1.- Yo confieso ante Dios todo poderoso y ante vosotros hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión, por mi culpa, por mi culpa, por mi gravísima culpa.
2.- Por tanto ruego a María siempre Virgen, a los ángeles y a los santos que intercedáis por mí ante Dios nuestro Señor.
3.- Sí, Jesús, he pecado mucho. Yo cristiano, bautizado que he recibido tantas gracias, he vivido con tibieza, con cobardía, con poco esfuerzo por mi parte. Yo, sacerdote, que recibí un día la inundación de tu gracia sacerdotal, el carácter que me asemeja más a ti, he pecado, me he separado de ti.
4.- Perdona mis pecados; mira que soy tu amigo, ábreme ya la puerta, quiero morar contigo. Sedlo todo para mí, Sagrado Corazón; socorro de mi miseria; lumbre de mis ojos; báculo de mis pasos; auxilio en toda necesidad. Mirad que soy muy débil y caigo a cada paso y necesito apoyarme en vos para no desfallecer.
5.- Ofrézcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar. Confesarme y cumplir la penitencia que sea impuesta.
6.- Sí, ayúdame a saber aceptar los sufrimientos; dadme la alegría de haber recibido el perdón, y que sepa abrazarme a las humillaciones que dispongas sobre mí.
Puedes ver página web de espiritualidad http://personales.jet.es/mistica