"En Gaza se produce una masacre que pesa sobre la conciencia de todos" El Estado de Palestina y la responsabilidad de la comunidad internacional

Israel y Palestina
Israel y Palestina

La tragedia que se está viviendo en Gaza exige un impulso de humanidad y la urgencia de esa respuesta compartida al drama del pueblo palestino que la Santa Sede lleva décadas invocando constantemente

Inmediatamente después del inhumano ataque terrorista perpetrado por Hamás el 7 de octubre de 2023, el Papa Francisco condenó la masacre y pidió públicamente en varias ocasiones la liberación de todos los rehenes. Al mismo tiempo, al reconocer el derecho de Israel a defenderse, la Santa Sede ha pedido repetidamente - en vano - que no se atacara indistintamente a todo el pueblo palestino presente en la Franja

La comunidad internacional no puede seguir asistiendo impasible a la masacre que se está produciendo

(Vatican News).- El presidente Emmanuel Macron ha anunciado que Francia reconocerá el Estado de Palestina y que el anuncio solemne se realizará durante la Asamblea General de las Naciones Unidas el próximo mes de septiembre. Mientras tanto, se está trabajando en la organización de la «Conferencia internacional de alto nivel para la solución pacífica de la cuestión palestina y la implementación de la solución de dos Estados», que debería haberse celebrado en la sede de la ONU en Nueva York el pasado mes de junio bajo la dirección de los Gobiernos de Francia y Arabia Saudí, pero que se pospuso debido al ataque israelí a Irán.

Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME

El drama que se está viviendo en Gaza, las repetidas matanzas de decenas de miles de civiles inocentes que han perdido la vida bajo las bombas y que ahora mueren de hambre y de penurias, o son blanco de ataques mientras intentan conseguir algo de comida, debería dejar claro a todos lo urgente que es detener los ataques militares que provocan una carnicería y, al mismo tiempo, lo imprescindible que se ha vuelto encontrar una solución a la cuestión palestina. Una solución que la Santa Sede lleva décadas invocando constantemente y que nunca podrá producirse sin la contribución efectiva de la comunidad internacional, además de los países directamente implicados.

Una madre palestina con su bebé, en Gaza
Una madre palestina con su bebé, en Gaza EFE

A este respecto, es útil recordar que la Santa Sede ya había firmado hace 25 años un primer acuerdo de base con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Luego, hace diez años, firmó un Acuerdo Global con el Estado de Palestina, que entró en vigor en enero de 2016. Una decisión y un reconocimiento en línea con la preocupación expresada por los pontífices desde 1948 por el estado de los Lugares Santos y el destino de los palestinos. Pablo VI fue el primer Papa en afirmar explícitamente que eran y son un pueblo, y no solo un grupo de refugiados de guerra. En el mensaje navideño de 1975, el Papa Montini pedía a los hijos del pueblo judío, que veían ya consolidado su Estado soberano de Israel, que «reconocieran los derechos y las legítimas aspiraciones de otro pueblo que también ha sufrido durante mucho tiempo, el pueblo palestino».

A principios de los años noventa, Juan Pablo II estableció relaciones tanto con el Estado de Israel (1993) como con la OLP (1994), en un momento en que parecía que las partes estaban cerca de alcanzar un acuerdo y de reconocer los dos Estados. En febrero de 2000, unos meses antes de que el primer ministro israelí Ariel Sharon entrara en la Explanada de las Mezquitas, que dio inicio a la segunda Intifada, la Santa Sede había firmado el ya mencionado acuerdode base con la OLP. Al llegar a Belén, en marzo de 2000, Juan Pablo II dijo: «La Santa Sede siempre ha reconocido que el pueblo palestino tiene el derecho natural a tener una patria y el derecho a poder vivir en paz y tranquilidad con los demás pueblos de esta zona. A nivel internacional, mis Predecesores y yo hemos proclamado repetidamente que no se podría poner fin al triste conflicto en Tierra Santa sinsólidas garantías para los derechos de todos los pueblos involucrados, sobre la base del derecho internacional y de las importantes resoluciones y declaraciones de las Naciones Unidas».

