"CAMINO", la película (y 2). ENTRE EL AMOR Y LA MUERTE

Esta escena resume gráficamente el dramático filo de navaja por el que transcurre la película. La niña Camino, en trance penúltimo, ya sin vista por la enfermedad, habla de su amor a Jesús. Y, mientras la madre sostiene un poster del Jesús del evangelio, sueña la preadolescente con abrazos y besos de Jesús, el hijo de la pastelera de su barrio, del que se ha enamorado perdidamente. Uno es el relato de Gloria, madre que sueña con una hija santa. Y otro el de la pequeña, que se resiste a morir y espera cartas de amor de su tierno muchachito...
Comprendo la indignación de la familia de Alexia al constatar a qué extremos de manipulación es conducida la aventura existencial de su hija, fallecida a los 14 años. Una adolescente puede, ¿por qué no?, ser declarada santa por la Iglesia, si ha vivido ejemplarmente, en el amor a Dios y a los hermanos, el reducido tiempo de su paso por la tierra. Se pontifica en el film qué sentimientos, qué conductas debe tener, a sus 11 años, la protagonista (aunque el hermoso rostro de Nerea Camacho me sugiere mayor edad).

Una adolescente tiene que pensar, para ser feliz, en chicos y no en Dios... Subyace, en esta psicología barata, un notable desprecio, me atrevería a llamarlo ignorancia, hacia la religión y sus valores, tan positivos para el ser humano y la sociedad. Otra cosa son las aberraciones que han existido y existirán como en toda obra humana, y que Javier Fesser descarga masivamente sobre una importante institución religiosa, el Opus Dei (bautiza a su protagonista con el nombre,Camino, de la conocida obra de espiritualidad del fundador del Opus).
Olvidémonos de Alexia por un momento, y saludemos a Camino, heroína de Fesser en este film...
SU PRIMER AMOR

Días antes de su primer ataque, asiste Camino a una fiesta progre con otros preadolescentes, donde el adulto reponsable les anima a bailar bien agarrados, bien achuchados, despertando con urgencia su naciente sexualidad.Sólo así serán felices ...
Se enamora Camino románticamente de Jesús, atractivo chico del barrio. El cuelgue parece recíproco. Y presiente cariñosos encuentros que, hasta el postrer suspiro, habrán de colmar su corazón de felicidad y dulces latidos.

Algunas veces se sueña libre como el ratón que escapa de la abierta jaula. O se contempla bailando entre nubes con el vestido rojo que un día pidió a su madre. O sentimentalmente fundida con su chico en eterno abrazo, por un paisaje sembrado de misteriosas brasas...
SENTENCIA DE MUERTE
La otra realidad que define dramáticamente la película es la enfermedad del cáncer. ¿Cómo soporta la dolorida jovencita tan injusto destino? Algunos diálogos:
Se lamenta la muchacha, preguntando a Dios:
-¿Por qué me castigas, Dios mío, por qué?
A lo que responde su madre:
-No digas eso, cariño. Aunque no lo comprendas, es porque te quiere, cariño. porque te ama profundamente...

Se siente orgullosa Gloria por haber elegido el Padre del cielo a su hija para el sacrificio redentor:
-Yo le doy las gracias todos los días por la enfermedad de nuestra hija...

Su hermana numeraria del Opus le confidencia en una ocasión:
-Te tengo envidia porque... porque te vas al cielo...
A lo que responde Camino:
-¿Quieres que rece para que tú también te mueras?

EL DIOS CRISTIANO

No es nada fácil, para creyentes y no creyentes, encontrar sentido al sufrimiento, la enfermedad, o la muerte. Presentar a un Dios sádico que reclama víctimas, sólo se conoce en divinidades primitivas sedientas de sangre. Los cristianos creemos en un Dios de Amor y Compasión...
¿Entonces? Tampoco hay culpa alguna, en la niña enferma, que justifique un castigo divino. Los cristianos amamos la vida y luchamos contra la enfermedad y la muerte, como Jesús de Nazaret que curaba enfermos y resucitaba muertos...
¿Entonces? Que nada tiene que ver este discurso manipulador del film con la realidad de una Iglesia viva y solidaria con fe en el Resucitado...
Me gustaría preguntar al señor Fesser qué haría si tuviera una hijita de once años con los gravísimos problemas de salud de Camino.
Intentaría, por supuesto, curarla por todos los medios. Pero, al llegar a la absoluta convicción de que no había salida, que el final estaba próximo, la rodearía, supongo, de atenciones y cariño (como la familia de Alexia). ¿Le diría la verdad de su situación o se la ocultaría? No es fácil la respuesta.
Evitaría, desde luego, todo padecimiento físico (hay unidades de dolor muy eficaces, sería masoquista amar el sufrimiento, buscarlo, cultivarlo... ). ¿La invitaría a dormir para siempre, mediante verificadas, indoloras técnicas de suicidio asistido?
¿Y no se podría intentar algo más? Aquí entra la fe: descubrir sentido trascendente a la aventura última, porque hay otra vida después, te espera Dios con los brazos abiertos... (Así trató a su enfermita terminal la familia de Alexia...)

Os invito a asomaros, en YOU TUBE, al vídeo promocional del film, de tres minutos de duración, (mejor si seleccionáis "Ver con alta calidad"). Pulsar aquí.
Curiosamente, comienza el trailer administrando el sacerdote a Camino el Sacramento de la Unción de Enfermos.Se pide en el ritual, no la muerte sino la curación, si conviene... Como rezaba Alexia en su oración favorita:
"Jesús, yo quiero ponerme buena, quiero curarme; pero si Tú no quieres, yo quiero lo que Tú quieras."
Perdonad que me haya enrollado en temas teológicos que sin duda se cuestionan en la película. Pero me he prometido no escribir una tercera parte. Así que acercaos al cine a ver Camino, una película muy bien realizada, pero de escasa fiabilidad. Y sufrid como la familia de Alexia, que ha visto tan desnaturalizada la vida y muerte de su hija.
Para curiosear la Pimera Parte de esta crítica,pulsad aquí.
Hasta el próximo lunes.