Retiro contemplando las mieses segadas

Retiro familiarJosé María Lorenzo Amelibia 

Retiro de verano 2019

mieses

En este retiro de verano hemos de buscar la paz, la calma, el sosiego, el descanso junto a Jesús. No preocuparme en discurrir mucho. Gozar junto al Señor en el mejor de los descansos y tomar fuerza para más adelante. Leer un artículo. Estar después el tiempo que nos parezca hasta pasar al siguiente. Disfrutar con descanso de la presencia de Dios, después de haber calado en el mensaje de cada artículo.

 1.- Sentado en el brocal del pozo, bebo del agua que "salta hasta la vida eterna". Es un día cálido de verano, en un descanso en el trabajo. Vivo la misma escena de la mujer de Samaría. Ha llegado en mí el tiempo de producir. Larga fue la preparación. Me parecía entonces que nunca podría yo abrazarme con labores de hombres maduros en la fe; que siempre habría de comer el pan regado con el sudor de otros.

Y aquí estoy de lleno, Señor, me pesa la fatiga de todo el día estival, tengo sed, el sudor corre por mi frente, duermo poco. Me encuentro en el verano de mi vida.

Pero gozo al contemplar las mieses, se encuentran maduras. Las miro sentado desde el brocal, muy unido a Jesús. Mi alma de apóstol no retrocede, aunque seamos pocos los operarios. De vez en cuando beberé junto a Ti del agua de este pozo, y Tú llenarás mi vida de la gracia y ya nunca volveré a tener sed.

Dame, sí, el trabajo del verano.

Deseo ser apóstol tuyo en las fatigas.

Ni una sola espiga se perderá.

Ahora llega, Señor, un grupo de segadores. Trabajaremos juntos. Al final de la jornada, cuando el sol haya caído, nuestro espíritu se unirá a Ti en el silencio de la noche.

2.- En julio las mieses están en sazón, recuerdo de la Eucaristía. Misterio de vida, misterio de amor: el trigo que se transforma en harina, la harina, en pan; el pan, en el cuerpo de Cristo que guarda nuestras almas para la vida eterna. Yo no me cansaría de insistir en este tiempo y siempre en la disposición del alma para recibir a Jesús Sacramentado. Que no se puede servir a dos señores. No cabe participar en la mesa del Señor y en la del demonio

 3.- Pasan los años; la "rueda del tiempo" gira en repetición monótona de meses y estaciones. Tú y yo nos encontramos, amigo de mi alma, dentro de este caminar en círculo cerrado hacia la eternidad. Cada día te reafirmas en el único cimiento profundo: la gran fuente de gozo y felicidad está en buscar la gloria de Dios en todas las acciones de tu existencia.

Épocas de menor ocupación en ti mismo y mayor dedicación a tu prójimo, han resultado más felices. Ya lo dijo Jesús: " Buscad primero el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura." ¡Mira el sol con qué paz se derrama en vida y calor! Arde para los demás. Pero en el cristiano no cabe la ayuda a sus semejantes por simple altruismo. Todo amor brotará en ti de una vida centrada en Dios por la oración y la lectura de libros santos. Busca tiempo en el arca de tus ahorros y dedica largos momentos al día a este noble quehacer. ¡Importa mucho!

Un río de gozo embargará tu corazón; que Dios nunca deja en la estacada a quienes de veras le siguen.

4.- Mi amigo joven añoraba las vacaciones. Cuando el verano asomaba su rostro en el último mirador de primavera, imaginaba él un asueto prolongado de treinta días continuos. Viajaría por el Continente, visitaría museos, escalaría los montes, y el sol curtiría su piel en las playas. La vida de mi amigo era un proyecto sin descanso. Bullían en su imaginación planes sin cuento. En las horas del trabajo y del invierno. su mente era colmenar en zumbido constante de andanzas y diversiones.

Un día le dije:

- Siéntate conmigo a la sombra, bajo el árbol. Descansemos... vamos a contar hormigas. Nada tenemos que hacer. Mira cómo pasan... mira aquella: vuelve y repite mil veces su camino...No preguntes qué pretende. Tú sólo observa el ajetreo de estos seres diminutos...Y pasamos unas horas de solaz contemplando sin prisas la vida de los insectos.

