La Iglesia plural de Vitoria se expresa en femenino La Diócesis vasca ha celebrado dos actos con marcado protagonismo de la mujer antes de la jornada del 8M

La Diócesis vasca ha celebrado dos actos con marcado protagonismo de la mujer antes de la jornada del 8M
La Diócesis vasca ha celebrado dos actos con marcado protagonismo de la mujer antes de la jornada del 8M VLG

mujeres creyentes de movimientos y comunidades, salimos a la calle para alzar nuestra voz y decir que ¡Queremos estar en la iglesia con voz y voto!

Mujeres de diversas edades han vivido durante tres días la dinámica de los Retiros de Emaús que se crearon en una parroquia de Estados Unidos

el deseo de una Iglesia “comunidad de iguales, donde la mujer es reconocida como sujeto de pleno derecho, con voz y voto en todas partes”

Muchas de las mujeres que hacen el Retiro de Emaús recuperan tras el mismo su militancia cristiana

Este domingo la Diócesis de Vitoria ha vivido dos momentos de Iglesia y en los que la mujer era la protagonista principal. Por la mañana en la parroquia de Santa María un nutrido grupo de personas, en su mayoría mujeres vinculadas al movimiento “Revuelta de mujeres en la Iglesia” que tiene como lema “Hasta que la igualdad se haga costumbre”. 

Como ellas mismas expresaron al comienzo del acto: “en el marco de las jornadas feministas del 8 de marzo las mujeres creyentes de movimientos y comunidades, salimos a la calle para alzar nuestra voz y decir que ¡Queremos estar en la iglesia con voz y voto!

Por otro lado, a la tarde concluía el retiro de Emaús para mujeres que ha tenido lugar en Bujedo. Caminantes y servidoras, acompañadas de familiares y miembros del grupo de Emaús de hombres, que celebrarán su retiro el próximo fin de semana, han proclamado la alegría de que ¡Cristo ha resucitado! ¡En Verdad ha resucitado!. Mujeres de diversas edades han vivido durante tres días la dinámica de los Retiros de Emaús que se crearon en una parroquia de Estados Unidos. Con su rosa blanca estas mujeres reivindican su condición de discípulas del resucitado.

En la parroquia de Santa María ha tenido lugar una celebración cargada de símbolos, como las velas o las imágenes de mujeres de la historia de la Iglesia que dejaron su impronta. Este acto se sumaba al de las dieciséis localidades españolas en las que este movimiento está presente, Vitoria-Gasteiz se sumó el pasado año y, justo ayer, Burgos anunciaba la creación de su grupo. Al final, en la plaza de la catedral vieja y haciendo un círculo con todos los presentes, se ha leído un manifiesto en el que se partía de una reivindicación de largo recorrido: “Venimos de lejos” decían, “de una larga tradición feminista” ; “de las mujeres valientes y libres de las primeras comunidades cristianas”; “de la Buena Noticia de Jesús y de una Iglesia que en sus inicios hizo de la igualdad entre hombres y mujeres una de las aportaciones más radicales del cristianismo.”

El grupo de Emaús de mujeres en la Diócesis de Vitoria lleva ya celebrados varios retiros, con una exitosa participación de nuevas caminantes en cada uno de ellos. Algunas de las que hacen este retiro posteriormente se suman al grupo, alimentando con ellos una comunidad de militancia cristiana femenina que va cogiendo auge en la diócesis.

La revuelta de mujeres tiene un largo recorrido y hoy son muchas las mujeres, laicas y consagradas, que trabajan en el empeño de que la mujer tenga el lugar que le corresponde en la Iglesia. Así tanto desde las congregaciones religiosas como desde el mundo de la enseñanza, la universidad, la catequesis, la caridad o la vida parroquial, cada día son más las mujeres que se suman a estas reivindicaciones. 

Dentro de la celebración de clausura del retiro de Emaús, que presidió, monseñor Elizalde como acostumbra a hacer si le cuadra la agenda, se pudieron escuchar el testimonio de dos de las mujeres que caminaron, y quienes desde la emoción ambas reconocían haberse encontrado con algo que buscaban en un momento crucial de su vida. Muchas de las mujeres que hacen el Retiro de Emaús recuperan tras el mismo su militancia cristiana, un fruto que el obispo destaca con frecuencia. 

En el manifiesto del grupo de la Revuelta de mujeres en la Iglesia otra demanda que se expresó con fuerza fue un “basta ya”, “ de ser invisibilizadas y silenciadas; tratadas con condescendencia, discriminadas por motivo de sexo o género; reivindicaron el sacerdocio femenino y una visión de Dios Padre y Madre. 

Para concluir el manifiesto expresaron el deseo de una Iglesia “comunidad de iguales, donde la mujer es reconocida como sujeto de pleno derecho, con voz y voto en todas partes” “donde el liderazgo es compartido; una iglesia que acompaña todas las realidades humanas sin juzgarlas. Una Iglesia que más que de futuro está presente en mujeres como ellas.

Los retiros de Emaús son una de las nuevas realidades que han aterrizado en la Diócesis de Vitoria en la era Elizalde, con su expreso respaldo y con frutos evidentes tras cada retiro, tanto de mujeres como de hombres. 

Non solum sed etiam 

Acudiendo hoy a estos dos encuentros celebrados en el marco de la Diócesis he visto con claridad que los recientes “dimes y diretes” que han circulado por la Diócesis de Vitoria podrían tener una respuesta muy evangélica, con la parábola de los talentos. En el Evangelio se hacen muchas referencias al valor de los frutos, “por sus frutos los conoceréis”. El obispo de Vitoria reconocía recientemente en una carta pastoral esa diversidad que él asume como lógica en una iglesia plural en la que hay sitio para todos. Pero ello no quitaría para que a todos se nos puedan pedir cuentas de los talentos que hemos recibido y decidido poner a rendir. Y pasado un tiempo evaluar la marcha de los grupos, movimientos y parroquias y que cada cual presente sus frutos, en  lo social, en lo pastoral, en lo celebrativo, en las vocaciones, en lo que cada cual haya decidido invertir su tiempo y sus esfuerzos. Y que ese rendir cuentas se haga no solo ante el obispo, o el consejo presbiteral, sino ante toda la comunidad. Por sus frutos les conoceréis, y ahí están los frutos cosechados por Koldo Montoya que marchó con una buena cuenta de resultados; dejando el listón muy alto para quien asuma conservar lo que otros antes que él lograron. Y luego mejorarlo, sumar, …

De momento es evidente que la diversidad en la Iglesia en Vitoria se escribe en femenino, y da sus frutos. En otros terrenos… quizá haya que esperar un tiempo y que rindan cuentas.

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