Apariciones, secretos, profecías y... Fátima.

Los tres secretos de Fátima supusieron para muchos, me incluyo, un aldabonazo religioso y secular con su horizonte de miedos inespecíficos, debido en gran medida a las predicciones catastrofistas que contenían los distintos mensajes y secretos.
La Prospectiva es una ciencia basada en la Estadística que realiza predicciones con cierto grado de fiabilidad que se sabe pueden suceder, que se admiten como probables, pero no como ciertas...
En cambio las predicciones de los videntes, las visiones del futuro, los “secretos de Fátima”... ah, éstos sí tienen crédito absoluto, simplemente porque personajes en traje talar y con boato entumecedor de cerebros le otorgaron marchamo de veracidad. ¡Cuánto importan las formas para conformar los credos!
Lo que sigue son opiniones y por lo tanto rebatibles. A eso me expongo. Tales vaticinios generalmente están expresados en términos tan vagos e inconcretos que lo improbable es que no sucedieran y lo probable era que confirmaran lo que se dijo, al que lo dijo y la religión que lo dijo.
Así de inmensa es la virtualidad de la creencia.
Fijémonos en los citados “tres secretos de Fátima” que, repito, a toda una generación nos han tenido en vilo:
1º.- Visión plástica y viva del infierno y devoción al Inmaculado Corazón de María para salvar al mundo.
Todo tan simple, tan hermoso... Pero cuando hasta JP-2 afirma que más o menos ese infierno no existe, que está dentro de cada uno; cuando lo ponen tan en duda ellos mismos, ¿qué decir de tales visiones? ¿no serán quizá perturbaciones mentales?
Respecto a la salvación del mundo, es de agradecer que lo pongan tan fácil: basta rezar al músculo cardíaco de una sombra. ¿Cómo los grandes estadistas católicos no han caído en la cuenta de remedio tan simple? ¿Para qué la ONU, la diplomacia, los ministros de AA.EE., el tribunal internacional de La Haya, el Tribunal de Derechos Humanos y tantos otros? Bastaría con que todos los católicos se postraran día si y día también ante el icono. Lo hacen, pero no se lo creen.
2. Fin de la I Guerra, anuncio de la II, Papa Pío XI, noche iluminada por una luz desconocida como signo, castigo del mundo con guerra, hambre, persecución de la Iglesia y del Santo Padre; petición de la conversión de Rusia; primeros sábados; Rusia como tirana del mundo; Rusia convertida...
Sería de agradecer saber si el anuncio de la II Guerra, por otra parte nada difícil de vaticinar, pertenece a la primera o segunda de las tres redacciones de los “secretos” o a la de 1941, que es la que yo manejo, en cuyo caso sería igual que las profecías del Antiguo y Nuevo Testamento, “a toro pasado”.
El asunto “Rusia”, que se sepa, no se ha solucionado por la extensión de la devoción al Sagrado Corazón de María, devoción que, fuera de alguna que otra Congregación “ad hoc”, es algo marginal en la espiritualidad católica actual. Y que se sepa, tampoco ha habido una vuelta masiva al cristianismo en la desmembrada URSS: sí, han reaparecido elementos de negro, barbados, hijos resucitados de Rasputín, se han reconocido los "derechos históricos" del clero ortodoxo... pero nada más.
3º.- Angustioso llamamiento a la conversión, con visión apocalíptica de muertes y sangre. Redacción de enero de 1944 aunque siempre haciendo referencia a julio de 1917.
El contenido, en lenguaje del más puro simbolismo tenebrista, se refiere a las consecuencias de no haber hecho caso al Segundo Secreto. Sorprende que las desgracias se esparzan “dentro, no fuera, de la tenada eclesial”: ¿tenían la culpa del mal del mundo los sacrificandos clérigos?.
Se montó toda una parafernalia en recepción vaticana en torno a un sobre que, vista desde lejos, más produce hilaridad que respeto: la solemne entrega a Roma; Juan XXIII que no consideró oportuno abrir el sobre con el III secreto; Pablo VI, que lo leyó estando presente un cardenal; JP-2 que lo leyó tras el atentado de 13 V 1981.
¡Crédulos a fin de cuentas! Por más que con solemne pompa “llevaran el sobre”; se personaran en el acto Franjo Seper, cardenal, y Martínez Somalo; se leyera; se devolviera el sobre... hay que tachar a todos ellos de crédulos, ingenuos, bobalicones, simples y cuantas cosas similares se quieran decir.
¡Cómo no van a surgir cientos de Dan Brown si ellos mismos se hacen pábulo de tales hogueras!
Para curarse en salud de posibles desgracias mayores, JP-2 procedió a consagrar el mundo al Corazón Inmaculado de María. ¿Alguien ha percibido los efectos benéficos sobre el mundo de tal bendición?Dado que la Iglesia, aunque eterna, vive del momento, nadie se acuerda de que tales actos tuvieron lugar: se hicieron... y a seguir adelante. Los efectos, si llegan, tanto mejor; si no llegan, nadie se acuerda. O quizá sea un influjo por defecto: ¿Qué habría sucedido si no...?
Pues... ¡sean un poco serios!