Más tarde plantamos nuestra tienda junto al río. Sin libros, sin proyectos, sin quehaceres. Horas enteras arrojando hierbajos desde el puente, y viendo cómo el agua los llevaba: como pensamientos que comienzan, y desaparecen sin advertir su final. Así ganamos unos días de descanso, libres de zozobras y ansiedades. Nuestra alma era esponja en el agua; inmersa en la paz, sin crispaciones, sin prisa de que llegara el tiempo de partir. Eran las noches hervideros de estrellas luminosas. Contemplando astros lejanos, nuestra alma se acercaba al Creador. Todo parecía muy simple. ¡Y de ensueño!

Era gozo y descanso.

Sosiego de media noche.

A veces, acariciaba la aurora nuestros ojos vigilantes.

Y mi amigo exclamaba:

No ansío el bullicio de las plazas, ni figuras de museos, ni asfalto de largas excursiones. ¡El descanso nos lleve a Dios! ¡Tú puedes hacer la prueba!

5.- TRANSMITIR EL GOZO EUCARÍSTICO. - Me gustaría vivir la Eucaristía de tal manera que mi paso por el mundo fuera como sembrador de alegría y esperanza. Eso mismo deseo para ti. Intentamos llevar a los hombres a Dios a base de lecciones aburridas, y nuestros hijos y alumnos se cansan. ¡Qué difícil nos resulta, ¡Señor, ser altavoces válidos del mensaje de fe! Y siempre será verdad que "la fe se transmite por el oído".

¿Cómo difundir nuestro fervor eucarístico de manera que llegue a calentar su alma quien está frío, a vibrar quien permanece siempre yerto? Yo estoy seguro de que, si todos cuantos comulgamos supiéramos ser custodia transparente del Señor, que va dentro de nosotros, por todos los lugares, casi sin darnos cuenta, iríamos sembrando gozo y esperanza, como en un festival de la más sana alegría. ¡Oh las vivencias profundas de fe eucarística!

Ese "algo" de fervor no se logra a fuerza de puños, sino en la contemplación prolongada de Cristo sacramentado. Él está día y noche en nuestros templos. A veces como verdadero prisionero encerrado con verjas impenetrables, a causa de la falta de fe práctica de ovejas y pastores. ¡Abrid nuestros templos a la adoración eucarística! - debemos decir dondequiera veamos iglesias cerradas. Y aunque nuestra petición parezca estéril, no caerá en un vacío profundo. Dios que ve nuestra oración, de alguna manera ha de hacerla fructificar.

6.- REFUGIO EN LA TORMENTA. - Recuerdo con cierta emoción aquella tarde de Julio en las montañas del Maestrazgo. Estrecha la carretera. Luz de pleno verano y canto de golondrinas en torno a las roquedades del castillo. Creía tocar el cielo desde lo alto. Mas la negrura de la tormenta ocultó de mi vista el idilio de mi ascensión.

Ruido de nubes en campo de batalla. Silencio de las aves. Encogimiento del corazón que se refugia en solitario en una de las oquedades abierta entre las rocas y muros del castillo. Había que reemprender el viaje hacia tierras de mar y sol. En medio de luces destellantes y truenos de amenaza aparece en el sendero la torre vigía del santuario: Nuestra Señora de Vallivana. Hicimos la entrada en el Aula de María. La diminuta imagen fue estrella en la lejanía, presagio de tiempo alegre. Con devoción y fe entonamos la Salve a la Madre del Amor Hermoso. Ella es vida y dulzura. Ella nuestra esperanza. En destierro parecía nuestra vida, perdida entre riscos y chaparrales. En consuelo retornó, después de la cálida acogida a peregrinos.

Cristiano, amigo: quizás la devoción a María, nuestra Señora, tomó más fuerza en una basílica de la madre de Dios; o en la soledad del monte, mientras tus dedos desgranaban las cuentas del rosario. Tal vez tropezaste con la Virgen, al entrar en peligros de tormenta o en zozobras de vida interior. Acógete hoy a ella. Por algo los santos de nuestra Iglesia siempre le han profesado dulce y tierno amor. Por algo nos decía San Bernardo: "¡Mira a la estrella, invoca a María”! Galopan sin descanso los años de tu existencia. No aflojes en la carrera, ni un momento, el amor a la Virgen Inmaculada. Es madre que acoge en su regazo a quienes la invocan. El sendero resulta estrecho, y divisas en el cielo nubarrones. Pero María es nuestro refugio en la tormenta.

7.- "MI AMADO, LAS MONTAÑAS”. - En el Sagrario encontré a mi Amado. Ya te lo dije. ¡En el Sagrario y en las montañas! Todos los meses, y aun con mayor frecuencia, practico mi retiro - día de desierto- en la soledad serena de la sierra. En mis comienzos, marchaba al bosque para encontrar paz y oxígeno, y me encontraba con la niebla. En el verano, anhelaba el aire fresco de las cumbres, y tropezaba con impertinentes insectos.

