Ayuda mutua entre sacerdotes y obispos

Hace diez días publiqué un post titulado “¿Quién ayuda a los sacerdotes y obispos?” La idea se veía clara: para no sentirse solos en la vida espiritual tanto los sacerdotes como los obispos, es necesario romper el hielo y procurar una intercomunicación de vida interior entre ellos. Hemos de ir superando el juridicismo y guiarnos por el amor, por la amistad en el Señor. Nos parece muy conveniente que se el obispos quien comience con esta iniciaitiva. Consigno ahora algunas sugerencias que ya se han experimentado y con éxito en distintas ocasiones que no voy a enumerar. Son válidas.


Algunas ideas acerca de las "visitas pastorales" del obispo a sus sacerdotes o del vicario episcopal.

IDEAS GENERALES
1.- Procurar ante todo que las visitas sean una verdadera comunión en el espíritu. El 90% depende de ti.
2.- Que haya intercambio de nuestro ideal sacerdotal. Ofrecimiento constante ayuda por tu parte. Recibir agradecido la ayuda del otro.

3.- Intercambio de experiencias. Ser portador de las experiencias de otros compañeros.
4.- Animar y alabar todo lo bueno que en el otro veas. Dar a entender a cada uno el concepto positivo y favorable que de él tienes. Basarlo en hechos concretos.
4.- No ir como director o jefe, sino como animador que a la vez necesita ser animado.
5.- Orientar las visitas a la mutua ayuda espiritual. Hablarles desde la experiencia propia. De la necesidad de Dios. De un renacer en la vida interior fundamento de todo.
6.- Hacer ver que Jesús está con nosotros. Se trata de que "removamos las ascuas de la gracia que se nos dio al recibir el sacerdocio por la imposición de las manos." Hacer ver esto o algo parecido en todas las visitas.
8.- Tener en cuenta que tu apostolado ahora tiene que ser animar a la entrega espiritual total a los sacerdotes. Fomentar este intercambio espiritual entre ellos.
9.- Preparación de cada encuentro con oración más intensa, prolongada y constante.
10.- Preparar tú los días en que visitas a los compañeros. Me refiero a tu propia vida interior durante esos días. Al salir del ambiente normal suele ser más difícil dedicar el tiempo a la oración y a la lectura espiritual. Cuidar muchísimo este detalle. El fervor propio "contagia". Prever las horas e incluso los lugares de oración durante las visitas.
11.- Después de la visita ir elaborando un resumen de ella.
12.- Ir orientando a reuniones en el espíritu, no solo en cuestiones pastorales. Necesitamos sacerdotes santos, obispos santos.
13.- Todo lo que quede pendiente en las visitas concretarlo después por carta. Sería muy bueno que al mes de la visita escribieras una carta (tú o tu vicario) a cada sacerdote. Pero no de "communi", sino muy personal. Esta correspondencia puede ser según los casos más o menos periódica.
Nota: El gran problema es sacar tiempo. Pero merece reflexionar sobre el tema, porque la única manera de evangelizar con éxito es con santidad, como los apóstoles.


José María Lorenzo Amelibia

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