La Biblia y las mujeres

(Escribe Mercedes Navarro).- El proyecto editorial que se concreta en la colección La Biblia y Las Mujeres, va a presentarse el día 6 de mayo de 2014 en uno de los marcos más significativos para esta obra, el Centro Sefarad-Israel de Madrid. Entre las numerosas razones que nos llevan a considerar este lugar como espacio simbólico de primera magnitud para este proyecto, destacamos algo que las directoras y las coordinadoras y autoras de la colección han tenido presente desde sus inicios: que se trata de un proyecto contra una tradición de investigación agravada por el antijudaísmo.

Si bien la Colección proviene de un contexto cristiano, es inevitable, para un proyecto teológico de planteamiento histórico- cultural, considerar específicamente la historia de la interpretación judía, no sólo por la notable influencia ejercida sobre la historia cultural del cristianismo, sino también porque ha sido poco considerada, sobre todo por las teologías universitarias cristianas, las cuales, en el último siglo, han favorecido el desarrollo de la tradición de investigación histórico-crítica. Allí donde la recepción judía converge en los estudios, es recuperada, en el mejor de los casos, como fotograma negativo destinado a ser contrapunto de la luminosa tradición cristiana, mientras que, en el peor de los casos, es tomada en consideración solamente para dar voz a una prospectiva antijudía.

Lo mismo se puede afirmar de la exégesis feminista de la primera ola: la interpretación judía ha sido utilizada como “prueba” de que el cristianismo primitivo fue más favorable a las mujeres que el judaísmo contemporáneo. Un doloroso proceso de introspección y toma de conciencia ha conducido a la mayor parte de las teólogas cristianas a un replanteamiento, de modo que, en muchos ambientes, se ha instaurado un diálogo fecundo, a pesar de resultar todavía delicado. La Biblia y las Mujeres se incluye dentro de este indispensable proceso de comprensión, desde el momento en que el cristianismo tiene su origen en el judaísmo. Este diálogo se desarrolla, sin embargo, sobre una cresta, puesto que la investigación judía en los últimos doscientos años ha intentado defenderse de un “abrazo” demasiado apretado por parte del cristianismo. El intento de integrar la interpretación judía en un contexto predominantemente cristiano nos coloca, efectivamente, ante el peligro de monopolizar el judaísmo por parte de los cristianos. Conscientes de esta difícil situación de partida, las directoras de La Biblia y las Mujeres han decidido, a pesar de todo, tomar este camino, con la convicción de que el valor añadido de un diálogo intenso que considera tanto la prioridad temporal como la histórico-crítica de la Biblia Hebrea, contrapese los numerosos riesgos.
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