Celibato, ¿OBLIGATORIO U OPCIONAL?

(a propósito de las declaraciones del Papa a su regreso de Tierra Santa)
Granada, 31 de mayo de 2014
El padre Carlos Sánchez, redentorista, escribió un largo artículo en una revista: la primera parte es conocida, pero esta segunda parte nos interesa sobre manera.


¿QUÉ PIENSO YO PERSONALMENTE SOBRE EL CELIBATO?
No sé qué puede importar mi opinión, pero me encuentro en sintonía con lo que dejaría entreverse en las declaraciones del papa Francisco: hacen falta propuestas valientes, no en favor de un supuesto progresismo o ideología, sino de la misión, como servicio al pueblo de Dios.

Por ejemplo, por seguir hablando de la Prelatura de Xingú, en la Amazonia brasileña, hay 800 comunidades con 27 sacerdotes célibes. El 90% de ellas no tienen celebración eucarística los domingos. Esto es una situación muy generalizada, sobre todo en lugares de misión. Resulta algo llamativo, incluso intolerable, privar a cientos de comunidades cristianas del sacramento "fuente y culmen de la vida cristiana" que es la eucaristía. Y no parece que esta pueda ser sustituida sin más por celebraciones de la Palabra en la que ministros de la eucaristía repartan la comunión. La eucaristía ha de ser celebrada.

Por tanto, pienso que seglares preparados y testimoniales, que ya son delegados de la palabra o ministros de la comunión, podrían perfectamente ser ordenados sacerdotes, retomando la venerable tradición de las primeras comunidades cristianas. De un modo concreto, podría comenzarse por lugares de misión donde no se tiene celebración eucarística y ampliarse después progresivamente hacia la vieja Europa, tras un diálogo sincero y profundo en el que participen obispos, sacerdotes y seglares. Así, no imagino sin más una disposición universal por parte del Papa (lo que comúnmente se llamaría un 'puñetazo en la mesa'), sino decisiones colegiales, en la que se ponga en juego la sinodalidad, teniendo en cuenta la opinión de las conferencias regionales, obispos, etc., tal como sugieren las palabras del propio Papa. Y todo ello atendiendo a circunstancias concretas.

¿QUÉ VENTAJAS TENDRÍA EL CELIBATO OPCIONAL?
1) Muchas comunidades cristianas que no celebran apenas la eucaristía podrían celebrarla dominicalmente, con sus consiguientes frutos espirituales y pastorales. Habría muchos más sacerdotes y, seguramente, más creyentes; también se evitaría un éxodo masivo de católicos a sectas protestantes, algo muy favorecido por la falta de pastores que cuiden del rebaño.

2) Los sacerdotes casados aportarían nuevo entusiasmo y vigor a la evangelización y, de un modo particular, a la pastoral familiar. Es posible que se despertaran más vocaciones sacerdotales en las familias de los sacerdotes casados.

3) Se aclararía la identidad sacerdotal, no como un estado de mayor perfección o pureza, sino como un ministerio de servicio. Una Iglesia, por tanto, menos jerárquica y más carismática, donde la superioridad la dé la humildad, el testimonio y la santidad. El don del celibato seguiría respetándose como lo que es: un don, un regalo, un carisma.

4) Los sacerdotes célibes (fundamentalmente religiosos, aunque no solo) seguirían siendo vitales con su voto de castidad y/o celibato, sobre todo dada su mayor disponibilidad de tiempo. Su vida seguiría siendo –más aún, si cabe – profética.


Salvador García Bordón


JJosé María Lorenzo Amelibia
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