La Asociación BAGARA replica en una carta abierta a los defensores del analfabetismo religioso BAGARA: "estos agentes sociales son ignorantes supinos, pero insaciables"

BAGARA: "estos agentes sociales son ignorantes supinos, pero insaciables"
BAGARA: "estos agentes sociales son ignorantes supinos, pero insaciables"

La Constitución de numerosos pueblos de Europa consagra el derecho a que el alumnado tenga una educación integral de calidad donde todas las dimensiones de la persona, incluida la dimensión religiosa o transcendente

La escuela no es lugar para ningún tipo de adoctrinamiento, ni religioso, ni político, ni ideológico

Llama la atención que en esa cruzada laicista estén involucrados sindicatos de clase y sindicatos corporativos de docentes

Dentro del marco de la campaña electoral algunos grupos del ámbito de la educación han reavivado la demanda de la eliminación de la asignatura de religión de la enseñanza escolar, condenando así a los alumnos a un analfabetismo en materia religiosa sin valorar sus funestas consecuencias.

La Asociación BAGARA que desde hace años defiende el mantenimiento de esta asignatura en el diseño curricular ha hecho pública una nueva carta para ofrecer otra visión de este despropósito. 

Mayo 2023

EN RESPUESTA A LOS DEFENSORES DE UNA ESCUELA LAICISTA

En el contexto de elecciones municipales, forales y autonómicos (en varias comunidades autónomas), la cruzada laicista ha hecho público un comunicado agresivo contra la presencia de la asignatura de Religión en las aulas.

Dicen que la presencia de esta asignatura es un resto de privilegio anacrónico de las autoridades religiosas y cuya presencia en las aulas es una obligación impuesta por unos acuerdos con las confesiones religiosas que tienen que ser denunciados y dejados sin efecto.

Estos agentes sociales olvidan que la Constitución de numerosos pueblos de Europa consagra el derecho a que el alumnado tenga una educación integral de calidad donde todas las dimensiones de la persona, incluida la dimensión religiosa o transcendente, esté dentro de la formación de todo el alumnado para evitar el analfabetismo cultural en general y el analfabetismo religioso en particular.

De hecho, en la constitución del estado español, se recoge el derecho de las familias a que sus hijos e hijas puedan recibir formación religiosa escolar de acuerdo con sus convicciones religiosas.

Lamentablemente, el aquelarre montado por diversos agentes (entre los que hay sindicatos, federaciones de AMPAs, así como asociaciones de docentes y de alumnado) para demandar, como siempre, la supresión, “por inconstitucional y anacrónico”, de la asignatura de Religión en el sistema educativo.  Hacen extensiva su petición tanto para que desaparezca la asignatura de Religión confesional en sus diversas modalidades (católica, islámica, evangélica) como en su modalidad cultural o aconfesional. Es decir, abogan por el analfabetismo religioso de las futuras generaciones como un logro a conseguir.

Lamentablemente, denuncian a la asignatura de Religión de adoctrinadora. Ignoran que en la Escuela no se puede hacer catequesis, como hacen ellos en sus proclamas. La escuela no es lugar para ningún tipo de adoctrinamiento, ni religioso, ni político, ni ideológico.

La asignatura de Religión hace presente al alumnado el conocimiento del Hecho Religioso, inherente a la raza humana. Desde el principio de los tiempos los humanos han vivido conociendo el Derecho Natural. Las diferencias entre las religiones principales son mínimas y todas parecen indicar la necesidad de buscar el origen de esa fuerza que les guía y aún con temor, buscan su protección. No se puede explicar la Historia de nuestro mundo ignorando que el noventa por ciento de las guerras que ha habido a lo largo de la historia de la Humanidad han sido originadas por temas religiosos. Tratar de hacer la política del avestruz es lo más cómodo.  

Su ignorancia les hace proclamar la laicidad de los países, ignorando el derecho y libertad de los padres a dar a sus hijos la educación que crean más conveniente, hecho recogido en la Declaración Universal de Derechos Humanos y que data desde diciembre de 1948. Ellos siguen anclados en dos escritos de Karl Marx: Das Kapital (1867) y Das Manifest der Kommunistischen Partei (1848). A pesar de lo ocurrido entre 1917 y 1989, se autoproclaman como agentes de Progreso, pero su inmovilismo hace que sus proclamas y demandas sigan siendo las mismas.

Llama la atención que en esa cruzada laicista estén involucrados sindicatos de clase y sindicatos corporativos de docentes. Los sindicatos son necesarios, no cabe duda, pero deben cambiar absolutamente, transformarse en una verdadera fuerza en defensa del trabajador o asalariado por cuenta ajena. Para ello deben olvidarse de ser sindicatos de partido. Es preciso recordar que en 1985 el sindicato metalúrgico alemán, IG Metall, tenía más de ocho millones y medio de afiliados y los miembros de su ejecutiva de gobierno se sentaban en los consejos de administración de las grandes empresas siderúrgicas y metalúrgicas de Alemania. Esa independencia les daba un valor añadido que los empresarios tenían en consideración y respeto. En el estado español, la paz social depende del partido en el gobierno (conservador o “progresista”) Los Presupuestos Generales del Estado contemplan cantidades considerables para el mantenimiento de los sindicatos, al igual que reciben subvenciones de regiones autonómicas y en algún caso, incluso de los ayuntamientos. A la hora de la verdad siguen siendo sindicatos verticales sin obligatoriedad de pertenencia como en la dictadura, sino alimentados con el maná presupuestario. ¿A quién representan? A ellos mismos con una fuerza dependiente del número de delegados elegidos por los trabajadores, con participación que haría sonrojar a una persona seria.