Niños palestinos en Gaza
Niños palestinos en Gaza

Nueve años después, Benedicto XVI, durante su visita a Tierra Santa, reiteró: «Que sea universalmente reconocido que el Estado de Israel tiene derecho a existir y a gozar de paz y seguridad dentro de unas fronteras internacionalmente reconocidas. Que se reconozca igualmente que el pueblo palestino tiene derecho a una patria soberana, a vivir con dignidad y a desplazarse libremente. Que la “solución de los dos Estados” se convierta en una realidad y no se quede en un sueño». En 2012, la Santa Sede dio su apoyo a la admisión del «Estado de Palestina» como miembro observador de las Naciones Unidas.

El Papa Francisco, durante su viaje a Tierra Santa en mayo de 2014, repitió ante el presidente palestino Mahmoud Abbas: «Ha llegado el momento de que todos tengan la audacia de la generosidad y creatividad al servicio del bien, el valor de la paz, que se apoya en el reconocimiento, por parte de todos, del derecho de dos Estados a existir y a disfrutar de paz y seguridad dentro de unos confines reconocidos internacionalmente». Y por primera vez se refirió al país que lo acogía como «Estado de Palestina».

León XIV y Mahmoud Abbas
León XIV y Mahmoud Abbas captura de pantalla

Se llegó así al Acuerdo global entre la Santa Sede y el Estado de Palestina, de junio de 2015, que insiste en la solución de dos Estados ya contemplada en la resolución 181 de la ONU de noviembre de 1947. El preámbulo del Acuerdo, mediante una referencia al derecho internacional, enmarca algunos puntos clave, entre los que se encuentran: la autodeterminación del pueblo palestino, el objetivo de la solución de dos Estados, el significado no solo simbólico de Jerusalén y su carácter sagrado para judíos, cristianos y musulmanes, su universal valor religioso y cultural como tesoro para toda la humanidad. En el preámbulo se reafirma, por tanto, el derecho del pueblo palestino «a la libertad, la seguridad y la dignidad en un Estado independiente propio», un «Estado de Palestina independiente, soberano, democrático y vital, basado en las fronteras anteriores a 1967, en Cisjordania, incluida Jerusalén Este, y en la Franja de Gaza, que conviva en paz y seguridad con todos sus vecinos».

Haciendo referencia al Acuerdo Base con la OLP de 2000, el Acuerdo Global renovaba la petición de una «solución equitativa a la cuestión de Jerusalén, basada en las resoluciones internacionales», afirmando que «las decisiones y acciones unilaterales que alteran el carácter y el estatus específicos de Jerusalén son moralmente y legalmente inaceptables» y que «cualquier medida unilateral ilegal, de cualquier tipo, es nula y carece de valor» y «constituye un obstáculo para la búsqueda de la paz».

Este breve resumen da fe de la linealidad y el realismo de la postura contenida en los llamamientos de los últimos pontífices, en las declaraciones de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y en los acuerdos firmados hasta la fecha. Inmediatamente después del inhumano ataque terrorista perpetrado por Hamás el 7 de octubre de 2023, el Papa Francisco condenó la masacre y pidió públicamente en varias ocasiones la liberación de todos los rehenes. Al mismo tiempo, al reconocer el derecho de Israel a defenderse, la Santa Sede ha pedido repetidamente - en vano - que no se atacara indistintamente a todo el pueblo palestino presente en la Franja, así como ha pedido que se detuvieran los ataques de los colonos contra la población palestina que vive en los territorios del Estado de Palestina comúnmente conocidos como Cisjordania. Lamentablemente, esto no ha sucedido: en Gaza, y no solo en Gaza, se están produciendo ataques que no pueden tener ninguna justificación y que representan una masacre que pesa sobre la conciencia de todos.

Como dijo de manera clara e inequívoca León XIV en el Ángelus del domingo 20 de julio, es urgente y necesario «observar el derecho humanitario» y «respetar la obligación de proteger a los civiles, así como la prohibición del castigo colectivo, del uso indiscriminado de la fuerza y del desplazamiento forzado de la población». La comunidad internacional no puede seguir asistiendo impasible a la masacre que se está produciendo. Es de esperar que la Conferencia Internacional de alto nivel para la solución pacífica de la cuestión palestina y la aplicación de la solución de dos Estados, ante la urgencia de una respuesta compartida al drama de los palestinos, persiga con determinación una solución que garantice finalmente a ese pueblo un Estado con fronteras seguras, respetadas y reconocidas.

Volver arriba