María Menéndez-Ponte: “mis cuatro hijos han sido una gran fuente de inspiración”

La prolija escritora coruñesa María Menéndez-Ponte ha visitado varios centros escolares de la capital alavesa para compartir un rato con sus jóvenes lectores, exponerse a sus preguntas y firmar los ejemplares que le presentaban de alguna de sus novelas.
Desde el simpático extraterrestre Pupi que ha introducido en la lectura a muchos niños, al formar parte del material escolar de la editorial SM, y que ha seguido en una colección independiente sus aventuras y desventuras, hasta Andrés, “el chaval normal y corriente, aunque todo el mundo a su alrededor se empeña en decir lo contrario”, un adolescente con madera de héroe (título que, de no haber sido porque Delibes ya lo había usado, se lo habría apropiado). (“Nunca seré tu héroe”, “Héroe a mi pesar”, “Héroe en deportivas”) La trilogía que narra la vida en la adolescencia de sus personajes y su entorno, tan real como la vida misma, ha sido la excusa que ha traído a María hasta el colegio de Mercedarias, donde los chicos y chicas de 2º de la ESO le esperaban para saber más de Andrés, de sus amigas y de cómo la autora llega a conectar tan bien con la gente de su edad.
¿Cómo llega María a convertirse en una escritora para niños y adolescentes?
“Creo que siempre he tenido algo de ese “complejo de Peter Pan” que dicen, y ello me ha permitido empatizar con facilidad con el mundo infantil y juvenil. Una infancia llena de sueños e imaginación, subida a los árboles, soñando despierta, y lectora empedernida fueron forjando la persona que luego, con la experiencia de la maternidad, y la vida misma, me ha permitido escribir para niños y adolescentes con acierto. Los niños inspiran mucho y mis cuatro hijos han sido una gran fuente de inspiración para mí.”
Si bien ella ya se había dejado caer por la editorial SM con sus escritos fue una “casualidad” la que le dio el salto y casi de la noche a la mañana nacieron Rolf y Susi, dos ositos que formaron parte de la educación infantil para muchos niños. Poco después nacería Pupi, el extraterrestre inquieto y curioso por conocer las mil y una facetas de la vida de los terrícolas. Cuatro hijos y muchas noches de cuentacuentos fueron un campo de entrenamiento para abordar esta literatura infantil. Pero otra historia es escribir para adolescentes, y además triunfar.
¿Cómo ha conseguido María entrar en ese mundo tan hermético que es la adolescencia?
“Estoy muy próxima a ellos. Fui viviendo la adolescencia de mis hijos, que hoy algunos ya son padres, y esa fue la puerta de entrada. Por otro lado la lectura para mí siempre ha sido como una terapia, desde siempre, y he leído muchísimo. Y una de las fuentes de información más valiosas han sido la cantidad de horas que he compartido con adolecentes, mi casa ha estado siempre llena con los amigos de mis hijos y he podido observarles, oírles, aprender de ellos. He podido tomar prestado su habla, su jerga, y al final ellos se han podido ver reflejados en los personajes.”

¿Deberíamos los padres acercarnos a la literatura que leen nuestros hijos?
A mí me sirvió escribirla, y luego he tenido encuentros con adolescentes, con padres y con ambos conjuntamente, he recibido el testimonio por carta y correos electrónicos de chicos y chicas que han reconducido la relación con sus padres gracias a estos libros. Se produce el fenómeno de leer el libro y descubrir que Andrés es un majo chaval, y resulta que tu hijo o tu hija también son ese chico o chica majísimos, pero el hermetismo de ellos a veces también nos impide poder verlo a los padres.
Durante el encuentro con los alumnos de Mercedarias les contó cómo sus personajes tienen vida propia ¿Cómo es eso?
Si, y no solo para mí, para mis lectores también, he llegado a recibir cartas dirigidas a los personajes. La gente cree que los personajes para el autor son como marionetas que uno dirige a su antojo, y no es exactamente así. Yo recuerdo haberlo descubierto en la novela Niebla, de Unamuno, cuando el personaje se enfrenta al autor. Pero es lo que te ocurre cuando te embarcas en la aventura de escribir, los personajes adquieren una vida propia que te acaba marcando la trama y la historia en muchos momentos.
Otro género que has tocado es la literatura religiosa. ¿Por qué?
Pues, además de una Biblia para niños y otras cosas que hice para SM (Pasito a Pasito, Hablemos de Dios, Historias de Dios o el Libro de Jesús), un día me enfrenté con un pasaje que siempre me había llamado la atención, el del joven rico. Yo he vivido en un entorno de familia de clase alta económicamente y siempre me pregunté a ver por qué mi familia se tenía que condenar por el hecho de tener dinero. Luego de niña recuerdo que la religión se dividía en dos asignaturas, catequesis que era un rollo total y yo desconectaba e Historia Sagrada, que la seguía con atención. Aquellas historias de un Dios a la vez bueno pero que mandaba castigos a los egipcios o a otros pueblos. Y con el pasaje del joven rico salió la historia de Samuel, un joven que acaba coincidiendo con Jesús en varios momentos y descubriendo como sus enseñanzas chocan con la práctica vacía de unas normas estrictas que él conoce por su relación familiar con la clase alta religiosa. Además se tendrá que enfrentar a la tradición de su pueblo y los matrimonios pactados cuando vuelve a encontrarse con una amiga de la infancia que es ahora una hermosa mujer de la que se enamora. Eso y mucho más se desarrolla en “Si lo dicta el corazón”.
La juventud siempre ha sido un sector que ha importado a la Iglesia pero también con el que siempre ha tenido dificultades para conectar. No obstante en las últimas décadas podemos encontrar dos fenómenos en los que Iglesia y juventud han convergido, han empatizado: Juan Pablo II y Francisco. ¿Por qué?
"Porque son personas cercanas y auténticas. La Iglesia se sitúa a veces en un discurso tan lejano para la gente en general y para los jóvenes en particular, que cuando surge alguien con un lenguaje claro y entendible engancha".
Non solum sed etiam
El encuentro de los escritores con su público es una práctica promocional muy extendida, pero también es una experiencia enriquecedora para ambas partes. Los lectores descubren algo de ese “making off” de las obras que devoran, o de aquellos detalles que no se relatan pero que explican por qué la amiga del protagonista hizo aquello y no lo que parecía más lógico a primera vista; también descubren un poco de la persona que hay tras el personaje; y por la otra parte el escritor vive en directo cómo llega su obra a los lectores, dónde se focaliza el interés de la historia o qué aspectos de su vida personal acaban interesando a sus lectores. Y de todo ello a veces surge una nueva inspiración para seguir escribiendo, para seguir dando vida a sus queridos personajes, que son al fin y a l cabo una parte de uno mismo y del entorno que le rodea.