Luis de Lezama, sacerdote atípico, empresario

Nació en Amurrio, Álava. De niño quería ser como Tarzán, pero se enamoró de Dios y quiso otra cosa para sí. Ingresó en el seminario de Madrid. Y llegó al sacerdocio. Pero su pastoral no fue tampoco de las de misa y olla, de sacristía y catequesis. Tampoco fue manco en su ministerio. Debutó como párroco de Chinchón y más tarde en Vallecas.


Pero lo suyo era otra cosa. En la década de los 80 el padre Lezama pidió permiso a su obispo y se dedicó a algo muy distinto y raro para un sacerdote: comenzó a levantar un verdadero emporio gastronómico. Rescató del paro a gente sencilla; pronto aprendieron la simpática profesión de camarero o ayudante de fogón. Antiguos delincuentes y gente del arroyo fueron redimidos gracias a sus empresas, y continúan hoy sus restaurantes y tabernas. Y así ganó dinero, creo que bastante, pero no para derrocharlo ni meterlo en el calcetín, sino que continúan sus empresas.

Hace ya algún tiempo dejó sus negocios. Y de nuevo ha vuelto a la vida pastoral. Le han entregado en el obispado una parroquia en el barrio de Montecarmelo, pero él la ha tenido que crear, como quien dice, de la nada, y un colegio para 1400 alumnos. De lleno ahora en su tarea de educar en cristiano en aquellos recintos que no empiezan de cero. Va saliendo el dinero que adquirió con el sudor de su frente.

“Aquí estoy – dice él mismo – metido en mi parroquia, una aventura nueva que me ha rejuvenecido, ¡a mis 74 años!” A esa edad aun muchos curas celosos y trabajadores piden la jubilación y se adscriben a una parroquia para celebrar Misa. Y él remacha: “Mi historia en el Alarbadero es un tema contado y manido. Es mi prehistoria”. Y una prehistoria muy digna, porque el padre Lezama no fue un vulgar cura pesetero, sino un sacerdote con todas las de la ley. Y si algo ha ganado ha sido para reinvertirlo en el negocio de Dios, mejor diría, en el Reino de Dios. Para la redención aquí, y el más Allá.

En la nueva parroquia se hace labor evangélica, sí, y labor social: no podríamos separar aquí una misión de la otra. Tiene una carpeta llena de currículos de aspirantes para ver si consiguen un empleo. Y aquí viene lo bueno. Dice él mismo: “Hemos creado un semillero de empresas formado por personas jóvenes, con titulación y profesionales en paro… y estoy asombrado de la cantidad de muchachos que vienen a la catequesis de confirmación.”

Pero de nuevo ha tenido que entramparse en lo económico; aunque suponemos poseería su pequeño capital, no puede llegar para tanta obra como la iniciada en la última etapa de su vida. Y allí tenemos a Don Luis de Lezama, como si fuera un cura joven. ***

Se ha encontrado ahora con una jerarquía y un ambiente eclesial distinto del que vivió en sus primeros años; él dice “es diferente, ni mejor ni peor del de los tiempos de Tarancón”.

Lezama no está afiliado a ninguna “marca” eclesial; él va a lo suyo; distinto. Yo lo imagino un poco a lo Vicente Ferrer, o a lo Teresa de Calcuta. Él piensa que el concepto de Iglesia no está alineado ni a la derecha ni a la izquierda, sino a favor de las personas, de las almas, diríamos. Vivir con las manos abiertas para ayudar, con transparencia. Él se considera un vasco universal.

Afirma en la entrevista que leo en Magazin de hoy domingo, que por supuesto ha tenido problemas en su vida de todo tipo, pero “te ayuda mucho tener dos o tres amigos de máxima confianza… nosotros no somos solos individualmente, sino somos en función del otro. Quien no se desarrolla en comunidad no se desarrolla en sí mismo”.

Y hablando de la fe dice: “La fe es un riesgo que hay que correr…”

Yo veo al Padre Lezama como una buena noticia, como un ejemplo de vida, como una persona que nos interroga en nuestra comodidad. Un ser humano de una gran talla, un cristiano y sacerdote nada corriente, pero me gusta su trayectoria. Por eso lo pongo aquí, para aprender pistas distintas y mirarnos en un espejo de amor altruista y generoso.


Te recomiendo mi página web http://personales.jet.es/mistica

Más de mil artículos del autor sobre enfermos y debilidad en http://opina2000.com
Volver arriba