José María Gil y su sucesor en la comisión de Medios

Lleva muchos años en la comisión de medios. José María Gil llegó de la mano de monseñor Montero, antaño el único obispo periodista de la CEE, y trabajó a fondo, con él y con sus sucesores, desde la secretaría técnica de la comisión episcopal de medios. Y pasaron varios por esa comisión. Que yo recuerde: Montero, Alanis, Sánchez, Del Rio y el actual presidente, Joan Piris. La verdad es que todos ellos son obispos "moderados" con los que no es difícil trabajar. Pero, cada cual con sus cosas. Y José María Gil encajó a la perfección con todos ellos.

Franco, cordial, abierto, siempre atento y dialogante, se relaciona amistosamente con todo el mundo. Sea o no de su cuerda. José maría Gil es de los miembros del Opus Dei con los que da gusto relacionarse: firme en lo esencial y templado en todo lo accidental, que algunos están convirtiendo en fundamental. Ha ido creciendo en sabiduría mediática como la espuma. Con el tiempo, se ha convertido en un experto en medios de conunicación. Cotizado a nivel internacional y en Roma. Se las sabe todas respecto a los medios. Y no sólo teóricamente, sino también en la práctica. Por ejemplo, es una gozada escucharle retransmitir grandes eventos, con su voz profunda y bella, por la tele o la radio.

Sus competencias "mediáticas" en la Casa de la Iglesia están muy recortadas, porque, en ese sector, manda, desde hace años, el secretario-portavoz. Pero, incluso desde la segunda línea intentó, con prudencia, alguna mediación entre los profesionales de la información religiosa y el actual portavoz Martinez Camino. La verdad, sin demasiado éxito, porque Camino se mueve en otra estrategia y con otros parámetros.

Como casi todos los "fontaneros" de Añastro, dicen que aspiraba a la mitra. Y me consta que recibió propuestas formales y que tiene "padrinos" poderosos que lo postulan. Pero algo se ha debido cruzar en su camino y, al menos por ahora, no ha conseguido el episcopado. ¡Con la falta que hacen en la Iglesia española obispos-periodistas, que entiendan desde dentro a los medios! También dicen que estuvo a punto de llegar a ser el gran jefe de la COPE, pero tampoco lo consiguió. En esa carrera, le ganó Fernando Giménez Barriocanal.

Ya me comentó, hace tiempo, que se iba. Y me lo volvió a comentar en el Congreso de la UCAM-UCIP en Murcia. Se va a su tierra pacense. A cuidar de su madre anciana. Y, quizás, a cerrar un ciclo. Es una pena que la Iglesia española "pierda" uno de sus mejores expertos en medios. Porque, aunque desde Badajoz pueda seguir trabajando en el universo mediático, ya no será lo mismo.

Suena para sucederle el sacerdote navarro, José Gabriel Vera Beorlegui, director del semanario 'La Verdad' y de la web del arzobispado, y también perteneciente al Opus Dei. Un sacerdote joven y dicen que suficientemente preparado, con tensión periodística y con ganas de abrirse camino en el universo mediático.

No lo conozco demasiado, aunque le he saludado un par de veces. La última, precisamente en Murcia.Y con la misma libertad que digo que José María Gil no debería irse del todo (aunque cambie de negociado), también digo que no veo a José Gabriel Vera como su sustituto. Por úna única pega: ser del Opus Dei. Y no porque sea una pega de entrada pertenecer a la Obra, sino porque no me parece lo mejor que se patrimonialice el puesto para los curas de la Obra. Porque ése es una de las querencias del Opus Dei: cargo que ocupan no lo sueltan y lo pasan a sus "compañeros". Creo que sería bueno que la secretaría cambiase de aires. Y se oxigenase desde otras perspectivas.

Además, después de perder a su factotum, monseñor Piris (todavía enfrascado en la problemática de los Bienes de la Franja), querrá como secretario a alguien capaz, competente en la materia y de su total confianza. Que puede ser Vera o no.

En cualquier caso, doctores tiene...Y si viene José Gabriel Vera, lo recibiremos con cordialidad. Y despediremos a José María Gil con el cariño que él siempre dispensó a todos los informadores. Gracias por todo José María. Es una alegría ver que dejas el listón tan alto.

José Manuel Vidal
Volver arriba