Los llamó para estar con Él

El evangelista Marcos, que suele ser muy gráfico y detallista, cuando habla de la elección de los doce apóstoles dice que Jesús eligió a doce para estar con Él y para enviarlos a predicar. Dos detalles importantes: “Estar con Él" y "enviarlos a predicar”.

Cuando Dios llama a un hombre o a una mujer con una vocación específicamente sacerdotal o religiosa, los llama para esta doble misión. Primero para estar con Él y esto es de suma importancia. Si no nos empapamos de Jesús, si no bebemos contínuamente de la fuente de su Palabra, de su vida, de sus actitudes, de su misericordia, de su compasión, en una palabra de su forma de vivir y actuar, poco aportaremos a la Iglesia y al mundo.

Segundo para enviarlos a predicar. Podemos predicar de muchas formas. Con una predicación directa, más específica del sacerdote secular o religioso y que también actualmente hacen religiosos no sacerdotes. Y predicamos en acciones no directamente explícitas de la predicación: en nuestra forma de realizar el trabajo profesional, al cuidar enfermos, al enseñar a la niñez, a los jóvenes o adultos,... En la forma de reaccionar ante un acontecimiento cualquiera es cuando podemos y debemos predicar los religiosos. ¡Cómo puede predicar una enfermera, ante los cuidados del enfermo y sin decir palabra! Su modo de atender al paciente, su actitud compasiva ante el desvalído que depende de sus cuidados. ¡ Y la maestra! con la paciencia ante el que le cuesta aprender, su diligencia en atender a la persona que le pide ayuda,. No se predica con la palabra pero se predica con el ejemplo. Y esta forma no podemos eludirla nunca excusándonos de que no somos capaces, porque a todos el Señor nos ha dado dones que debemos desarrollar.

Y cuando al fin de nuestra jornada, cansados, vamos al encuentro del Maestro para estar con Él un rato antes de acostarnos, podemos como los apóstoles, contarle nuestros éxitos o fracasos, encomendarle gente con la que nos hemos encontrado en el camino, para que Él les ayude y consuele. Y a nosotros que Dios nos ilumine para continuar nuestra misión. Texto: Hna. María Nuria Gaza.Foto: Hna. Carmen Solé.
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