Pero tú no desistas, hermano. Asciende conmigo al monte. Caminar, buscar a Dios en el bucle de tu alma - pensamiento y la cima escarpada. No dudes cuando el cansancio y tedio penetran en tu corazón: las alturas son para almas recias. Y si tus fuerzas flaquean porque jamás en tu existencia has coronado el éxito, comienza de nuevo.

¡Dios está con nosotros!

Al monte marcharás no para alcanzar el bienestar del cuerpo, ni la paz del espíritu. En la soledad, tu alma siempre buscará al Señor, como reflejado en el espejo del arroyo remansado; como en enigma, velado por la bruma del aire fresco; como estrella refulgente, eclipsada por tenue nubecilla.

¡Contempla a tu Señor a quien buscas en soledad!

Moisés, Loyola, Foucauld, Juan de la Cruz y millares de almas han encontrado como tú y yo a Dios en "los bosques nemorosos" y, aunque pudieron exclamar, "salí tras ti corriendo y eras ido", más tarde su espíritu hervía "con llama que consume y no da pena", e inflamaban en el Amor Eterno a hombres y mujeres, a pueblos y ciudades.

Amigo: el bien de las almas, la evolución de todo el mundo en el Amor, Dios lo otorga por medio de apóstoles que a El buscan en la "soledad sonora" de la oración.

8.- PERO YO NO SOY ENCINA. - Camino por el bosque en mañana calurosa de verano. Detengo mi paseo para reponer fuerzas bajo una encina, frondosa ella. Destaca señera entre todas las de su especie. Escucho el zumbido de insectos. Admiro la grácil danza de cinco mariposas: cariño tierno de belleza ofrecido por el Creador.

Medito después bajo la sombra.

¡Mi gran encina! Ella ha logrado cumplir su misión: el plan de Dios en su existencia larga. Aguantó nuestro árbol inviernos despiadados, tormentas, nieblas y huracanes por millares. Varios siglos deben componer su larga vida. Y ahí está; siempre quieta. Firme. Centinela del bosque cumpliendo su deber. Ni siquiera encorvó su talle con el peso de los años. Las aves del cielo han tejido nidos en sus ramas. Y aguanta sin rechistar el estridente canto de la cigarra en este tórrido mediodía. Ahora nuestra dama del bosque se encuentra gestando su fruto del otoño: la bellota. Un grupo de animales, mientras yo me encuentre en el mes de noviembre en el trabajo diario, aquí hará su festín.

¡Quién pudiera ser como esta encina!, - pensaba yo: Firme en el deber; sereno ante la tempestad y la monotonía de la existencia; prestador del cobijo fresco, en el verano de la vida; dador de los mejores frutos en el otoño de la madurez. Pero no soy encina. No soy el árbol vigoroso. Dios me entregó otra naturaleza superior. ¡Mas por algo ha colocado la vida del vegetal en medio de nuestra existencia humana!

Sí, Señor, firme, sereno, generoso, acogedor, como la encina de mi excursión veraniega.

9.- ¿QUIEN ME SEPARARA DE TU AMOR? - Viajaba una tarde en los comienzos del verano y quise hacer una pausa en el camino para saludar y hablar un rato con Aquel que desde mi juventud había subyugado mi corazón. Las golondrinas revoloteaban en torno al campanario: vigías inconscientes del Gran Tesoro encerrado tras los recios muros.

Una vez más, no pude adentrarme en el sagrado recinto.  

Atardecía. La paz inundaba los valles; pero en aquella población de tres mil almas, ninguna necesitaba saborear las mieles del amor eucarístico.

Examen práctico

          - ¿Procuras el recogimiento interior?

          - ¿Limitas, en la medida de tus posibilidades lo meramente distractivo?

- ¿Procuras un descanso que te sirva a la vez para reconfortar tu espíritu?

- ¿Entiendes que el ojo tiene que ver... todos los sentidos deben tener su objeto propio, pero sin poner en ello su descanso final? 

- ¿Hablas conversaciones inútiles?

          - ¿Tu trabajo por Dios se va haciendo descanso?

José María Lorenzo Amelibia                                         Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com              Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/  Puedes solicitar mi amistad en Facebook pidiendo mi nombre Josemari  Lorenzo Amelibia                                                                                   Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

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