También sorprende que figuren federaciones de AMPAs. Es triste que las personas que ocupan la presidencia de una AMPA vayan contra los intereses de sus familias asociadas, pues la mayoría de las familias del Estado siguen demandando la asignatura de Religión para sus hijos e hijas como parte importante de su formación integral. Incluso aunque esas familias que quieren ese modelo de educación integral fuesen minoría tienen que ser respetadas, no porque la Constitución, los acuerdos internacionales o los acuerdos de colaboración con las confesiones religiosas tienen que ser respetados, sino como una necesidad de la propia escuela que tiene que conseguir alumnos y alumnas capacitadas en todas las competencias sociales. Y la competencia espiritual es una de ellas. Potenciar el analfabetismo religioso para las generaciones futuras no es una solución sino que es incrementar el problema pues se priva al alumnado de un conocimiento valioso de un hecho significativo para mucha gente y para muchas sociedades.

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Consideramos que estos agentes sociales son ignorantes supinos, pero insaciables. Persiguen dos fines, uno político, porque se deben a su gran patrón, el partido en el gobierno y otro práctico. La Red Pública es de iniciativa gubernamental, desde el director hasta el último de la limpieza son funcionarios o subcontratados, pagados por la Administración Pública (los contribuyentes). Los centros escolares de Primaria son municipales con el mantenimiento a cargo de los presupuestos locales y los centros de Secundaria y Formación Profesional son de la Comunidad Autónoma, a cargo de presupuestos autonómicos. Los equipamientos dependen de los entes autonómicos. La Red Concertada recibe un porcentaje de su coste a través del concierto que oscila entre el 25 y el 50%. El alumnado se compone en ambos casos del muestrario variopinto que representa la sociedad española. Sin embargo, equipamiento y mantenimiento para cumplir los requisitos exigidos por las Consejerías de Educación en la Red Pública, son cubiertos por el dinero público, parte del cual procede de los impuestos de los ciudadanos.

Los impuestos se tienen que usar para cubrir las necesidades de la ciudadanía, de toda la ciudadanía, no de unos intereses concretos. Por ello, si hay familias que demandan la asignatura de Religión a las escuelas porque quieren que sus hijos e hijas tengan una educación integral es obligación de las Administraciones de proveer de los medios y recursos (materiales y humanos) para que ese derecho sea salvaguardado.

Lamentamos que esa cruzada laicista proponga cercenar ese derecho de las familias con todos los medios posibles. 

Animamos a los diversos agentes sociales a que miren a Europa, donde en la mayoría de los países se incluye la asignatura de Religión dentro de sus planes de estudios por una necesidad de la misma escuela que aspira a una educación integral y de calidad. En la mayoría de los países europeos esa necesidad no requiere acuerdos con confesiones religiosas porque esas sociedades maduras entienden la importancia del hecho religioso y consideran que la dimensión religiosa de las personas tiene que ser debidamente comprendida y estudiada.

ASOCIACION FAMILIAR BAGARA-BAGARA GURASO ELKARTEA

Ramiro Pascual

Presidente

bagaraelkartea@gmail.com

Non solum sed etiam 

Me reafirmo en lo escrito recientemente:

A poco listos que fuesen los “laicistas” tendrían que ser los primeros interesados en defender la asignatura de religión en la educación. ¿Por qué? Pues porque el hecho religioso ha condicionado al ser humano, para bien y para mal, desde los albores de su existencia. Y una justa educación en el hecho religioso ha de permitir a los alumnos descubrir que las religiones han jugado un papel, y siguen jugando, que ha determinado desde las acciones más sublimes hasta las más deplorables del ser humano. Que en la raíz de las creencias religiosas está la libertad, pero que en la práctica ha funcionado la imposición, y no solo me refiero a las épocas en las que la colonización y la evangelización iban de la mano. También se puede aprender que los esquemas de una religión se repiten en otros ámbitos humanos que derivan en considerar como religiones al fútbol u a otras actividades del ser humano que llegan a condicionar hasta la “fe ciega” en algo, o alguien. 

Pero también es bueno que sepan que hay una dimensión humana de relación con lo trascendente que transforma al ser humano en alguien capaz de dar la vida por sus semejantes, eso también nace del hecho religioso. 

Y con toda esa información a las nuevas generaciones se les puede presentar el abanico de opciones, desde la increencia hasta la militancia en una de las propuestas religiosas que tiene repartidas por el mundo el ser humano. 

Pero quienes defienden la supresión de la asignatura de religión son siervos de quienes prefieren un pueblo ignorante y manipulable.

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