"¿Puede la ley ser justa si ignora el sufrimiento humano?" Juana Rivas: Cuando la ley olvida la justicia

Juana Rivas
Juana Rivas

"Un conflicto entre violencia de género, derechos de los menores e insuficiencia de la ley y los tratados internacionales"

"El expediente de Juana Rivas –con indultos, sentencias, recursos, cambios de medidas y controversias públicas– nos interpela sobre qué tipo de justicia queremos"

El caso de Juana Rivas no es un mero expediente judicial. Es el reflejo de un choque de valores entre la protección de una madre y unos hijos presuntamente víctimas de violencia y la insuficiencia y rigidez de los tratados internacionales. Lo que comenzó como denuncia por maltrato en España se ha convertido en un debate que atraviesa el derecho, la moral y la conciencia social:¿puede la ley ser justa si ignora el sufrimiento humano?

Origen de un conflicto entre amor, violencia y tratados

Juana Rivas denunció por violencia de género a su expareja, Francesco Arcuri, en España, consiguiendo una condena contra él. Tras una reconciliación en Italia y el nacimiento de su segundo hijo, la relación volvió a resquebrajarse. Juana regresó a España con sus hijos sin consentimiento paterno, desatando un conflicto internacional.

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La justicia italiana exigió la restitución de los menores en virtud del Convenio de La Haya sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores (1980), mientras en España se alzaron voces pidiendo protección para la madre y los niños. Según la jurista Soledad Murillo, “el interés superior del menor debe ser el eje de cualquier resolución, por encima de formalismos legales”. Pero ¿cómo se concreta ese “interés superior” cuando hay sentencias firmes en uno y otro país, cuando los tiempos de las heridas no coinciden con los tiempos de los tribunales, cuando la letra del tratado choca con el miedo de dos criaturas vulnerables?

Juana Rivas llega visiblemente afectada al punto de encuentro fijado por orden judicial para que su hijo menor se reencuentre con su padre, el italiano Francesco Arcuri

"El interés superior del menor debe ser el eje de cualquier resolución, por encima de formalismos legales"

La ley frente a la conciencia

Hoy el caso Rivas es símbolo de una tensión o dilema ético: cumplir un tratado o salvaguardar la integridad de unas personas vulnerables. Como alertó Hannah Arendt, “cuando la ley se desconecta de la justicia, se convierte en instrumento de opresión”. El derecho internacional privado, que regula las relaciones entre personas de distintos países, muestra sus limitaciones cuando no incorpora, de manera efectiva, una “perspectiva de género y de infancia” que atienda la violencia, la asimetría de poder y el daño psicológico.

"Cumplir un tratado o salvaguardar la integridad de unas personas vulnerables"

La historia y la Biblia ofrecen ejemplos de esta tensión. Jesús impidió la lapidación de una mujer adúltera con la célebre frase: “Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra” (Juan 8,7). Moisés desafió la ley del faraón, Gandhi quebró leyes coloniales injustas, Sócrates aceptó la muerte por fidelidad a su conciencia,  Martin Luther King Jr. proclamó que “una ley injusta no es ley, etc.”. Todos estos referentes históricos recuerdan que la verdadera justicia nace de la compasión y del sentido superior del bien. También el filósofo EmmanuelLevinas lo formuló a su modo: el rostro del otro –especialmente el vulnerable– nos reclama una responsabilidad previa a toda norma.

La lección del diluvio: misericordia vs. Justicia infinita

El relato del Génesis sobre el diluvio universal muestra que una justicia absoluta puede destruir lo que busca proteger. Yahvé, tras castigar implacablemente la maldad humana, siguiendo la máxima latina Fiat iustitia, pereat mundus (“Hágase justicia, aunque perezca el mundo”), cayó en la cuenta de la gran fragilidad del ser humano y prometió no volver a exterminarlo: “No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre” (Gn 8,21). La justicia, sin misericordia, se vuelve ciega; la misericordia, sin justicia, se vuelve permisiva. La sabiduría está en mantenerlas en tensión fecunda.

El Diluvio. Joseph Desire Court
El Diluvio. Joseph Desire Court

Para el filósofo alemán Hans Jonas, esta historia del diluvio puede leerse como pedagogía ética: la omnipotencia que se impone sin tener en cuenta la vulnerabilidad del ser humano acaba destruyéndolo. El “principio de responsabilidad”, según Hans Jonas, invita a pensar que toda decisión –también la judicial– debe sopesar sus efectos sobre los más débiles y sobre el futuro. La justicia humana, limitada y falible, necesita magnanimidad para no convertirse en una fuerza devastadora.

La solución no pasa por dinamitar el derecho internacional –sin él, el caos sería mayor–, sino por ensancharlo: introduciendo instrumentos  restaurativos que pongan el foco en reparar, no solo en sancionar. La justicia no puede limitarse a preguntar “¿de quién es la competencia?”, sino “¿quién protege mejor hoy a esos seres vulnerables, que son los niños?”.

"La solución no pasa por dinamitar el derecho internacional, sino por ensancharlo"

Entre la ley y la vida: una decisión que nos retrata

Cada sociedad queda retratada por el modo cómo trata a sus más vulnerables. El expediente de Juana Rivas –con indultos, sentencias, recursos, cambios de medidas y controversias públicas– nos interpela sobre qué tipo de justicia queremos: una que se autojustifique por su coherencia interna o una que, sin renunciar a la norma, sea capaz de “ver” el dolor y actuar con humanidad.

En definitiva, el caso Juana Rivas nos obliga a mirarnos al espejo: ¿sirve la ley si no protege a quienes más lo necesitan? Entre el respeto a los tratados internacionales y la integridad física y  emocional de unos niños, la respuesta no  parece tan difícil. Una verdad emerge con claridad: la ley es un instrumento; la justicia, el faro que debe guiarla. Cuando la primera se olvida de mirar al segundo, los tribunales pueden cerrar el caso, pero la sociedad quedará con la sensación de que algo esencial –humano, demasiado humano– ha quedado sin resolver. Y ese déficit no lo corrigen los códigos: lo corrige la conciencia colectiva cuando se atreve a ser humana y  reformarlos.

Por qué se dice que la justicia es ciega? - Blog de Actualidad de vLex

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