El prelado sudanés señala el dolor inaudito que sufre la población en Sudán Obispo Hiiboro tras la tragedia en Darfur: "La violencia de la tierra se ha sumado a la guerra y la indiferencia del mundo"

Deslizamiento de tierra en la región de Darfur, en Sudán
Deslizamiento de tierra en la región de Darfur, en Sudán Efe

Eduardo Hiiboro Kussala, obispo de Tombura-Yambio, en Sudán del Sur, envió un mensaje de condolencia por el deslizamiento de tierra que ha arrasado la aldea de Tarasin, en Darfur, al oeste de Sudán

Recordando a los habitantes de Tarasin, Hiiboro subraya que muchos de ellos ya habían sido desplazados por la guerra y el hambre. "Sin embargo, la propia naturaleza se ha vuelto violenta, sumándose a un ciclo de sufrimiento que ningún pueblo debería soportar"

León XIV también ha abordado la trágica situación en Sudán. Durante la audiencia general de hoy 3 de septiembre, ha recordado la dramática situación de Ale Al-Fashir, la capital de Darfur del Norte, sitiada por las milicias de las Fuerzas de Apoyo Rápido, donde "numerosos civiles están atrapados en la ciudad, víctimas de la escasez y las violencias"

"Y, como si no fuera suficiente, la propagación del cólera amenaza a cientos de miles de personas ya agotadas"

(Agencia Fides).- «Estoy con ustedes en el duelo, pero también en el coraje y en la búsqueda de justicia, dignidad y sanación para los supervivientes», escribe Mons. Eduardo Hiiboro Kussala, obispo de Tombura-Yambio, en Sudán del Sur, en su mensaje de condolencia por el deslizamiento de tierra que ha arrasado la aldea de Tarasin, en Darfur, al oeste de Sudán.

El 31 de agosto, la aldea, situada en las montañas de Marrah, quedó sepultada por un alud de lodo y rocas tras varios días de intensas lluvias. Las primeras informaciones sugieren que más de 1.000 residentes, la totalidad de la población, han perecido, dejando un único superviviente.

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«La magnitud de esta tragedia desafía las palabras, pero son nuestra humanidad común, nuestra fe compartida y nuestra responsabilidad espiritual las que nos impulsan a hablar de consuelo, apoyo y esperanza», afirma Mons. Hiiboro en el mensaje dirigido a Mons. Yunan Tombe Trille Kuku, obispo de El Obeid, y a la población de los montes Marrah.

El deslizamiento fue provocado por fuertes lluvias.

Recordando a los habitantes de Tarasin, Mons. Hiiboro subraya que muchos de ellos ya habían sido desplazados por la guerra y el hambre. «Sin embargo, la propia naturaleza se ha vuelto violenta, sumándose a un ciclo de sufrimiento que ningún pueblo debería soportar. Su historia no debe desaparecer en el silencio; Tarasin debe ser recordada como un llamamiento a la conciencia de todos nosotros», sostiene.

"La propia naturaleza se ha vuelto violenta, sumándose a un ciclo de sufrimiento que ningún pueblo debería soportar"

Según el obispo de Tombura-Yambio, «el deslizamiento de tierra no fue simplemente un desastre 'natural'», y señala como causas subyacentes la degradación ambiental, el caos de la guerra y la indiferencia global ante la crisis humanitaria en Sudán. «Debemos analizar esta tragedia no solo con corazones afligidos, sino con mentes que buscan comprender, prevenir y proteger», añade.

"Y, como si no fuera suficiente, la propagación del cólera amenaza a cientos de miles de personas ya agotadas"

«Ahora, más que nunca, debemos animar a todas las personas de fe a unirse, superando las barreras religiosas y regionales, para responder a los desastres relacionados con el clima, promover la paz y cuidar la creación como custodios de la tierra de Dios», concluye Mons. Hiiboro.

El papa León XIV también ha abordado la trágica situación en Sudán. Durante la audiencia general de hoy 3 de septiembre, ha recordado la dramática situación de Al-Fashir, la capital de Darfur del Norte, sitiada por las milicias de las Fuerzas de Apoyo Rápido, donde «numerosos civiles están atrapados en la ciudad, víctimas de la escasez y las violencias». «En Tarasin, un deslizamiento de tierra devastador ha causado numerosas muertes, dejando tras de sí dolor y desesperación. Y, como si no fuera suficiente, la propagación del cólera amenaza a cientos de miles de personas ya agotadas», ha recordado el pontífice.

Además, el Santo Padre ha lanzado «un sincero llamamiento a los responsables y a la comunidad internacional para que garanticen corredores humanitarios y pongan en marcha una respuesta coordinada para detener esta catástrofe humanitaria. Es hora de iniciar un diálogo serio, sincero e inclusivo entre las partes, para poner fin al conflicto y devolver al pueblo de Sudán la esperanza, la dignidad y la paz».

"Debemos animar a todas las personas de fe a unirse, superando las barreras religiosas y regionales, para responder a los desastres relacionados con el clima, promover la paz y cuidar la creación como custodios de la tierra de Dios"

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