Breverías. MÁS FANÁTICOS.-

La ciencia no es proselitista ni fanática ni busca prosélitos; tampoco lo suelen ser las personas normales, porque la verdad se impone sola. Ésta es su confianza y su seguridad.

En cambio los fanáticos siguen el lema de “el que no está conmigo está contra mí”, sin puntos intermedios. Y de tal manera lo siguen que generan mártires en su seno (ya lo dice su fundador: seréis mis “testigos”, "martüres" en griego): hoy son los desesperados de Palestina y mártires de Al Quaeda, ayer fueron Esteban y secuaces del primitivo cristianismo.

El “mártir” está convencido, muere por sus ideas, ¡niega las evidencias, sobre todo las sociológicas!, es capaz de perder a su familia, sus amigos, su patria.

Es sintomático: en la creencia no pasa como en la búsqueda de la verdad, donde es buena la duda, donde se aceptan las proposiciones del contrario, donde se comparten puntos de vista: al que duda lo tachan de cobarde o pusilánime, de tener una fe débil y enfermiza, o, en palabras de su líder, porque sois tibios os expulsaré de mi boca.

¿A qué se debe esa actitud tan contraria entre los que buscan “las verdades” y los que buscan “la verdad”? Haga esto pensar a cualquier crédulo, si quiere ser razonante, es decir, persona normal, es decir, hombre; si quiere quedarse en crédulo, fanático, obstinado e intolerante.
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