio del sinsentido, una música a la letra muerta, una simbolización que trasciende todo empirismo y positivismo. Por una parte, el amor se compadece misericordiosamente de nuestra miseria; por otra parte, percibe la bondad y la belleza del mundo en medio de sus ruinas y su decadencia. Percibir el sentido es abrir un camino y una dirección, horadar el muro, agrietar el cemento armado de nuestra encerrona existencial.

La búsqueda de sentido es un trascender y trascenderse, en medio de la tierra y con los pies sobriamente sobre ella. El caso es que algunos se han instalado escleróticamente en dicha trascendencia cuasi religiosa, mientras que otros la deniegan y denigran nihilistamente confinados en su propia finitud. Pero todos los demás seguimos buscando incansables una dirección o sentido, algún vestigio o símbolo, el silencio del Dios y su presencia ausente, porque nos mueve un amor que nos remueve, la inquietud de la existencia y el desasosiego humano. Ahora bien, mientras buscamos encontramos ya algún indicio, el camino abierto de nuestra superación o sobrepasamiento, el sendero de un sentido herido o huidizo, el Grial simbólico de nuestro obcecado amor más místico, propio de una mística no abstracta sino encarnada o sensual.

La búsqueda de sentido no tiene fin, porque solo encontramos trozos o partes, esquirlas o migajas del sentido, polvo de estrellas, reminiscencias. El propio amor real resulta surreal ya que es mortal. Diríase que solo es posible el amor imposible, aquel que se alía a la mismísima muerte en su trascendimiento ultraterrestre, como el concitado personaje F.Scobie de G.Greene. El viejo Charles Moeller en su monumental “Literatura del siglo XX y cristianismo” lo declaró salvado por una divinidad literaria o metafórica, cuyo silencio es su voz propia o apropiada, y cuya ausencia es su presencia en medio del desierto mundano y nuestra deserción humana.

VIVENCIAS Y CONVIVENCIAS 11

AFORÍSTICA 172

---Dios es el Logos o palabra que experimentamos en el silencio: místico.
---Dios es amor trascendental: Cristo es amor encarnado.
---Hay un Dios del ateísmo: hay gente atea por la gracia de Dios (como Lichtenberg o Buñuel).
---Dios tolera lo intolerable, dice A.Pérez Reverte: Dios torea lo intoreable.
---Lo trágico como visión pesimista: lo cómico como visión absurda.
---El drama como mueca: la ironía como sonrisa.
---No me gusta la Iglesia militante ni triunfante: me quedo con la peregrinante.
---La auténtica política sería un intento de asumir el mal: social o comunitariamente.
---El vicio como parte de la virtud: de La Rochefoucauld a Nietzsche.
---No soy militante y no milito en nada: no soy militar.
---Morir empuñando la espada o ser crucificado: el dilema pagano-cristiano de S.Weil.
---En nuestra era digital el espanto virtual consiste en no recibir ni siquiera Spam.
---Internet: la tecnología como magia (posmoderna).
---El que tiene carisma o crisma: se la acaban rompiendo.
---Nuestros enemigos son variados y variables: se suceden a sí mismos contra nuestro mismo yo.
---En mi peregrinaje por este mundo me han tratado como a uno más, como a uno de más y como a uno de menos.
---El amor no se elige: nos elige destinalmente.
---El amor es un cielo que rueda por el suelo: el amor es celeste con celos terrestres.
---La misericordia debe ser mutua como mutua es nuestra miseria: reconocimiento interpersonal.
---La historia de la humanidad como historia de la inhumanidad.
---G.Steiner concibe la música como tiempo sin tiempo: tiempo especial/espacial.
---La música no sería sentido puro (abstracto), sino puro sentido (existencial): Sócrates canta al morir.
---La poesía como pensamiento bailable.
---La realidad es ilusoria: pero la ilusión es real.
---La crisis de nuestra cultura lo es de una cultura inflada.
---Los cementerios del amor: camposantos del sentido zaherido.
---Espronceda matriota y fratriota más que patriota: su patria la mar y su Dios la libertad.
---Las grageas pueden dejar grogui: las drogas suelen dejar drogui.
---El agua corriente: rumorosa, palabrera, alcahueta.
---Quien se contenta con todo, todo lo posee.
---La filosofía como emplasto según Voltaire: cataplasma simbólico.
---Goethe entiende el aburrimiento como humano y, asumido, como humanizador: el ocio creador.
---Dice R.Argullol que no se le malentienda como religioso: digo yo que no se me malentienda como irreligioso.
---El simbolismo articula la urdimbre de lo real, el entretejimiento de las cosas, las relaciones del ser.
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